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La Oratoria Y Cualidades Del Orador


Enviado por   •  28 de Junio de 2014  •  5.924 Palabras (24 Páginas)  •  327 Visitas

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CAPITULO I

La oratoria

1. Concepto.

La oratoria es definida como el conjunto de principios y técnicas, que permite expresarnos con convicción, confianza y objetivamente ante un público variado o selecto, con el propósito de poder transmitir y lograr el entendimiento de un determinado mensaje.

Según la Real Lengua Española: La oratoria es la habilidad de hablar con elocuencia, de deleitar, convencer y conmover por medio de la palabra. Por otro lado la palabra oratoria tiene dos sinónimos de uso frecuente; retórica y elocuencia. El primero del griego “rethor” (orador), “ arte del bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos, de dar al lenguaje escrito o hablado la eficacia adecuada para deleitar, persuadir o conmover” y el segundo, “facultad de hablar o escribir de modo eficaz para deleitar, conmover y persuadir”.

La oratoria también es un género literario formado por el discurso, la disertación, el sermón, el panegírico, entre otras. Este segundo sentido más amplio se aplica a todos los procesos literarios que están planteados con la intención persuasiva, tales como la conferencia, la charla o las expresiones. Esta finalidad de persuadir al receptor es la que diferencia la oratoria de otros procesos comunicativos orales.

La oratoria es uno de los elementos básicos en la unión de criterios, la comprensión y el estímulo de multitudes. Su intrínseca facultad, está inmerso en cada ser humano, aflorarlo y desarrollarlo es una de las metas que las personas buscan como parte de su bienestar a nivel social.

2. Historia y Evolución.

La oratoria nació en Sicilia y se desarrolló fundamentalmente en Grecia donde fue considerada un instrumento para alcanzar prestigio y poder político. Había unos profesionales llamados logógrafos, que se encargaban de redactar discursos para los tribunales.

El más famoso de estos logógrafos fue Lisias. Sin embargo, Sócrates creo una afamada escuela de oratoria en Atenas que tenía un concepto más amplio y patriótico de la misión del orador, la cual manifestaba que el hombre debía ser instruido y movido por altos ideales éticos a fin de garantizar el progreso del estado.

En este tipo de oratoria llego a considerarse el mejor en su arte a Demóstenes; uno de los grandes oradores de la antigua Grecia, pronunció convincentes discursos contra los reyes macedonios a los que consideraba una amenaza para la libertad de los griegos.

Lisias (Famoso Logógrafo) Demóstenes (Gran orador Greco)

De Grecia la oratoria paso a la republica Romana, donde Marco Tulio Cicerón lo perfecciono. Sus discursos y tratados de oratoria nos han llegado casi completos. Durante el imperio sin embargo, la oratoria entro en crisis, debido a la escasa utilidad política dentro de un entorno dominado por el emperador, pero ni aun así se encontraron grandes expertos en ese arte, como es el caso de Marco Fabio Quintiliano; los doce libros de su instituto oratoria; se considera la cumbre en cuanto a la teoría del género. Sin embargo como ha demostrado Ernst Robert Curtius en su Literatura europea y edad media, la oratoria influyo en el campo de la poesía y la literatura pasándole parte de sus recursos expresivos y retorizándola en exceso.

Muchos tratados sobre la oratoria que datan de los tiempos alboréales con los griegos, cobran actualmente vigencia en nuestra sociedad globalizada; evidentemente, a ellos se suman las contribuciones de los romanos continuadores de la ostentación cultural de los helenos.

En aquellos tiempos nos han llegado importantes tratados sobre la oratoria: los de Aristóteles; “Arte retórica”, los de Cicerón; “De la invención”, “Del Orador”, “De la perfección Oratoria” y el de Quintiliano; “Institutio Oratoria” quien constituye su obra más afamada, que trata los métodos, fundamentos y técnicas de la enseñanza y de la oratoria.

Quintiliano (c.35-c. 95)

Al margen de la grandeza oratoria de estas dos civilizaciones clásicas tanto Griega como Latina, podemos decir también, que nuestro país tiene un rico pasado en lo que a la práctica de la oratoria se refiere.

Según cronistas e historiadores, la oratoria se desarrolló desde épocas preincaicas, pues se hizo uso activo de la expresión oral. No solo para transmitir ideas o pensamientos, sino para preservar la propia “historia” de los pueblos del Tahuantinsuyo; en algunos casos, a través de los amautas y en otros, por medio de los quipucamayos.

La expresión oral en una sociedad ágrafa sin escritura se convertía más que un arte en una imperiosa necesidad para preservar el pasado, la cultura, los conocimientos y la tecnología. A través de la transmisión oral, de generación en generación, se comunicaban infaliblemente mediante mitos, leyendas, y tradiciones con los cuales garantizaban su perpetuación y difusión en el tiempo. Sino no nos explicamos como un pueblo sin escritura, pudo conquistar gran parte del territorio americano y apoderarse culturalmente sobre él. Evidentemente la oratoria de esos tiempos era diferente a la usada hoy.

En el tiempo de la conquista la retórica hispánica se orientó principalmente a insuflar valor a las huestes invasoras, para que pudieran enfrentar con valor al más colosal de los ejércitos americanos.

Las palabras de Francisco Pizarro, exhortando a sus hombres en la Isla del Gallo, para que no lo abandonaran, constituyen quizás, uno de los discursos más antiguos pronunciados por estas latitudes. Así mismo los discursos de los funcionarios de la corona exhortando a los antiguos peruanos quechua hablantes, a someterse al Rey de España, constituían discursos formales que prolongaban muchas veces, cruentas incursiones genocidas.

En la época de la Colonia, luego de la "Conquista", surge lo que bien podríamos llamar "primeros oradores profesionales". Su labor más característica era la de componer extravagantes y descomunantes discursos, para saludar la llegada de un nuevo virrey. El pueblo entero, con los oradores a la cabeza, partían hacía el Callao para escuchar la disertación que, por turnos, hacían estos señores. Eran piezas de retórica apologística, plagadas de elogios que hacían a un personaje que ni siquiera conocían.

Durante la gesta emancipadora, los "peruanos",

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