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La constitución del Sujeto y la diferencia del otro.


Enviado por   •  3 de Julio de 2018  •  Trabajos  •  1.476 Palabras (6 Páginas)  •  124 Visitas

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        SUJETO DE LA EDUCACIÓN

*1° año del Profesorado de Primaria.

*Comisión: “A”.

*Trabajo Práctico N°2.

La  constitución del Sujeto y la diferencia del otro.

INTRODUCCIÓN

El hombre a partir de lo que es, se proyecta hacia lo que aún no es y desea ser. Estando determinado, viviendo en una situación concreta,  es un aquí y ahora, está impulsado a construirse a sí mismo, a ser él mismo con los otros dándose libertad para hablar y para desear, dándole sentido a sus vínculos siendo libre para amar, trabajando en la construcción del mundo como espacio habitable.

El hombre, no es una isla. El existir humano es una co-existencia. El hombre, es un convivir. Es un ser con los otros.

Ser-con-los-otros no es una característica sobre añadida, sino que el hombre está orientado hacia los otros. Sin ellos, no podríamos alcanzar la autorrealización.

Su  individualidad es previa, pero su realización necesita del otro a nivel amoroso, cultural, artístico, entre otros.

A continuación, en la presente investigación trataremos de analizar el cómo abordar las palabras que devienen en etiquetas y que son una problemática en  los sujetos en constitución.

La calificación de la diferencia: etiquetamiento.

Diker, Grabriela en su artículo: “Palabras para nombrar”[1] expresa que “de un modo u otro los nombres, las palabras, las etiquetas producen efectos”.  Calificar  la diferencia hace que devengan las etiquetas.

Esto ya lo pusieron de manifiesto Rosenthal y Jacobson[2] con el llamado [3]“Efecto Pigmalión. Pigmalión era un escultor que se enamora de una escultura con forma de mujer que él mismo ha creado, y pide a la diosa Afrodita que la convierta en una mujer de carne y hueso, a la que llamó Galatea. El término, fue acuñado por el psicólogo social Robert Rosenthal a raíz de unos experimentos realizados en 1965.  Según Rosenthal, el “efecto Pigmalión” se refiere a "que lo que una persona espera de otra puede llegar a servir como una profecía auto-cumplida".

 La esencia de la profecía autocumplida, o el efecto Pigmalión, es que las altas expectativas de alguien para otra persona dan como resultado un alto rendimiento para esa persona. Un efecto de la profecía autocumplida relacionada se conoce como el efecto Galatea, que se produce cuando las altas expectativas personales de un individuo para él o ella misma conducen a un alto rendimiento.  Según los hallazgos de Rosenthal, los estudiantes obtenían mejores resultados cuando se esperaba más de ellos. De forma aleatoria había informado a sus profesores sobre quiénes eran los que tenían mejores posibilidades académicas. Estos mejoraron notablemente porque se esperaba más de ellos, lo cual hacía que el clima, la actitud y la predisposición a enseñarles por parte de sus profesores fuera mejor. Estudios posteriores con estudiantes de diversas edades confirman estos resultados.

El efecto Pigmalión se produce por lo que comunicamos realmente a través de nuestros gestos, actitudes y mensajes implícitos en lo que decimos. Porque el cómo decimos algo dice más que las palabras pronunciadas en sí mismas.

Ahora, también encontramos efecto nocivo en el efecto Pigmalión. Pues, el  hecho de verse reflejado en un hijo o en un alumno y querer que sea como nosotros, que consiga lo que nosotros hubiéramos querido para nosotros o lo que consideramos que debe ser provoca que las consecuencias del efecto Pigmalión se tornen en negativo. Las expectativas sobre el otro se manipulan al pasarlas por un filtro personal. De este modo, muchos padres/profesores consiguen que su hijos/alumnos se conviertan justo en lo contrario de lo que quieren ellos mismos, porque su lenguaje, sus reproches, sus mensajes se centran constantemente en ello.

[4]Todo esto pone de manifiesto que nuestras expectativas afectan al modo en que nos comportamos ante determinadas situaciones, y así actúan las etiquetas que les asignamos casi de manera inconsciente a los niños y niñas. 

Ante esta situación debemos tener mucho cuidado, ya que somos una mezcla de genética y entorno y este último nos puede influir potenciando o “debilitando” nuestras “capacidades base”.

El surgimiento de etiquetas  pueden tener repercusiones que  pueden ser tanto positivas  como negativas,  ante lo que nos podríamos preguntar: ¿Cómo influyen unas y otras en los sujetos? ¿Cuáles son mejores: las positivas o  las negativas?

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