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Las 48 Leyes Del Poder

rub6913 de Octubre de 2014

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El poder ha sido lo más deseado a lo largo de la historia, todos anhelamos o hemos anhelado alguna vez con tener esa capacidad de controlar lo que pasa en nuestro entorno, o incluso hacer que otras personas cumplan nuestras exigencias, pero muchas veces no logramos cumplir nuestros objetivos y esto se debe solamente a una cosa, no sabemos cómo manejar el poder.

Las 48 Leyes del Poder es un libro escrito por Robert Greene y Joost Elffers, en esta obra los autores demuestran como diferentes personajes, en diferentes épocas históricas, han manejado el poder, y como lo han conservado o perdido. Es un manual que contiene los secretos de aquellos hombres y mujeres que llegaron a dominar el complicado juego del poder.

La obra comienza con un pensamiento sobre el poder, el cómo es esa sensación de poseerlo o no, y el importante papel que ha jugado en la vida del ser humano desde hace siglos. Tiene un apartado final, dentro de la introducción, donde dice que éste libro puede ser leído con el propósito de aprender sobre el poder en general, de analizar las leyes que resulten más cercanas a la realidad, o simplemente por entretenimiento.

“Las leyes se rigen todas por una premisa muy simple: Determinadas acciones casi siempre incrementan el poder del individuo (la observancia de la ley), mientras que otras lo reducen e incluso conducen a su ruina (la transgresión de la ley)…” Esta es la estructura básica del libro; 48 leyes de un manual para dominar el poder, de las cuales hago una síntesis:

Ley n° 1 Nunca haga sombra a su amo: hay que tener presente que siempre habrá una persona que esté por encima de nosotros, un jefe o patrón, al que no debemos “hacerle sombra”, es decir no ostentar nuestras capacidades o talentos para impresionarlos, ya que solo conseguiremos transmíteles una sensación de inseguridad a nuestros superiores y optaran por desechar a quien se crea superior a ellos. Por otro lado, aunque suene un tanto cruel, al ver que su superior se encuentre en una etapa de decadencia no lo dude y ataque, o simplemente espere a que las cosas sigan su curso hasta que su poder se debilite y caiga. Debe saber cuándo mostrar sus habilidades y cuando no para asegurar su poder.

Ley n° 2 Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos: la amistad es un arma de doble filo, aquellos a quienes consideramos nuestros amigos pueden traicionarnos en cualquier momento, algunos nos cuestionaremos ¿Cómo es posible que a ese quien llamo mi amigo me pueda traicionar? Es muy sencilla esa respuesta, porque los amigos fácilmente caen presas de la envidia y no se les conoce tan bien como creemos, suelen disfrazar sus verdaderas intenciones y sentimientos para no afectarnos. Es más factible aliarse con un enemigo, pues las diferencias que existen entre ambos propiciarán su lealtad, ya que deberá esforzarse para ganarse su confianza y no hay ningún vínculo afectuoso que los una. “Conserve a los amigos para convivir una relación de amistad”, pero trabaje sólo con los más capaces y competentes”. Sin embargo hay una acepción, puede usar esa relación de amistad para usar efectivamente a un amigo, solo hay que estar alerta y no bajar la guardia ante cualquier señal de envidia o ingratitud. Hay que tener presente que nuestro mejor amigo se puede convertir en nuestro peor enemigo.

Ley n° 3 Disimule sus intenciones: para alcanzar el poder hay que dejar de lado la idea de que la sinceridad le abrirá el camino hacia él, en este mundo todos nos guiamos por las apariencias, y si somos sinceros todo el tiempo esto terminara por agotarnos. Si queremos alcanzar el poder debemos ocultar nuestras verdaderas intenciones, ya sea hablando de falsos deseos y objetivos, utilizar la franqueza falsa o crear una cortina de humo, una fachada, para despistar a la gente y asegurar que nadie conozca nuestros verdaderos objetivos. Pero no es conveniente ocultar nuestras intenciones todo el tiempo, así solo nos crearemos una fama de estafador, hay que saber cuándo y cómo utilizar nuestra cortina de humo.

Ley n° 4 Diga siempre menos de lo necesario: como dice el dicho “el pez por su boca muere”. Las palabras son poderosas, pero si las usamos incorrectamente o decimos más de las necesarias, perderemos el control o corremos el riesgo de decir una tontería. Es necesario saber utilizar el silencio, al usarlo pareceremos más interesantes de lo que somos y todos estarán pendientes a lo que digamos. Si hablamos menos de lo necesario, menor es el riesgo de equivocarse y más es el poder y significado de nuestras palabras. Por otro lado, hay que saber manejar el arte del silencio, éste pude dar una señal de inseguridad o crear sospechas, e incluso decir pocas palabras o un comentario vago propicia las malas interpretaciones. Si hemos de hablar, pensemos que vamos a decir, si no hemos de hablar hay que saber cuándo callar.

