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El Rol Del Maestro

coconajera121 de Agosto de 2011

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EL ROL DEL PROFESOR

La escuela como institución y el profesor como agente socializador enfrentan el reto de abrir las puertas del siglo XXI introduciendo cambios en su organización, en su quehacer y lograr que estos no se operen sólo en el discurso sino en el accionar cotidiano del profesor.

Asistimos a un período de cambio a nivel mundial, en el que para muchos el futuro se presenta incierto: cambian las demandas de la sociedad y de los individuos, la situación internacional es otra, aparecen nuevas reglas de juego y se modifican los roles de las instituciones, los agentes y surgen nuevos actores sociales. Los sistemas educativos no se mantienen inertes, se han iniciados procesos de reformas y transformaciones, derivadas de la concientización del agotamiento de un modelo tradicional que no ha conciliado el crecimiento cuantitativo con niveles satisfactorios de calidad y equidad, ni de satisfacción de las nuevas demandas sociales. El funcionamiento óptimo de los sistemas educacionales se convierte en una prioridad de los países para garantizar la preparación de ciudadanos para sobrevivir en sociedades complejas.

En este marco, la escuela emerge como una institución abierta a las demandas de su contexto y con grados crecientes de autonomía, manifestación de uno de los cambios más significativos que se sucedieron en los sistemas educativos.

En respuesta a estas transformaciones la reconceptualización del rol del profesor es una exigencia de los procesos de descentralización, de autonomía en la gestión de las escuelas y de los cambios que están ocurriendo en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Así en la recomendación del Comité de Ministros de Educación de América Latina relativa a la ejecución del Proyecto Principal de Educación considera que la profesionalización de la actividad educativa es el concepto central y debe caracterizar las actividades de esta nueva etapa del desarrollo educativo.

Desde el discurso, todos coinciden en considerar que al rol del maestro le son propia la creatividad y la innovación pero, estas características no devienen en el desempeño del quehacer profesional del maestro por arte de magia ya que, al encapsularlo en ámbitos escolares formales y burocráticos el resultado es todo lo opuesto, la actividad se hace monótona, estereotipada y se limita el despliegue de sus potencialidades.

En su cotidiano de vida el profesor debe adoptar diferentes decisiones que transitan desde estimular "el aprendizaje de un currículo que no ha sido diseñado para heterogeneidad" (Avalos B.1994), complementar procederes para mantener la disciplina en el salón de clase y buscar soluciones ante la carencia de recursos materiales.

Las estrategias de soluciones que empleaba el maestro al inicio de su carrera profesional donde ponía de manifiesto imaginación, al correr el tiempo se puede tornar rutinaria frente a los sucesivos obstáculos del contexto escolar. De manera tal, que el asunto no se reduce a la creatividad del maestro sino también a la autonomía profesional la cual se ve afectada por factores tales como:

• el prestigio social que tiene la profesión,

• la propia formación profesional y la superación,

• los límites que impone el contexto escolar al ejercicio profesional.

En las conceptualizaciones del rol profesional se observan diferentes posiciones que transitan desde definirlo por las acciones observables del maestro en la consecución de los fines esperables de los procesos de enseñanza que se refiere a las "competencias" del maestro para lograr un aprendizaje efectivo en los alumnos hasta otra en que el acento se pone en la profesionalización del rol

Evidentemente, prevalece la tendencia en los profesores de asumir un rol directo, "los profesores emplean buena parte del tiempo de clases hablándole a los alumnos, hablando con ellos y supervisándolos cuando trabajan individualmente en sus puestos...estas son formas de "recitación-trabajo" (Dunkin y Bidalle,1974, citado por Avalos B. 1994). Los profesores también controlan sus clases toman las mayorías de las decisiones y organizan las actividades.

La posición de poder que ocupa el maestro en el salón de clase, le genera seguridad, al desempeñar el rol como poseedor de todo el saber, ignorando que los estudiantes también tienen saberes individuales y que la conjugación de todos facilita la "construcción del conocimiento".

