EL DOCENTE COMO LIDER
Karlajosefina30 de Octubre de 2013
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EL CONCEPTO DEL LIDER
La persona reconocida por todos como más eficiente para ejercer sobre los demás individuos de una comunidad cierta influencia, mediante estímulos adecuados que conducen a la ejecución de los propósitos del grupo, recibe el nombre de líder. La palabra “líder”, usada tanto en español como en francés, italiano y portugués, proviene del vocablo inglés leader, y sirve para designar una clase de dirigente social. Esta palabra no había sido incorporada al Diccionario de la Academia Española, sino hasta fecha reciente, no obstante que su uso es corriente. Por ello, antes de la incorporación académica decía Mariano Villaronga que podría pensarse que la utilización de este anglicismo no se justifica porque el español tiene las palabras caudillo, jefe, adalid, guía, conductor, director, etc., para esa idea. Pero esas palabras tienen sentido militar o guerrero unas, otras lo tienen de comando solamente y algunas tienen significadoy alcances muy limitado*.Si en el líder existe la facultad de comando, ésta va acompañada de una voluntad de servicio. Su forma de conducir y orientar implica aceptación de la voluntad del grupo. En el líder se conjuga una serie de cualidades relativas a la socialización de la dirección que no pueden expresarse con las señaladas palabras españolas, cargadas por el uso de un contenido diferente y a veces contrapuesto a la significación de la palabra líder. Para aclarar más esta idea vale la pena indicar que Henry Pratt Fairchild**, define la palabra líder en su segunda acepción así: “2— En sentido estricto, la persona que dirige por medios persuasivos y en méritos a la aceptación voluntaria de sus seguidores”.
¿Cuál de las palabras españolas indicadas corresponde a este significado?
Ninguna. De allí la acertada decisión de la Academia Española de incluirla en las últimas ediciones de su Diccionario. El líder puede actuar intencionalmente, de manera deliberada, para producirla acción que se propone. En este caso se le denomina líder voluntario. Pero en otros, el individuo produce ciertos estímulos de una manera inconsciente. Se trata, entonces, de un líder involuntario. Este último tipo de liderazgo es muy frecuente, aun cuando por el desconocimiento o falta de visión clara de los fines, muchas veces no es el más eficaz. El líder voluntario ejerce siempre una función más duradera porque, consciente de lo que desea lograr conduce su acción en forma tal, que los estímulos que provoca llevan a la gente a realizar determinadas tareas o a dejar de realizar otras. El liderazgo puede surgir del contacto inmediato con los miembros de la comunidad o grupo humano, o de acciones o actividades indirectas, mediante ciertos símbolos o por el uso de determinados medios técnicos, como el cine, la radio, etc. Aún más, el líder puede hacerse conocido de las personas dentro de las cuales ejerce su liderazgo o permanecer oculto para que su acción indirecta opere una mayor sugestión, provocada, acaso, por la misma naturaleza del ocultamiento.
Puede decirse de manera general —sostiene L. Bernard— que, si bien es cierto que en algunos casos las causas triunfan por sus méritos intrínsecos, son las personalidades destacadas de los líderes las que pueden estimular a los miembros de una comunidad o grupos a seguirlas1. Los líderes, haciendo suyo el ideal en la causa representado, le comunican calor humano, el aliento vital que lo hace comprensible y deseable por los miembros de la comunidad. Esto no niega la existencia y valor de las organizaciones doctrinarias como realidad ético-social o política, sino que señala la necesidad de apóstoles que tiene toda doctrina, de líderes que encarnándola, le confieran realidad Tangible.
Según otras afirmaciones se sostiene que investigaciones recientes ponen de manifiesto hechos que desmienten estos conceptos. Darwin Carlwright yAlver Zander afirman que “como resulta cierto tan a menudo, la acumulación de datos reveló lo inadecuado de ciertas formulaciones. Creer que puede lograrse un elevado nivel de efectividad de grupo simplemente proporcionando “buenos” líderes, aunque todavía prevalece entre muchas personas dedicadas al manejo de grupos, surge como una conducta inocente2.
En el caso de la sociedad, toda persona tiene oportunidad de dirigir en alguna manera una determinada actividad para la cual posee ciertas habilidades. Son, por ello, múltiples los líderes dentro de una comunidad. Pero entre éstos los hay que conducen y coordinan la acción de todos o de una gran parte de la comunidad para alcanzar, no ya fines particulares, sino fines generales, que a todos interesan. El liderazgo lo posee una persona en calidad variable. No se tiene en su totalidad, ni se posee en absoluto. Sobre este tema volveremos más adelante.
