LOS CONECTORES DISCURSIVOS: SU EMPLEO EN REDACCIONES DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS COSTARRICENSES
dreamsweaver9 de Abril de 2014
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Filología y Lingüística XXXI (2): 169-199, 2005
ISSN: 0377-628X
RESUMEN
En este artículo, se realiza un análisis pormenorizado del uso de los conectores discursivos por
parte de estudiantes de primer ingreso a la universidad. En general, se encuentran dos características,
en principio opuestas, con respecto a estas marcas: la subutilización de los recursos conectivos
con que cuenta el español y la sobreutilización de un solo conector como representante de la noción
discursiva que se quiere expresar. Además, se aporta evidencia para la hipótesis de la interferencia
del registro oral sobre el escrito.
Palabras clave: conectores discursivos, registro escrito.
ABSTRACT
In this article, a detailed analysis about the use of discourse connectors by university students
is carried out. In general, two characteristics, apparently opposite, are found: the sub-use of the
Spanish connective resources and the over-use of a single connector as representative of the discourse
notion that the author wants to express. In addition, some evidence is brought forward for
the interference of the oral register on the written register hypothesis.
Key words: discourse connectors, written register.
LOS CONECTORES DISCURSIVOS: SU EMPLEO EN
REDACCIONES DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
COSTARRICENSES
Carlos Sánchez Avendaño
1. Introducción
Pese a tratarse de un tema de especial interés en la didáctica de la expresión escrita, los
elementos cuya función consiste en conectar las distintas proposiciones en los textos no aparecen
destacados en los libros publicados en Costa Rica hasta la fecha (cfs. Sánchez Avendaño
2004). Frente a temas tales como la ortografía, la corrección idiomática y el análisis gramatical
tradicional, que ocupan la mayor cantidad de páginas, los conectores apenas si son mencionados,
a veces y solo de paso, cuando se estudian las oraciones compuestas.
Carlos Sánchez Avendaño. Magister en Lingüística. Profesor de la Escuela de Filología y Lingüística de la Universidad
de Costa Rica.
Recepción:21-2-05
Aceptación: 1-3-06
Filología y Lingüística XXXI (2): 169-170 199, 2005 / ISSN: 0377-628X
Tampoco la investigación sobre las características y deficiencias en el manejo del
registro escrito por parte de los costarricenses parece haberle prestado la debida atención al
asunto. Quesada y Ramírez (1993) incluyen, dentro de sus indicadores para medir los problemas
de redacción de los directores de centros educativos, el rubro denominado “mal uso de la
conjunción”, y entienden por esta un elemento invariable que enlaza y denota relación entre dos
oraciones o palabras. Sus resultados exponen este problema como el último en porcentaje de
aparición en la etapa de 1978 (solamente un caso, que representa el 0,28%) y, para 1990, 1,76%
de los errores. No obstante, el corpus y el análisis de este trabajo resultan poco fiables cuando
se observan los ejemplos consignados por las autoras1.
Rodino y Ross (1985), en su estudio acerca de los problemas de expresión escrita de
los estudiantes de la UNED, tratan el asunto dentro de la sección de morfosintaxis, aunque
únicamente comentan los problemas con las construcciones distributivas y comparativas, específicamente
las siguientes: ya (sea)...ya/o..., tanto...cuanto..., uno/s...otro/s..., parte...parte..., una
parte...otra..., no solo...sino..., tan/tanto...como..., tan/tanto...que... Para estos autores, el problema
yace en el empleo de estos nexos de forma inadecuada o incompleta (presentar solamente
uno de los elementos de la relación), como en el siguiente ejemplo: “yo me voy a distraer ya
sea oyendo música, contando chistes y también dando largos paseos” (correlación inadecuada).
Rodino (1988) tampoco ahonda en el asunto, pero menciona que la yuxtaposición prevalece en
los textos orales y escritos de los estudiantes universitarios estudiados por ella.
Como se puede apreciar, este aspecto merece entonces un análisis exhaustivo propio,
por cuanto los conectores discursivos se proponen en los manuales de análisis del discurso
y lingüística del texto como uno de los temas más relevantes para la cohesión discursiva. En
nuestro país, Solano Rojas (1990) realizó un análisis pormenorizado de los nexos en el habla
culta, pero nada se ha publicado sobre el empleo de estos recursos en el registro escrito. Nuestra
impresión es que se trata de uno de los aspectos de manejo menos eficaz de la expresión escrita
por parte del estudiantado universitario costarricense.
