IgnazSemmelweis y su investigación de la etiología en la fiebre puerperal de Acosta, Arredondo y Torres (1999).

IgnazSemmelweis y su investigación de la etiología en la fiebre puerperal de Acosta, Arredondo y Torres (1999).

En 1844, 260 de 3157 madres, que dieron a luz en la Primera División de Maternidad, fallecieron de calentura puerperal; para 1845 el número de muertes fue de 6.8%, pero en 1846, elevó a 11.4%.

Lo preocupante de los números es en la Segunda División de Maternidad en la clínica de Viena el índice de mortandad, fue de 2.3, 2.0 y 2.7%. Para tratar de resolver el problema, se consideraron algunos factores aceptados como causas del mal; ejemplo, las influencias epidémicas explicadas como cambios atmosféricos y cósmico-telúricos que, al extenderse sobre la zona, dañan a las madres que parieron en cuarentena hospitalaria.

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Otro suceso, hacia dudar sobre la epidemia del caso de las madres que daban a luz camino al hospital, a pesar de las condiciones hostiles de una vía pública, los casos de fiebre puerperal eran menos que internas de la Primera División.

Otra explicación fue el acumulamiento, causa que se consideró poco probable, ya que las condiciones de sobrepoblación era mayor en la Segunda División. También se negaron las explicaciones basadas en el tipo de cuidados y dietas, ya que éstos fueron los mismos en ambas divisiones.

Un grupo llegó a la conclusión (1846) de que los síntomas en cuestión se debía al uso al que se sometía a pacientes durante el análisis era demasiado violento, pues les practicaban los estudiantes de medicina adscritos a la Primera División y entrenados en la misma

Dada la explicación -afirmó Semmelweis- cabe resaltar lo siguiente: las lesiones provocadas por el proceso natural del parto eran intensas y extensas que las de examinación, aun cuando ésta sea –violenta-; en segundo lugar, las parteras y estudiantes que hacían exámenes en la Segunda División lo hacían de la igual forma que los de la Primera, sin que en ésta se provocara la fiebre puerperal; y finalmente, a partir del informe de la comisión, el número de estudiantes fue reducido a la mitad, y minimizó El análisis de las parturientas.

Además, después de una baja, el número de muertos incremento más. Por la debilidad de este tipo de explicaciones, se intentaron otras, por ejemplo, en el ámbito psicológico se afirmaba que la presencia del capellán del hospital, quien para dar el último sacramento a alguna mujer agonizante de la Primera División, tenía que pasar por cinco pasillos antes de llegar a la sala de estas enfermas, realizaba su recorrido precedido por un ayudante quien sonaba una campana; cosa que lo convertía en una imagen terrorífica y debilitante para las pacientes. Cuestión que no se presentaba en la Segunda División, donde el capellán podía pasar directamente a la sala de enfermas desalojado.

Para quitar el efecto se convenció al Padre de usar otra ruta en su camino a la sala de la Primera División, además se le pidió que no usar su campana, de este modo, el capellán llegaba en silencio y sin ser visto. Pero, la mortandad no disminuyó.

Se hacer otra explicación, al ver que en la Primera División las pacientes dormían de espaldas, y en la Segunda de lado, se creó el uso de la postura lateral en la Primera, pero una vez más la tasa de mortalidad se mantuvo sin variación.

Por suerte, al final, las mentes laboriosas y despiertas dieron la clave para resolver el enigma médico. Inicios del año de 1847, un amigo de Semmelweis, llamado Kolletschka, mientras hacía una autopsia, se hirió accidentalmente en un dedo con el bisturí de un estudiante. Tiempo después de este suceso, Kolletschka murió, mostrando los síntomas que se vieron en las pacientes de la fiebre puerperal.

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