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Las 48 Leyes Dle Poder


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2012  •  2.648 Palabras (11 Páginas)  •  642 Visitas

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Las ganas de querer ser siempre superiores a los demás, o de querer adquirir siempre el poder supremo nos hace que actuemos sin claridad ni objetivos claros, porque nos cegamos al estar a un paso de obtenerlo.

Este libro nos plantea de una forma real y con ejemplos verídicos de la antigüedad como es que debemos dirigirnos por la vida, para poder lograr ese poder que siempre hemos anhelado, donde la moral la tenemos que poner de lado y saber con quién ser sutil y con quien ser el más despiadado de todos.

Con una serie de leyes (48), nos plantea un manual de supervivencia para desenvolvernos dentro de nuestro contexto, de igual forma como debemos jugar con los sentimientos de la gente, ser hipócritas en casos necesarios, ser egoístas, pensar únicamente en nuestro propio beneficio, tener ambiciones superiores pero todo con absoluta disimulación, a tener siempre la visión bien fija en nuestra única meta, el poder.

Las 48 Leyes del Poder es un libro que te aconseja como disimular la astucia, en que jamás confíes en nadie, y si lo haces, que sea engañoso lo que le proporciones; nunca discriminemos a los demás, pues las personas suelen ser instrumentos para llegar a alcanzar nuestros objetivos. Aparte de no hablar más de lo necesario en un momento inadecuado.

DESARROLLO

El autor divide su libro en 48 leyes (capítulos), cada una titulada de diferente manera y en la cual plantea ejemplos de cómo llevar acabo adecuadamente cada ley pero explicado mas brevemente se describe así.

Empezare con la primer ley titulada, “Nunca le haga sombra a su amo”, esta ley es muy simple, siempre tienes que hacer quedar bien a tu superior, aunque tu sepas más que él y tengas que hacer todo el trabajo rudo, debemos aparentar ser una persona sumisa, y tonta en ocasiones, con tal de que el jefe quede satisfecho con nuestro trabajo, nunca debemos hacerle sombra o hacerlo quedar mal frente a toda la gente, porque sino quienes salimos perdiendo somos nosotros. Si en ocasiones llegamos a tener mejores ideas que las de nuestro superior, debemos hacerle creer que son solo unas simples estrategias provenientes de sus mismos comentarios, y ante todo ser mejor que los demás. “Nunca tape la luz del sol ni compita con el sol en cuanto a luminosidad, procure mas bien, diluirse en el cielo y encontrar la forma de incrementar la intensidad lumínica del astro que es su amo” .

Para la segunda ley, “Nunca confié demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos”, tal como su nombre lo dice, es como tenemos que actuar, la mayoría de las ocasiones sino es que siempre los “amigos” nos traicionan y nos dan por la espalda cuando más oportuno vean el momento, por el hecho de ser siempre los más cercanos a uno son más factibles a caer en la envidia y el egoísmo, cuando ven que usted va creciendo y ellos se siguen quedando en el mismo lugar. Sin embargo, si utiliza a su enemigo será más fácil que caiga en sus manos ya que se dará cuenta que ambos cuentan con el mismo poder, y sentirá que usted se une a él para obtener mayores logros, y eso a su vez nos beneficia ya que el no sabe cuál es la estrategia que utilizaremos para ganar. Como dice Baltasar Gracián: “El hombre sabio saca más beneficios de los enemigos que un tonto de sus amigos” .

En la siguiente ley no. 3, “Disimule sus intenciones”, es evidente que si queremos llegar a obtener el poder, lo principal es disimular al máximo nuestras intenciones, nadie debe saber a ciencia cierta lo que planeamos hacer para conseguir algo más alto, debemos envolver a las personas con ideas erróneas y falsas alternativas que piensen que utilizaremos con el tiempo, hágale como dice una enseñanza, “Una oveja nunca saquea, nunca engaña, es tonta y dócil. Cubierto con una piel de oveja, un zorro puede entrar en el gallinero sin ser detectado” , de esa misma forma debemos ser sutiles y cautelosos cuando tengamos en mente un plan ya a punto de llevarse a cabo. Pero también no hay que ser tan obvios, porque con el paso del tiempo la gente irá descubriendo nuestros secretos.

“Diga siempre menos de lo necesario”, esta es la ley no. 4, no es muy confiable que hablemos demasiado si en verdad no sabemos muy a fondo del tema, siempre es mejor impresionar con hechos y no con palabras, cuando hablamos de más, corremos el riesgo de ser nosotros la carnada del momento por no saber controlar la lengua, es mejor nunca comenzar a hablar antes de que los demás lo hagan, entre más tiempo permanezca en silencio la gente se empezara a sentir presionada y comenzara a hablar, y a medida que valla pasando el tiempo usted podrá saber sus verdaderas intenciones.

La siguiente ley no. 5 titulada, “Casi todo depende de su prestigio, defiéndalo a muerte”, nos dice que no hay más que una buena reputación, ya que esta nos va a permitir seguir adelante ante cualquier situación, un buen prestigio basta para intimidar y ganar.

Porque como dice Cicerón, “podemos ceder nuestros bienes e incluso nuestra vida a nuestros amigos; pero es muy difícil que alguien acceda a compartir su fama o ceder a alguien su reputación” .

En la sociedad, las apariencias son el indicador que utilizamos para juzgar a los demás, algo que nunca debemos olvidar, un paso en falso, un cambio torpe o repentino en nuestra apariencia puede resultar en verdad, desagradable. Es por eso que debemos de mantener una reputación intachable con suma importancia. Como dice un dicho, “cría fama y échate a dormir”, y si nuestra fama inspira respeto, obtendremos eficaces resultados antes de que tengamos que entrar en acción.

La ley no. 6, “Busque llamar la atención a cualquier precio”, nadie nace con esta habilidad, pero sin dudad, es una de las mejores armas con las que podemos contar para obtener el poder, tenemos que aprender a atraer la atención, siempre que la gente mencione su nombre, tiene que ser porque cuenta con algo, con una imagen o una personalidad que nos diferencia de los demás, cualquier tipo de notoriedad obrará a nuestro favor, hay que ser discretos cuando sea el momento y destacar lo mas que se pueda en cualquier instante, siempre de forma positiva. Lo que no se ve se considera inexistente, “fue la luz lo que en un principio hizo que todo lo creado se manifestara. La ostentación llena muchos blancos, disimula defectos, y otorga a todo una segunda vida, en especial cuando la respalda un merito genuino” .

Logre que otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles, ley no. 7, si tenemos a nuestro alrededor a personas nobles y útiles para el trabajo, debemos utilizarlos para que hagan nuestras labores, y después con mucha alevosía y ventaja presumir que nosotros fuimos los creadores de dicho trabajo.

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