2. La cohesión en los textos y los conectores discursivos
Desde la perspectiva de la lingüística textual (de Beaugrande y Dressler 1997) que nos
sirve de base para la investigación sobre las características y los problemas de expresión escrita
de los estudiantes universitarios costarricenses, un texto (oral o escrito) es un acontecimiento
comunicativo que se ciñe a determinadas normas de textualidad.
De todas ellas, las de más empleo en los textos didácticos y las que han merecido un
mayor interés por parte de diversos investigadores son la coherencia y la cohesión, consideradas
como fenómenos especialmente relacionados con la textura discursiva (Calsamiglia y Tusón
2002). Una posición bastante frecuente consiste en considerar que la coherencia guarda relación
con el texto en un nivel subyacente o profundo, mientras que la cohesión es la manifestación
superficial o patente de las relaciones discursivas entre los diversos componentes de un texto
(Lozano et al 1999).
Ciertamente, la coherencia global de un texto no requiere de marcas explícitas para que
el lector pueda establecer las relaciones lógico-semánticas, pues dichos lazos se llevan a cabo
por medio de procesos cognoscitivos complejos tales como el establecimiento de causalidades
necesarias (“El suelo está mojado”, tuvo entonces que haberle caído algún líquido), el conocimiento
de mundo de los hablantes (“Está resfriada. Se mojó ayer”; normalmente pensaríamos
SÁNCHEZ: Los conectores discursivos: su empleo en redacciones de estudiantes... 171
que está resfriada porque se mojó ayer) o el saber enciclopédico (“Los carros andan a alta
velocidad. Hay que cruzar la calle rápido”), entre otros. Los participantes en una comunicación
(interlocutores o lectores) son quienes, por consiguiente, infieren las relaciones entre los segmentos
informativos, dado que estas se encuentran latentes en el discurso.
Sin embargo, existen en las lenguas índices de cohesión que se vislumbran como un
recurso lingüístico altamente rico para conectar explícitamente diversos segmentos informativos
de los textos, mediante la indicación de las relaciones semánticas que se quieren hacer
evidentes entre ellos: recursos como las relaciones léxicas para mantener el referente textual
(por ejemplo, emplear una palabra con sentido extensivo para comprender otras de sentido
intensivo, como en el caso de ‘problemas’, que, en un determinado texto, podría englobar rubros
como ‘mal servicio de agua’, ‘apagones’, ‘falta de líneas telefónicas’, ‘bloqueo de desagües’),
la puntuación como mecanismo de segmentación textual (cfs. Sánchez Avendaño en prensa) y
partículas como ‘sin embargo’, ‘por lo tanto’ y ‘además’, entre muchas otras, que cumplen la
función de establecer la cohesión en un texto.
La cohesión, entonces, establece en un nivel patente las relaciones entre distintos
miembros de un discurso. Este estándar de textualidad mantiene un conjunto de conexiones en
el interior de los textos para evidenciar las relaciones semánticas entre las porciones textuales
que los componen. Desde la perspectiva cognoscitiva de Beaugrande y Dressler, la continuidad
de los elementos que componen un texto permite mantener su estabilidad. Dicha continuidad
“se basa, a su vez, en la suposición de que existe una relación entre los diferentes elementos
lingüísticos que configuran el texto y la situación en la que el texto mismo se utiliza de hecho;
o expresado en términos cognitivistas: cada elemento lingüístico es un instrumento eficaz para
acceder a otros elementos lingüísticos” (de Beaugrande y Dressler 1997: 89). En este sentido,
los mecanismos de cohesión cumplen la misión de lograr darle unidad al texto, de permitir que
los elementos que lo componen se interpreten en relación unos con otros.
Dentro de estos mecanismos de cohesión textual, los llamados ‘conectores discursivos’
son los recursos que más evidentemente actúan como señalizaciones o indicios superficiales
de los lazos semánticos profundos existentes entre porciones del texto. Estos elementos de
conexión han recibido la atención de muchos lingüistas en los últimos años, quienes se han
abocado a tratar de escudriñar su funcionamiento y a establecer tipologías, desde distintos
puntos de vista y teorías (cfs. Portolés 2001, Martín Zorraquino 1999, Montolío 2001, Fraser
1999). El gran caudal de publicaciones que han surgido del interés
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