El Maestro Todopoderoso

El maestro todo poderoso

• Los alumnos están fuertemente subordinados a las categorías y normas escolares por la omnipotencia del maestro.

• Frente al maestro los niños se sienten trasparentes. La maestra conoce el carácter de los niños, si trabajan o no, si son voluntariosos o no. La maestra es todopoderosa logra verlos aun este de espaldas y escribiendo en el pizarrón. El maestro propone solo ejercicios adaptados al nivel de los niños, lo que impide toda protesta y obliga a sentirse potencialmente culpables.

• El juicio sobre si depende totalmente del maestro. Los chicos se describen a sí mismos en el lenguaje del maestro. Los malos alumnos son los menos gentiles de la clase se burlan de todos, son muy desagradables. Siempre son malos chicos. El buen alumno es perseverante, trabajador, atento, con resultados satisfactorios. El mal alumno tiene por añadiría malos padres. Los problemas escolares tienen siempre su fuente fuera de la escuela.

• Todo depende de la mirada del maestro. La maestra no debe hacer distinciones. Hasta la evocación del aburrimiento depende de la actitud de la maestra.

• Los alumnos tienen demasiadas ganas de acaparar la atención del maestro. Los buenos alumnos no soportan que la maestra se ocupe de otros más que de ellos mismos, que igualmente lo merecen.

• Es a través de la relación entre el maestro y el alumno que hay que moldear la personalidad social del niño. La relación con el maestro aparece como el útil esencial de la educación, contra los límites de la familia y la influencia desordenada de los grupos de niños.

La división del mundo de los niños.

• Los niños mismos construyen una separación entre su mundo escolar y su mundo infantil. El alumno puede pensar que una parte de su carácter que da opaca ante la mirada del otro, especialmente la del maestro y la de los padres. Hay cosas intimas que no se quieren comunicar a un maestro.

• El niño se siente trasparente ante la mirada de los adultos. El alumno siente miedo cuando los padres y maestros se juntan porque el quedara al desnudo ante los otros.

• Las categorías del juicio escolar se imponen, aunque la clase sea vivida como un lugar de obligaciones que varían según las condiciones de trabajo.

• El niño y el alumno

• La tensión entre el niño y el alumno, en la base del descuartizamiento de la experiencia escolar, da lugar a dos grandes familias de lógicas de subjetivación.

El alumno es también un niño

• Una de las características mayores de la escuela primaria reside aquí en la voluntad de establecer una continuidad entre la infancia y la experiencia escolar. La relación pedagodica ha evolucionado, en el seno de la escuela primaria, de un modelo tradicional en el que la posesión del saber dispensa de la pedagogía, a un modelo pedagógico que refuerza la meditación efectiva.

• Las dimensiones afectivas y cognoscitivas del oficio se refuerzan mutuamente.

• La afectividad es percibida como si fuera el corazón de la autoridad pedagógica. Los niños son mantenidos en el terreno de lo afectivo, para causarnos placer hacen las cosas.

• A partir del momento en el que el público que tenemos delante evoluciona, cambia, se renueva, es diferente siempre. El sentimiento de realización es tanto más vivo cuanto que los docentes saben que el niño es el valor ultimo de nuestra sociedad.

El maestro solo a bordo

• La descripción de la omnipotencia de los maestros por ellos mismos, es absolutamente simétrica a la de los alumnos.

• El desorden es una manifestación anómica de la debilidad del maestro, no una protesta.

• Aunque la autoridad sea natural, exige una atención en todos los momentos. Para el niño lo que dice el maestro es verdad.

• El poder del maestro marca la totalidad

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