Ley n° 5: Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a muerte: en un mundo donde las apariencias lo son todo, es esencial mantener y auto crearnos una buena reputación para impedir que todos sepan cómo somos en realidad y, controlar la amanera en que el mundo nos juzga. Nuestra reputación la debemos defender a capa y espada, pues vivimos en una sociedad donde la opinión de los demás es la que cuenta. Si con la opinión de los demás tenemos una mala reputación, surgirá la duda de esta, y será fácil persuadir a todos para descartar esa mala fama.

Ley n° 6 Busque llamar la atención a cualquier precio: esta ley me hace pensar en los íconos musicales del momento, especialmente en la extravagante LADY GAGA, que desde el comienzo de su carrera llamó la atención de todos con sus videos y extraño vestuario, además de rodearse de escándalos y polémica. Desde mi punto de vista, esta cantante es una imagen actual de los preceptos de esta ley, llama la atención por todos los medios posibles y crea un aura de misterio cuando trabaja en un nuevo proyecto, esto sin duda hace que todos centren su atención en lo que hace y no hace. A pesar de tener este ejemplo, para que una persona común sepa manejar el cómo llamar la atención no debería actuar de la misma manera que LADY GAGA. No hay que esforzarnos demasiado para llamar la atención, esto refleja inseguridad y ahuyentará el poder. Tengamos en claro que para llamar la atención hay que hacerlo de tal modo que no afecte nuestra reputación, y una vez que tengamos esa atención debemos diversificar los métodos para mantenerla. Sin embargo es conveniente no ser siempre el centro de atención, en ocasiones hay que ocupar un segundo plano, y centrar la atención en alguien más, alguien superior.

Ley n° 7 Logre que otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles: usando nuestra inteligencia podemos hacer menos con más, es decir, hacer el mínimo esfuerzo y alcanzar grandes logros. Si logramos tener una buena capacidad de liderazgo podemos hacer que otras personas, hábiles y creativas, hagan el trabajo por nosotros, mientras que nosotros podremos llevarnos todo el crédito. Pero si nos detenemos a pensar un poco, esta táctica es un tanto desconsiderada y cruel, nos estamos aprovechando del trabajo de otros para engrandecernos; partiendo de esto podemos aplicar la ley de otro modo, en el cual no nos aprovechamos del trabajo de nuestros contemporáneos, sino del pasado, partiendo de los logros de otros. Si queremos llevarnos los laureles por el trabajo de otros hay que actuar de manera inteligente, teniendo una posición importante con la que sea improbable que nos acusen de estafadores. De igual manera es importante saber cuándo es conveniente compartir el mérito con otros.

Ley n° 8 Haga que la gente vaya hacia usted y, de ser necesario, utilice la carnada más adecuada para lograrlo: en el ámbito del poder hay que tomar acción, una acción eficaz y mantener la iniciativa. Si queremos derrotar a un adversario deberíamos preguntarnos ¿para qué me desgasto si puedo hacer que el cave su propia tumba? Al hacer que otros vayan hacia nosotros nos da todo el control sobre la situación, y por lo tanto el poder, además de que nuestro adversario operará en un territorio desconocido. Por otra parte hay tener cuidado en el juego de la manipulación, si nuestro adversario sospecha podríamos perder el control total de la situación, es por eso que debemos tener una estrategia sutil para que sienta que él es quien controla la situación. Por el contrario el ataque sorpresa puede resultar efectivo, haciendo que nuestro oponente no tenga tiempo de reflexionar y así reaccionara bajo las condiciones que nosotros impongamos. De nosotros depende saber cuándo y cómo atacar, lo importante es tomar el control y hacer que el otro reaccione de tal manera, que sólo actué a nuestro favor.

Ley n° 9 Gane a través de sus acciones, nunca por medio de argumentos: muchas veces creemos que con sólo nuestros argumentos lograremos probar nuestra posición, pero además se necesitan de acciones significativas que la respalden. Sólo con las palabras no convenceremos del todo, se abren a interpretaciones equipadas de acuerdo al estado de ánimo de los demás, en cambio los actos son más convincentes, porque son tangibles y no se abren a malas interpretaciones. Aunque no hay que menospreciar la argumentación verbal, pues nos permite envolver a los demás y convencerlos de nuestra posición. Si sabemos usar la argumentación junto con acciones que respalden nuestros argumentos, tenemos asegurada una gran fuente de poder.

Ley n° 10 Peligro de contagio: evite a los perdedores y los desdichados: los perdedores se juntan con perdedores, y los ganadores con ganadores. Las relaciones con otras personas son de suma importancia en el juego del poder, es nuestra responsabilidad saber con qué tipo de gente queremos tratar.

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