Algunas veces se ha afirmado que los líderes o conductores son perjudiciales. Dicho así, en forma general, la frase resulta exagerada. Hay, sin duda, algunos líderes que pueden causar más perjuicios que beneficios a los grupos donde ejercen sus funciones. Por ello decía Arthur J. Jones que “el liderazgo puede ser constructivo y valioso o reaccionario y activamente destructor. Las mismas cualidades, las mismas capacidades para inducir a otros a seguirlo pueden ser útiles o perniciosas a la sociedad. El liderazgo no posee nada en sí mismo que le asegure valor. El mérito de cualquier líder depende de tres factores:
1. El grado en que su idea o invención satisfaga a una necesidad real.
2. El grado en que sea capaz de inducir a las personas a aceptarla.
3. El criterio de las personas en seleccionar entre las muchas ideas presentadas, las que atiendan a sus necesidades o en escoger, entre varios líderes, a los que deben seguir”3.
Además, como lo asienta Fieller, la estructura de la tarea es mayor cuanta mayor posibilidad tengan los miembros del grupo de verificar lo acertado delas decisiones del grupo, cuanto más claramente se expongan los deberes de los miembros, cuanta menor diversidad de caminos haya hacia la meta y cuantos menos pasos sea necesario dar para llegar a la misma. El líder efectivo tiende a ser afirmativo e impersonal en un ambiente más estructurado, mientras que da mayores libertades a los miembros y apoya amablemente en una situación menos estructurada4.
La idea negativa de algunos, respecto a los beneficios del liderazgo, ha conducido a que no se tomen en cuenta, o se tomen en una escasa medida, los efectos sociales de éste. Si bien es cierto que un líder puede ejercer un poder de inhibición sobre acciones consideradas beneficiosas, no es menos cierto que bajo el acicate de un estímulo psicológico bien dirigido las comunidades pueden ser conducidas en el sentido de su mejoramiento y progreso y a la realización de grandes y constructivos actos. Por otra parte, como fenómeno social, el liderazgo tiene una existencia enraizada en lo más profundo de la naturaleza humana. Esto llevó al profesor Jones, antes citado, a considerar como inevitable el liderazgo desde el punto de vista biológico: “No cabe preguntar si deben o no deben existir líderes; esto quedó establecido desde que el hombre comenzó a existir. Corresponde antes preguntar qué líderes debemos poseer y cómo disponer el orden social y organizarlas instituciones de educación, a fin de que haya líderes sabios yútiles”5.
(Sobre la inevitabilidad del líder se pronuncia Haiman en los siguientes términos: “La dirección de una sociedad puede estar en manos de un Abraham Lincoln o de un Adolfo Hitler. El dirigente puede ser útil o dañino, pero, a menos que haya anarquía, es inevitable. Los dirigentes pueden mandar, manipular, persuadir o guiar, pero no se les puede suprimir. Siempre que haya personas que vivan y trabajen juntas, habrá una dirección y el destino del grupo dependerá en gran parte de la clase de dirección que tenga”6.
SIGNIFICADO DEL LÍDER EN EL GRUPO
El grupo no es una suma de individuos, sino “una pluralidad de individuos ligados de modo tal, que se les considera como una unidad”. Todo grupo implica un proceso de interacción social y se forma cuando dos o más personas reunidas interactúan e influyen en su seno. A este efecto, observa Cecil A. Gibb, que considerado respecto al individuo, el liderazgo no es una tributo de la personalidad, sino una cualidad de su papel dentro de un particular y específico sistema social. Considerado en relación con el grupo, liderazgo es una cualidad de su estructura. Y, de acuerdo con la definición de “grupo”, esta cualidad particular puede transformarse en una condición
“sine qua non”. Sin liderazgo no hay foco alrededor del cual puedan reunirse los individuos para formar un grupo”7. Por ello, cuando nos referimos al grupo, quedan descartadas como tales las personalidades que lo forman.
Mejor sería decir que subyacen embebidas en un contexto general. Separadamente, cada miembro es una persona distinta, con una opinión y una manera de actuar propia, que sigue la línea de conducta que le dictan sus intereses particulares, pero dentro del grupo se funden esas personalidades distintas en una unidad psíquica, que expresa un sentimiento común y todos actúan en forma unitaria, aun cuando separadamente puede ser diferente el pensamiento de cada cual.
A pesar de las divergencias que puedan existir, los miembros del grupo conservan entre sí un lazo de solidaridad que conduce al acuerdo sobre las cosas fundamentales.
El grupo, como unidad de los individuos en él comprendidos, toma el nombre de “colectividad”. El líder dentro de esta colectividad no es un individuo, sino el representante de la voluntad de todos. El líder se convierte, por el hecho de serlo, en el centro
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