El análisis de Mariana Basurto Ledezma "Dinastía Romanov"
mapaobsReseña25 de Abril de 2012
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MARIANA BASURTO LEDEZMA
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DINASTÍA ROMANOV
Mariana Basurto Ledezma
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Borrador “La Princesa Perdida”
Una de las razones por las que me parece el país mas fascinante de Europa es su antigua historia, las ocurrencias de las personas en el poder, sus palacios, tradiciones, así como los nombres tan representativos de su nación, cualquier persona extranjera a su país puede distinguir a una persona rusa por su nombre.
“Los personajes principales de este libro fueron rusos, por matrimonio o por nacimiento y sus nombres debieron de haberse escrito primero en ruso, luego en francés[…] Las versiones que se dan aquí están lo más cerca posible del original ruso, con la única excepción de los zares, cuyos nombres parecen ser muy conocidos en sus versiones en inglés como para cambiarlos”.
Para mí, este sistema es algo que los caracteriza mucho y le agrega cierta clase y fineza a su persona y era muy fácil de identificar a las personas aunque sus nombres usualmente eran muy largos.
“[...]los rusos usaban dos nombres: un nombre de pila y un patronímico: el nombre del padre con “ovich” o “-evich” a final, lo cual significa “hijo de”; y con “-ovna” o “-evna”, que quiere decir “hija de”. Así, por ejemplo Dmitri Konstantinovich es “Dimitri, hijo de Konstantin”.
El término “zar” proviene de Bulgaria desde 1547 y viene del latín Caesar. Un término que solamente al nombrarlo tiene un gran impacto y puede identificarse con alguien de mucho poder al igual que la zarina.
“Los títulos de la familia imperial acarrean muchos problemas para un escritor no ruso, aunque en sus formas originales eran muy simples. Del siglo XVI en adelante, el hombre que gobernaba Rusia era el zar. Su esposa era la zarina.
Cada uno de los hijos llevaba el título sw zarevitch (hijo del zar) y cada una de las hijas, el de zarevna (hija del zar).”
Las palabras que le escribió Nicolás a su hermana son una reflexión de cuando su padre se fue a la guerra y lo asesinaron y Nicolás miraba hacia atrás para darse cuenta de cómo paso el tiempo.
“[..]Nicolás I escribió esas palabras a su hermana recordando un momento de hacia más de treinta años: Su partida hacia el frente junto con su hermano, el zar Alejandro I. Tenía por entonces sólo diecisiete años y ninguna idea de lo que significaban el trono y las responsabilidades [..].
Charlotte se recibió en la iglesia ortodoxa como “Alejandra Feodorovna”, el nombre que utilizó el resto de su vida.
Los primeros “Nicolás y Alejandra” fueron ellos y a diferencia de otros matrimonios en el poder en otras naciones, ellos si se querían.
“En Berlín la hija del rey de Prusia, Charlotte, dio la bienvenida a los visitantes rusos. Ella tenía la edad de quince años y era alta, hermosa y un rato ingenua; Nicolás era guapo. Ambos disfrutaban del descanso posterior escolar, y uno y otro se encontraron irresistibles.”
Alejandro II era un triunfador y así fue recibido por el pueblo después de muchas derrotas y desilusiones al fin tuvo una victoria.
“La familia imperial y los funcionarios más importantes de la corte y el gobierno le dieron la bienvenida en la plaza que se encuentra fuera de la Estación Nikolai.”
Anastasia era una de cuatro hijas de los zares y en efecto, siempre fue la que más llamó la atención y la más reconocida y cuando se habla de la historia rusa y del Imperio de los Romanov, era la más rebelde y con espíritu libre.
“Su nombre era Anastasia, era más que una princesa, era la gran duquesa imperial de Rusia, hija del zar Nicolás II, el hombre más rico del mundo. Anastasia heredó los cautivadores ojos azules de su padre, pero el zar ya tenía tres hijas, el junto con toda Rusia querían un varón como heredero al trono”.
Es una trágica historia ya que en verdad los Romanov vivían un cuento de hadas, con tantos lujos y sirvientes, nunca tuvieron de que preocuparse hasta que llegó el triste día de su ejecución.
“El 17 de Julio de 1918, la vida de cuentos de hadas de Anastasia llegó a un terrible final. Tenía sólo 17 años cuando toda la familia junto con su médico y tres sirvientes fueron ejecutados.
Su sitio de sepultura permaneció como secreto de Estado y en cuanto a la historia concierne, ese fue el final de Anastasia y su familia.”
sta es la magnífica historia de dos mujeres con una misma identidad, ser la única hija del Zar Nicolas II que se salvara de la masacre de 1918 en Ekaterimburgo-Siberia.
