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Jefes, Jefazos Y Jefecitos Resumen


Enviado por   •  25 de Marzo de 2013  •  1.210 Palabras (5 Páginas)  •  1.735 Visitas

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Érase una vez…Jefes, Jefazos y Jefecillos.

Es muy común en nuestro días encontrarnos con organizaciones súper burocráticas y verticales donde existen cantidades de jefes o más bien, personas que tienen otros empleados a su cargo, cuyas posiciones pueden haber alcanzado por distintos motivos o naturaleza aunque no necesariamente la de contar con la capacidad necesaria para dirigir a otros. De ahí, que a través de una anécdota que el autor de este libro, Juan José Almagro toma como punto de partida, resumiendo las características básicas que deben tener los buenos jefes. El autor, que ha ocupado distintos puestos directivos en la compañía aseguradora Mapfre, le preguntó a su madre de 91 años cómo creía que debía ser el jefe perfecto y ésta respondió: "Deben cumplir con su obligación, saber crear un ambiente agradable, respetar a sus empleados y hacerse respetar".

De esa conversación, surgió también la definición de jefecillo que provocó incluso un cambio en el título. Los jefecillos son aquellos ejecutivos que, tengan la categoría que tengan, gritan a la menor excusa y se creen siempre lo que no son. Es decir, que no todos los que en las distintas organizaciones ostentan cargos de jefes también lo son, tenemos además los que son Jefazos , aquellos altos ejecutivos que olvidan de las relaciones que deben existir entre ellos y sus empleados y de su valiosa naturaleza humanas. Sin embargo, lo ideal es ser jefes y esto implica una serie de características y condiciones que definitivamente no todos los que ocupan dicha posición poseen.

En este libro, el autor, a través de su vasta experiencia analiza este problema que afecta sino a todas, a la mayoría de las organizaciones de nuestros días, poniendo enfoque especial en los mandos Intermedios, los cuales juegan un papel de suma importancia en las empresas, pues tal como lo expusiera en su libro El reloj de arena, son los que sirven de intermediarios entre los altos ejecutivos y los obreros, ejecutivos estos que resultan clave para el buen funcionamiento de la organización, pero que lamentablemente no reciben la atención que se merecen, ni dentro de la empresa ni por los autores especializados en investigar sobre gestión empresarial.

Estos jefes, que están siempre en medio, pues no se les puede considerar trabajadores de base pero tampoco directivos, prefieren en muchas ocasiones asustar, controlar, presionar y exigir a sus subordinados en lugar de hacerles comprometerse con su trabajo. Esta situación es en definitiva desalentadora, si se tiene en cuenta el modelo de compañía que se dibuja para el futuro: la empresa responsable, que responde de sus actos ante la sociedad y que debe luchar duramente para retener a sus mejores empleados.

Contrario a lo que normalmente se percibe, ser jefe no significa simplemente tener subordinados a los cuales dar constantemente órdenes, gozando de poder y todo lo que de él se deriva, más bien se trata de algo más profundo, es jugar dicho rol con responsabilidad, criterio, los cuales se basan principalmente en ver a las personas a quienes se dirige como humanos, integrarse con ellos, luchar contra el tedio y la falta de desafíos y mantenerlos motivados.

De ahí, que el autor plantea que todo jefe debe poseer tres condiciones esenciales: educación, respeto y sinceridad; puntualizando, que de las malas maneras al acoso laboral hay solo un paso. Un buen jefe debe saber relacionarse con las demás personas, impartir órdenes sin necesidad de gritar o insultar, es decir, saber cómo llamar la atención.

El autor, además establece que gran parte la problemática de aquellos que no saben ser jefes radica en que ser jefes, valga la redundancia, no es solo

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