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Guerra Del Agua


Enviado por   •  23 de Junio de 2014  •  4.056 Palabras (17 Páginas)  •  401 Visitas

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GUERRA DEL AGUA

La “guerra del agua en Bolivia” estalló en abril del 2000, luego que el Congreso promulgara la Ley # 2066, "Ley de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario", modificatoria de la Ley # 2029, con el mismo nombre, del 29 de octubre de 1999.

La aprobación no consensuada de la Ley, más la concesión de los servicios de abastecimiento de agua potable y alcantarillado en la ciudad de Cochabamba, la adjudicación del proyecto múltiple MISICUNI al Consorcio aguas del Tunari y la decisión de éste de incrementar las tarifas sin antes mejorar los servicios, fueron los elementos que hicieron detonar la guerra.

Las decisiones del gobierno boliviano generaron una ola de reacciones populares: protestas masivas, tomas de carreteras y una huelga general en la ciudad de Cochabamba donde el gobierno del presidente Hugo Banzer declaró el 8 de abril el estado de sitio.

La huelga general se extendió por cuatro días hasta que el gobierno prometió la retirada de los anunciados aumentos tarifarios, que en algunos casos suponían 20 dólares.

En una consulta popular, en la que participaron más de 60,000 personas, se exigió la cancelación del contrato de concesión con Aguas del Tunari.

La privatización del sistema de agua fue una decisión impuesta por la agencia regional del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo. Las protestas (que suscitaron la creación de la Coordinadora de Defensa del Agua) empezaron en enero, al anunciar la nueva compañía el aumento de los precios, que en algunos casos suponían $20 más, cuando el salario mínimo es de unos $100. Además, Aguas del Tunarí anunció que los precios estarían vinculados directamente al dólar estadounidense.

Finalmente el martes 4 de abril la población de Cochabamba volvió a salir a las calles de forma masiva con la convocatoria de una huelga general que paralizó la ciudad, en lo que la Coordinadora bautizó como la "última batalla". Al día siguiente, a la huelga general se habían unido el sindicato de campesinos que se enfrentaba al gobierno en una batalla paralela contra la privatización del acceso al agua en el campo y contra una Ley de reforma agraria (INRA) que sólo beneficia a los grandes propietarios terratenientes. Miles de campesinos empezaron a organizar bloqueos de carreteras en seis de los nueve distritos del país.

El jueves 6 de marzo la huelga general continuaba y no había señales de solución. Las masas de Cochabamba decidieron pasar a la acción directa, asaltando el edificio del consejo municipal y rodeando el edificio dónde se celebraran las negociaciones con las autoridades. El gobierno entonces decidió arrestar a los 15 dirigentes de la Coordinadora.

"lo que estamos presenciando no es un golpe o un acto de sedición... detrás de todos los conflictos que se desataron en los últimos días no están conspiradores ni sediciosos, sino que está el cansancio y la bronca de todo el país: (La razón, 12/4/2000)

VIDEO : "Chillchi Parita", Lluvia menudita. El personaje de la Abuela Grillo está basado en un mito de las Tierras bajas bolivianas. La abuela de los Ayoreos (pueblo indígena del chaco boreal), un grillo llamado Direjná, era la dueña del agua, que iba donde ella se encontraba. Sus nietos cansados de que el agua inundara sus campos le pidieron que se fuera… y así empezó el calor y la sequía. Abuela Grillo decidió enviar lluvia desde el cielo cada vez que alguien contara su historia.

min 7:21 se ven dos corrientes de protesta que se unen.

¿Tormenta final significa algo?

El campesino que al comienzo hecha a la abuela, al final le convida maíz.

"Solo después de que el último árbol sea cortado

solo después de que el último río sea envenenado

solo después de que el último pez sea apresado

Solo entonces sabrás que el dinero no se puede comer".

- Profecía india.

Contra la privatización del agua

por Íñigo Herraiz*

El agua es un bien escaso y mal repartido. Sin embargo, por el uso irreflexivo cotidiano que hacemos de este recurso parece que fuera inagotable. Su consumo se ha disparado a lo largo de este siglo paralelamente al aumento de personas que carecen de acceso al agua potable: más de 1000 millones de afectados. La ONU advierte que, de continuar con la tendencia actual, en el año 2025 un tercio de la población mundial vivirá en un serio estado de carencia de agua. Para paliar los efectos de esta crisis y solucionar la escasez y el reparto desigual del agua, los gobiernos se han decantado hacia una estrategia contundente: la privatización.

Lucrativo negocio

El agua se ha convertido en un bien muy preciado y, como tal, en objeto de deseo de las grandes corporaciones multinacionales que pugnan por hacerse con su control. El Oro Azul, según su nueva denominación, se antoja como uno de los negocios más lucrativos de este nuevo siglo. No en vano, el Banco Mundial establece el valor del mercado actual en un billón de dólares, una cantidad todavía insignificante si tenemos en cuenta que de momento las empresas privadas abastecen sólo a un 5% de la población mundial. Dos de ellas, Vivendi y La Suez Lyonnaise, antes seguidas de cerca por la maltrecha Enron, acaparan el 70% de este mercado, operan en más de cien países y ofrecen servicios muy diversificados que van desde el abastecimiento de agua potable a la televisión por cable, pasando por la energía eléctrica. El objetivo prioritario para ambas es acaparar el jugoso mercado estadounidense, el mayor del mundo, que genera unos ingresos anuales del orden de 80.000 de dólares.

Pero el negocio no parece tan redondo para la gran mayoría. La privatización provoca en muchos casos un aumento del precio del agua, que afecta especialmente a los países más pobres donde ese coste extra no se puede asumir. En Cochabamba (Bolivia), el Banco Mundial condicionó la concesión de un préstamo a la privatización del suministro de agua. El gobierno de la localidad cedió. La empresa adjudicataria de la concesión, que dependía del conglomerado Bechtel, duplicó los precios, de manera que el agua pasó a suponer en los hogares con menos recursos casi la mitad del presupuesto mensual familiar. En Bolivia, la reacción organizada de la población civil consiguió que la compañía abandonara el país. El agua pasó a ser gestionada por la comunidad que tomó como primera medida la puesta en funcionamiento de una cisterna para abastecer a los barrios más humildes que habían sido ignorados por la compañía.

Esta y otras experiencias similares alertan sobre los peligros de las tendencias actuales hacia la liberalización, la desregulación

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