ENSAYO ETIOLOGIA DE LA FIEBRE PUERPERAL

UNIVERSIDAD JUAREZ AUTONOMA DE TABASCO[pic 1][pic 2]

DIVISION ACADEMICA DE CIENCIAS DE LA SALUD

COORDINACION DE ESTUDIOS DE ENFERMERIA

“ENSAYO ETIOLOGIA DE LA FIEBRE PUERPERAL

(Semmelweis-1846)”

NOMBRE DE LOS INTEGRANTES:

DAFNY CRYSTHEL LÓPEZ HERNÁNDEZ

ANA CRISTINA SÁNCHEZ CAMACHO

SEMESTRE: 4TO                 GRUPO: B

HORIO: LUNES Y MARTES DE 10AM-12AM

NOMBRE DEL DOCENTE:

PROFESORA FRANCISCA GOMEZ HERNANDEZ

Villahermosa, Tabasco a 20 de Febrero de 2018

OBJETIVO

En el siguiente documento podremos destacar la importancia que tiene el lavado de manos y mantener la higiene al momento de manipular a un paciente, en este caso se hace énfasis en la atención a mujeres embrazadas. Los objetivos de este ensayo consistirán en:

• Conocer la historia de Ignaz Philipp Semmelweis

• Tener conocimiento sobre la etiología de la fiebre puerperal

• Identificar cuáles son los beneficios del lavado de manos

• Conocer los descubrimientos de Semmelweis

• La primer y única obra llamada “Etiología, concepto y profilaxis de la fiebre puerperal”.

ETIOLOGIA DE LA FIEBRE PUERPERAL (Semmelweis-1846)

En el presente ensayo se podrá observar detalladamente la vida de Semmelweis de cómo pudo descubrir este gran hallazgo para disminuir las muertes maternas a lo largo de los años, al igual que todas las especificaciones de la enfermedad. Tal vez no sea muy conocido; sin embargo, lo que hizo ha beneficiado a la mayoría de las familias modernas. Se dice que a Ignaz Philipp Semmelweis al asumir el cargo de ayudante de un profesor en la Primera Clínica de Maternidad del Hospital General de Viena, se enfrentó a una espantosa realidad: más del 13% de las mujeres que daban a luz allí morían de una enfermedad conocida como fiebre puerperal o fiebre del parto. Había diferentes teorías sobre la causa de esta enfermedad, pero ninguna parecía resolver el misterio. Todo esfuerzo por reducir el número de muertes había sido inútil. Angustiado por tener que ver a tantas madres sufrir una muerte lenta y dolorosa, Semmelweis se propuso encontrar la causa de la enfermedad y prevenirla.

El hospital donde trabajaba Semmelweis tenía dos clínicas de maternidad separadas y, curiosamente, la tasa de mortalidad de las madres en la primera clínica era mucho más elevada que en la segunda. La única diferencia entre las dos clínicas era que en la primera aprendían estudiantes de medicina, y en la otra, estudiantes de comadrona o partera. Lo cual ayudo a que después de tanta investigación a fondo sobre las muertes maternas y las posibles causas, descubrió que todo se debía a una mala higiene de las manos de quienes intervenían en las mujeres y fue desde entonces que se  le conoce como el “salvador de las madres” por reducir las causas de fiebre puerperal usando desinfección de manos en las clínicas obstétricas.

Ya que en el año de 1847 un colega, mientras realizaba una autopsia, se lastimó accidentalmente en un dedo con el bisturí de un estudiante, un tiempo después, falleció. (hoy en día la enfermedad puede aparecer después de 3 o más días después del parto) Philipp leyó el informe de la autopsia de su colega Kolletschka, y se dio cuenta de que algunos aspectos (síntomas) coincidían con los de las víctimas de fiebre puerperal. En la historia se menciona que los médicos y estudiantes realizaban autopsias justo antes de ir al pabellón de maternidad transmitiendo a las mujeres la enfermedad sin darse cuenta.

Por el otro lado en la clínica había otro pabellón donde las comadronas no realizaban autopsias y por lo tanto no transmitían ninguna enfermedad a las mujeres. Después de este descubrimiento Semmelweis optó por establecer medidas de higiene, lo cual sirvió para hacer una propuesta acerca del lavado de manos, con agua y jabón aunque de igual manera logró darse cuenta que el lavado con jabón no eliminaba completamente el “olor a cadáver” de las manos de estudiantes y médicos por lo tanto no eliminaba aun las partículas infecciosas; así que cambio su estrategia a lavarse las manos con una solución de cloruro de calcio antes de examinar a las mujeres embarazadas, donde contó con la destrucción de partículas cadavéricas así impidiendo la transmisión de este material a las víctimas.  

Posteriores experiencias clínicas llevaron a Semmelweis a ampliar su hipótesis. En una ocasión, tras desinfectarse cuidadosamente las manos, el y sus colaboradores examinaron primero a una parturienta que aquejaba de cáncer cervical ulcerado. Procedieron luego a examinar a otras doce mujeres de la misma sala, después de un lavado rutinario, sin desinfectarse de nuevo. Once de las doce pacientes murieron de fiebre puerperal. Semmelweis concluyo que la fiebre puerperal podía ser producida no solo por materia pútrida procedente de organismos vivos.

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