Sin embargo, las estructuras organizativas en las escuelas tienden a ser semejantes, reduciendo la actividad del profesor a un administrador de la clase, así como el conductor de actividades restringiéndose las interacciones entre profesores y alumnos. Aun cuando los profesores declaran que, los objetivos de enseñanza que se proponen, incluyen elevados niveles de ejercicio intelectual, en la práctica, lo que se demanda de los alumnos son respuestas memorísticas, siendo éstas el contenido básico de la interrelación que no transciende la posición del técnico "ejecutor de acciones diestras de acuerdo a prescripciones o algoritmos definidos por otros"(Clark y Peterson,1986)

En la intención de trascender estas conductas, es preciso re-conceptualizar el rol del maestro en el sentido de ser un sujeto con posibilidad de poner en juego la información que tiene sobre sus alumnos de manera individual y grupal a partir de un diagnóstico que promueva el crecimiento personal de estos; poder incorporar al quehacer profesional el caudal de trabajo teórico y empírico alcanzado en la investigación educativa; lo que implicaría la toma de decisiones, elaborar propuestas y reflexionar acerca de lo que acontece en el salón de clase.

En investigaciones realizadas se constriñe el problema a la experiencia de los profesores, lo que se traduce en distintas orientaciones para enfrentar los incidentes críticos de común concurrencia en la sala de clases.

Calderhead presenta el incidente crítico en forma oral a la profesora:

“La clase trabaja tranquila y de repente un grupo de niños empieza a conversar entre ellos. Le pregunta entonces a la profesora" que más necesita saber antes de decidirse a intervenir y qué haría en ese caso. Encontró que los profesores novatos o parecían carecer de estructuras conceptuales que les permitieran dar sentido a los sucesos de la clase o tenían formas simples no diferenciadas de estructuras conceptuales .Estos profesores no mostraban el mismo tipo o nivel de comprensión de la descripción del incidente crítico que lograban los profesores con experiencia (Avalos B,1994). A nuestro modo de ver el problema está mediado por la experiencia, pero no solo por ella, sino que en estas posiciones se manifiesta además, la conceptualización el rol del maestro, como lo prescripto socialmente es vivido como personal.

En consecuencia, si el rol del maestro está dibujado como una persona autoritaria, no crea el espacio para el intercambio entre los alumnos o lo que es lo mismo impide los vínculos horizontales y solo a través de él, como centro del proceso de enseñanza, se producirán los contactos en el salón de clase. La interpretación y comprensión de eventos que no estén incluidos en este esquema serán evaluados como violación de lo establecido, de la norma y pudiera generar angustia cuando desde su historia profesional no tiene los registros necesarios para asumir la actitud que la situación demanda y existe el temor de perder autoridad si es demasiado tolerante; o a ser catalogado de tiránico si impone un castigo excesivo con relación al hecho en cuestión

Sin embargo, estas mismas ansiedades son experimentadas también por un maestro con experiencia sólo que este acude a sus registros anteriores, pero, siempre en comparación con lo que idealmente se ha diseñado como la disciplina y el orden que deben caracterizar un aula ideal, dónde al parecer se concibe como un salón en que sólo está el maestro y el mobiliario escolar olvidando que lo que realmente le da vida a esa instalación son los alumnos, niños o adolescentes qué triste esa escuela en que sólo se escucha la voz monótona del maestro, trasmitiendo información y los objetos-alumnos reservorio de esos mensajes!.

Y no es que aboguemos por el caos, la indisciplina, el desorden. Entendemos que como en toda relación humana debe establecerse límites que clarifiquen que es lo que se puede o qué es lo prohibido; espacio en el que cada uno crezca y tenga la oportunidad de reafirmar su identidad y estén en mejores condiciones de aprender a ser sujetos activos del proceso, que participen en la construcción del conocimiento junto a su maestro y al resto del grupo lo que lleva implícito el intercambio de ideas y opiniones en el aula.

Si en el rol del maestro, el aprendizaje es visto así, la conversación en el aula no necesariamente es interpretada como indisciplina y él no sentirá que pierde autoridad si facilita el intercambio, sino que lo comprenderá como un momento necesario del trabajo conjunto y ese maestro como agente reflexivo será capaz de imaginar soluciones y de decidir en forma práctica lo que conviene en una u otra situación.

Los maestros que convocan sus alumnos a la construcción del conocimiento tienen mayores probabilidades de establecer relaciones basadas en una red de conversaciones "ruido productivo" que se genera en la sala de clases. El aula es un espacio de interacción social donde se generan conversaciones entre maestros y alumnos y entre los propios estudiantes.

La enseñanza entre pares es significativa aunque, poco empleada como procedimiento pedagógico. Refuerza los vínculos interpersonales, propicia una relación más flexible y dinámica entre los

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