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SOBRE LA CONSTITUCIÓN DEL SUJETO


Enviado por   •  13 de Junio de 2019  •  Apuntes  •  6.183 Palabras (25 Páginas)  •  161 Visitas

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SOBRE LA CONSTITUCIÓN DEL SUJETO

Necesidad, Demanda y Deseo

Antes de nacer somos esperados por el lenguaje que da cuenta del deseo de los padres. Es decir que, si el lenguaje preexiste al sujeto, éste al nacer resulta ya capturado en el lenguaje, quedando el reino del instinto, de la satisfacción directa de la necesidad,  perdida para el cachorro humano. Si bien la necesidad se metaforiza en la demanda, va a quedar siempre un resto, una falta inscripta en el lenguaje mismo que sostiene al deseo.  

Ahora bien, ¿cómo se transforma la necesidad en demanda? ¿Cómo queda el sujeto atrapado de entrada en el lenguaje? A este respecto Lacan sostiene que cuando el niño siente una necesidad grita, ante lo cual la madre, en tanto Otro primordial, puede responder  o no, y dar un sentido a esa necesidad. Es decir que al grito la madre responde interpretándolo como una demanda significante, implicando mediante este acto al niño en el campo del lenguaje. Es decir que el niño está en dependencia con un Otro que responde al lenguaje, y al hacerlo, lo implica en dicho campo, transformando el grito en demanda.

Entonces la demanda resulta una articulación de la cadena significante y la necesidad responde al sentido del Otro, ya que es el Otro el que introduce en el grito la significación. Como sostiene Solano (cita de Tendlarz p.37) el Otro  debe suponer del lado del grito a un sujeto, para suponer que ese grito es el signo de un sujeto que pide.

Así mismo, retomando lo planteado en el primer párrafo, ¿cómo se produce ese resto, esa falta inscripta en el lenguaje? Podríamos pensar que el objeto de la necesidad se enajena y se pierde ya que los objetos que el sujeto demanda para satisfacer su necesidad quedan a merced del poder del Otro. No existe la correspondencia exacta entre la manifestación de la intención del ego, y su repuesta por el Otro mediada por el lenguaje, así como tampoco entre el deseo y el significante en tanto que soporte, ya que hay siempre un resto que no es posible articular a la cadena significante. Este resto es el objeto es el a. Este efecto de falta producto del significante es el que produce al sujeto, en tanto instaura al deseo y al sujeto como deseante.

Metáfora Paterna (los tres tiempos del Edipo)

En el Seminario V “Las formaciones del inconsciente” (1957-1958) Jacques Lacan  explica la constitución del sujeto a partir de la Metáfora Paterna como estructuradora del psiquismo. Tanto en este seminario como en “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis” (1957-1958)  retoma la elaboración de Freud sobre el Complejo de Edipo y el Complejo de Castración, para introducir lo que denominará los tres tiempos lógicos del Edipo, los cuales se van a articular en la Metáfora Paterna como constitutiva y estructurante del sujeto.

Lacan define la Metáfora como la sustitución de un significante por otro, creando una nueva significación. Así, en la Metáfora Paterna el significante  que se sustituye es el primer significante introducido en la simbolización, el significante materno, y es sustituido justamente por el significante del Nombre-del-Padre, produciendo como resultado la significación fálica.  El Nombre-del-Padre representa la ley en el Otro,  es el que produce el capitón entre significante y significado, y  hace que el sujeto se separe de la servidumbre de goce de la madre. En el escrito “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, Lacan (2008b) define al significante Nombre-del-Padre como aquel “…significante que en el Otro, en cuanto lugar del significante, es el significante del Otro en cuanto lugar de la ley.” (p. 557) La metáfora indica entonces que la ley del padre actuó, produciendo la castración y la circulación del deseo.

Con respecto a esto, Lacan nos dice:  

“¿De qué se trata en la metáfora paterna? Propiamente, es en lo que se ha constituido de una simbolización primordial entre el niño y la madre, poner al padre,  en cuanto símbolo o significante,  en el lugar de la madre”. (Lacan, 2009a, p.179)

Para desarrollar un poco estos conceptos tomaremos los tres tiempos del Edipo. Primeramente consideramos relevante destacar que el Complejo de Edipo es una función que implica una relación entre distintos elementos significantes: madre-niño-padre-falo.

En el primer tiempo del Edipo la madre es un Otro absoluto primordial, ya que responde al niño según su propia voluntad. Igualmente, por estar ella sometida a la ley simbólica hace que el niño reciba también la acción de la ley, aunque se trata de una ley incontrolada. Lacan (2009a) se refiere a esta situación diciendo que el niño “empieza como súbdito, (...) porque se experimenta y se siente de entrada profundamente sometido al capricho de aquello de lo que depende, aunque este capricho sea un capricho articulado” (p. 194).

 El niño, por su parte, es una incógnita que se identifica con el objeto de deseo de la madre, es decir, con el falo. Aquí el niño se va a relacionar no con la madre, sino con el deseo de la madre. Se va  a dirigir a la madre en tanto Otro para intentar satisfacer su deseo, es decir, en tanto deseo de deseo. Para el niño la cuestión planteada es ser o  no ser el falo de  la madre. A este respecto Lacan nos dice que el sujeto está en una posición de elegir, aunque entre comillas, ya que es, en este momento, tanto pasivo como activo debido a que la frase ha sido empezada ya por sus padres y depende a su vez de la relación de cada uno de ellos con esa frase empezada, es decir, con lo simbólico.

De cualquier manera, ser o no el falo de la madre es lo que esta en juego en este momento, y Lacan nos dice:

“…lo que el niño busca, en cuanto deseo de deseo, es poder satisfacer el deseo de su madre, es decir, to be or not to be el objeto de deseo de la madre (…) el sujeto se identifica en espejo con lo que es el objeto del deseo de la madre…”. (Lacan, 2009a, p.197)

De este modo, esta primera identificación permite  al niño construir su yo como instancia alienada durante el estadio de espejo. Por su parte, el padre en este tiempo,  es una instancia velada.

Tenemos entonces Deseo de la madre (DM) y al niño, una incógnita.

DM

- - - -

  X

En el segundo tiempo aparece la simbolización, mediante la madre que introduce lo simbólico a través de la alternancia presencia – ausencia. Es lo  que Freud explicaba  mediante el Fort-Da. Aparece así mismo, la ley paterna como interdictora, el padre interviene con su palabra, no con su presencia, instaurando la prohibición del incesto. Ésta funciona del lado materno como la interdicción de reintegrar su producto, barrando a la madre y posibilitando la separación entre la mujer y la madre que indica la castración en ese Otro materno, dejando ésta de ser para el niño un Otro absoluto.

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