Anna Anderson era una joven veiteañera de ascendencia rusa que decidió abrirse al mundo bajo la identidad de la Gran Duquesa Anastasia Romanov de todas las Rusias, la misma que muriera en el verano de 1918, junto a toda la familia de Nicolas II, padres y hermanos.
La muerte de la joven Anastasia Romanov fue todo un misterio, solo se sabía que oficialmente había sido fusilada en la noche del 16 al 17 de julio junto a su familia, pero con el tiempo, el rumor surgió cuando un soldado informó de la posibilidad del rescate de un miembro de la familia, de una de las hijas del Zar, que había quedado mal herida durante aquella noche fatal.
El soldado Tschaikovsky dijo haber recogido a la joven gran duquesa y se la llevaría a Rumania donde curaría todas sus heridas.
La vida de Anna Anderson surgió en 1920 cuando fue salvada de suicidarse en el puente del río Spree en la ciudad berlinesa. Fue ingresada en un sanatorio mental durante un tiempo en la que ella se definia como la única superviviente de la familia imperial rusa e hija Nicolás II. La noticia empezó a sucumbir por toda Europa. La gente maravillada ante esa magnífica historia, daban motivos para pensar que si realmente fuera esta joven la verdadera hija del Zar, devolvería las esperanzas de los miles de súbditos rusos de colocar a un Romanov en el trono, que fuera arrebatado por los bolcheviques. Pero la pregunta estaba servida: ¿Es esta mujer la que dice ser y es verdaderamente Anna Anderson la famosa Anastasia Romanov? Hasta hace pocos años estas y otras preguntas seguían vigentes hasta que en la pasada década de los 90 una prueba del ADN confirmó lo lo esperado durante años.
Anastasia Nicolaeivna Romanov-Oldenburg-Holstein-Gottorp y von Hessen, nace en Peterhof, Rusia, el 18 de junio de 1901. Hija del Zar Nicolás II Romanov y de Alexandra Feodorovna de Hessen.
Era la pequeña de las cuatro hijas del Zar y era muy conocida por ser quien cuidaba constantemente de su hermano el Zarevich Alexis, el pequeño de la familia.
Anastasia se crió junto a sus otras tres hermanas: Olga, Maria y Tatiana. Junto a ella siempre su adorado hermano Alexis de dos años menor que ella. Vivió alrededor de una corte sublime, pomposa y elegante. Pero a Anastasia de carácter algo reservado, disfrutaba de realizar actividades lúdicas como también tenía entre sus aficiones, salir al campo, practicar tenis, jugar con sus hermanas o escuchando a su abuela paterna, la zarina Maria de Dinamarca que disfrutaba de contar miles de historias y cuentos infantiles. Sabemos que també asistió a actos protocolarios como las fiestas de Navidad o de Pascua de Resurrección. No hay muchos datos de la joven Anastasia desde su nacimiento hasta el final de sus días.
El 20 de mayo de 1918 los Romanov, fueron exiliados a Siberia, donde fueron confinados en Ekaterinburg. Estuvieron residiendo durante sus últimos dos meses de vida, en una pequeña granja de la localidad siberiana.
Poco tiempo antes del desenlace final, el oficial bolchevique Yurovsky, trasladó a la familia imperial a otro pueblo llamado Alapayevsk e instalados en un refugio preparado para ellos. La noche del 16 al 17 de julio la familia fue sacada del lugar donde se encontraban y tras despertarlos de madrugada, fueron conducidos al sótano de la casa con el pretexto de ser fotografiados por última vez.
Les acompañaba el médico de la familia imperial, el doctor Eugenio Botkin además de tres personas más del servicio de la familia. Fueron ejecutados cruelmente. Para poderse desahacer de los cuerpos, la milicia decidió enterrarlos en el bosque tras haber sido bañados en ácido sulfúrico para que nadie les pudiera identificar.
Sus cuerpos sin vida fueron conducidos en medio de un bosque cercano, espeso y oscuro, donde fueron enterrados sin señal o lápida donde indicara el lugar de su reposo.
Por ello, ante la posibilidad de rescatar medio moribundo a algún miembro de la casa imperial se hizo cada vez más relevante en la europa occidental. Sobre todo a través de la historia de que un soldado que estuvo durante la masacre y que el llamado Tschaikovsky la pudiera rescatar. Fue entonces, dos años después de lo sucedido cuando apareció Anna Tschaikovska Anderson.
Nadie supo quien fue realmente Anna Anderson. Pero había gente que quería comprender y quería aceptar la posibilidad de que aquella historia fuera real y que la joven Anastasia se salvara de aquella masacre. El parecido físico con la auténtica gran duquesa hizo que la gente que la había conocido o tratado cuando era joven se alarmara y pretendiera aceptarla como tal. Por entonces,
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