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El Jurista crítica


Enviado por   •  18 de Junio de 2020  •  Ensayos  •  2.217 Palabras (9 Páginas)  •  406 Visitas

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INTRODUCCIÓN.

En dicha obra Burgoa Orihuela expone una serie de comportamientos propios del  simulador de derecho para su rápida identificación. Además, advierte los peligros que puede sufrir la  sociedad y los problemas de facto que ocasiona en el desarrollo de  la Ciencia del Derecho.

Es una obra que pretende proteger, de los vicios de aquél supuesto profesionista del derecho, la actividad del abogado y la correcta aplicación de la ley, como lo justo y lo malo.

Es de esperarse que Burgoa Orihuela presente en sus letras un bosquejo del abogado ideal. El verdadero jurista resulta ser un individuo libre, auténtico, veraz, con  valor civil, honesto, con un profundo sentido de justicia y conocedor del derecho. La libertad en términos del ejercicio de la actividad jurídica del abogado, debe ser  entendida como la posibilidad de determinar a qué clientes representará ante los órganos de justicia. El abogado que esté sujeto a un sector público o privado se verá obligado a  defender los intereses del sector con quien trabaje. En tal situación, el abogado deja de serlo porque no tiene la libertad de elegir si patrocina o no al cliente. Se convierte entonces en un  asalariado que no tiene más remedio que manipular al propio derecho, deformando la  esencia misma de la ciencia, en beneficio de su patrón.

El derecho tiene como finalidad estar al día con las actualizaciones en materia de leyes, el estudio diligente de ellas, y tener también un conocimiento general de cualquier materia.


DESARROLLO.

En este libro el Dr. Ignacio Burgoa nos sugiere a los estudiantes de derecho, a que veamos la importancia que tiene la ciencia jurídica, nos induce a analizar que ser abogado es más que una preparación académica, así como el papel que juegan todos aquellos que dedican su vida al derecho como profesión, diferenciándolos de aquellos que ejercen en esta materia, pero que solo son charlatanes, “simuladores del derecho” como el autor los llama, que aparentan saber de esta materia cuando en realidad es que son unos ignorantes.

Es un hecho indispensable la importancia de la conservación de valores a lo largo de nuestra carrera, el tener un deseo intenso de querer luchar por lo justo, y así sentirnos libres y completos en la realización de nuestros actos. En este sentido el autor imprime en este libro su postura respecto a lo que él considera debería ser la forma de pensar y actuar de un jurista y cómo ésta se ha visto vulnerada por distintos sucesos. En él expone la propia necesidad de mantener las buenas prácticas de la abogacía, es un deber procurar la justicia y evitar ser un simulador que como lo expone el autor hay formas de identificarlo.

El autor nos invita a hacer un análisis de todos aquellos abogados que conoce, comenzando por los profesores en la universidad para hacer una clasificación de los verdaderos juristas o meros simuladores mediocres, encaminándonos a distinguir o aprender a distinguir a dichos charlatanes más adelante en nuestra vida profesional y que podremos encontrar en cualquier campo del ejercicio jurídico; así nos explica cada aspecto que él considera relevante en el derecho como ciencia en general, y a su vez nos da su descripción de cómo debe ser un verdadero jurista y expone las características que delatan a un mediocre o charlatán.

Comienza dando a conocer el origen y necesidad de un Estado de Derecho, en el que es indispensable una organización para prolongar el desarrollo de la sociedad, naciendo de la necesidad de un derecho fundamental como es la seguridad social, tratando de mostrarnos de lo vital que es estar bajo una normatividad jurídica a pesar de que con todo y sus defectos en el Siglo que vivamos, el derecho ha funcionado hasta el día de hoy. Lo hace notar en la postura que tiene Burgoa respecto que hay corrientes economistas, sociólogos, y politólogos en contra del derecho, él responde diciendo que la sociedad necesita de un organismo que regule la colectividad, y denota la ausencia que éste causaría, sería un desplome de dichas transformaciones, se deduce también que su ideología en cuanto al valor que tiene el Derecho para la sociedad es una preocupación por quienes abandonan estos principios.

Nos incita a tener un hambre intelectual que nos lleve a estudiar más, a interesarnos más por nuestra profesión y a buscar convertirnos en verdaderos juristas dignos de este título y reconocimiento.

Otro punto que quiero destacar es la autenticidad en el aspecto de mostrarse congruente con nuestras acciones, y como las mentiras, la falsedad o la hipocresía trasgreden parte de lo más valioso que conlleva ser abogado, es de suma importancia la confianza, sin ella la ética del derecho este no funcionaria.

También considerara otro punto el “valor civil” que no es más que una actitud de perseverancia y valentía para defender muestra ideología jurídica, una conducta que demuestre nuestro compromiso propio y con los demás en lo que a fuerza y carácter se refiere. Otro punto es la “honestidad” que es el valor fundamental de quienes ejercen esta profesión, el autor rápidamente contrasta el valor con lo que sería la corrupción, que a continuación define, como lo más reprochable e incluso repugnante que podría hacer no solo un abogado sino en general una persona en su vida cotidiana.

En cuanto a si es una ciencia indica que se relaciona al saber, desde esta perspectiva el Derecho no es solamente conocer o saber lo que las normas o leyes dicen, no es aprenderlas de memoria o ser el mejor interpretador de las mismas, es estar involucrado en su historia y los principios filosóficos, sociológicos, políticos, culturales, morales o económicos que hayan influido en su contenido normativo, afirmando que el conocimiento de la ley solo es una aspecto de la ciencia jurídica por esta razón se considera que la ciencia del derecho va más allá.

En cuestión del arte hay una relación muy fuerte en cuanto a la bondad y la justicia, esto como el resultado del “hacer o el actuar” ya que el derecho como tal busca reclamar lo bueno y lo justo, según refiere, ya que a diferencia de otras expresiones artísticas el Derecho es un arte que se está renovando constantemente por qué no se puede considerar una obra terminada.

Un verdadero jurista es alguien que persigue y procura el correcto desarrollo de la sociedad organizada en el ámbito jurídico, por esta razón considero que no hay palabras más claras que las dichas por el mismo autor donde nos dice lo siguiente acerca de quienes son lo que él llama un “simulador”. La ignorancia juris que afecta al simulador no sólo proviene de su falta de vocación por el estudio, sino de la ausencia de talento necesario para determinar los puntos esenciales de cualquier cuestión jurídica y brindar la solución pertinente. Por esta razón centra su atención en la retribución económica que un negocio pueda generar y no en lo primordial que es el estudio de la materia que nos ocupa.

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