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M'hijo El Dotor De Florencio Sánchez


Enviado por   •  3 de Agosto de 2013  •  2.459 Palabras (10 Páginas)  •  8.587 Visitas

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Análisis de M’hijo el dotor de Florencio Sánchez

Florencio Sánchez

Ubicación histórico-literaria: su producción está alrededor de 1900, época de oro del teatro argentino. Uruguayo de nacimiento, llega a nuestro país en 1898 con 23 años de edad. Entre sus obras de teatro más importantes se encuentran M’hijo el dotor, Barranca abajo y La Gringa. Su producción coincide con el movimiento modernista que surge hacia fines del siglo XIX en Hispanoamérica, un movimiento de renovación ideológico y artístico. Es en la esfera de lo ideológico en donde hay que situar la producción de Florencio Sánchez.

Los temas que centran la atención de los dramaturgos en esta época son el progreso, la tecnología, la industria con respecto a la tierra. El criollo viejo siempre se resistió al progreso; en cambio, los criollos jóvenes se dividían entre los que aceptaban y los que se resistían al progreso, los que estudian y los que se quedan en el campo.

Los críticos del teatro rioplatense señalan dos fases en su producción dramática; en la primera predomina la caracterización directa del ambiente rústico o urbano (M’ hijo el dotor, La gringa, Barranca abajo, En familia pertenecen a esta fase); en la segunda fase la pintura el esbozo del ambiente se subordina al propósito manifiesto de sostener una tesis o plantear un problema .

M’hijo el dotor es un drama en tres actos estrenado en el teatro “Comedia” de Buenos Aires el 13 de agosto de 1903 por la compañía de los hermanos Podestá. Su éxito se debió al reflejo de las costumbres vividas de la época que el público veía representadas sobre el escenario e identificaba con sus problemáticas.

Es un drama rural porque el espacio donde arraiga la acción es el campo y los problemas que se desarrollan se relacionan con la vida del campesino, el hijo que se va a estudiar a la ciudad y regresa rechazando las costumbres de sus ancestros por el influjo que la modernidad ejerce sobre él. Pertenece al teatro mimético ya que toma la vida real del campo y los conflictos concretos de su gente; en este caso, la problemática que se representa pone de relieve el conflicto de los hijos de los agricultores que rechazan su origen y pertenencia al mundo rural, avergonzándose de él.

Superficie textual

M’hijo el dotor es un drama en tres actos, el primer acto consta de trece escenas, el segundo de seis escenas y el tercero de doce escenas. Los actos I y III la acción trascurre en una estancia de la República Oriental del Uruguay, en el II acto la acción se traslada a Montevideo. El primer acto consta de 13 escenas en donde se recrea con mucha fuerza el ambiente y los tipos rurales mediante diálogos muy fluidos. En cambio, el acto siguiente pierde fuerza ya que no se están recreando los caracteres propios del drama rural. Este acto tiene una gran fuerza emotiva hacia el final porque en él es conflicto llega a un punto insostenible y es necesario el desenlace. En el acto tercero, los conflictos ya se han desencadenado y se trata de conciliar las diferencias que llevaron a los conflictos.

El título que da lugar a la obra tiene su raigambre en la época en fue escrita. A principios del siglo XX con la llegada de los inmigrantes y el crecimiento de las ciudades ya se han producido crisis políticas y económicas que han afectado a las clases medias y bajas, por lo cual se pone el acento en la educación como factor que permite el ascenso, tanto económica como socialmente y para las clases altas era una forma de perpetuar el poder. En consecuencia, las clases medias, sobre todo, son las que invierten en la educación de sus hijos como posibilidad de acceder a un mejor futuro. Las carreras que se elegían eran principalmente la abogacía, en caso que se quisiera continuar una carrera política y generalmente era estudiada por las clases altas a pesar de que rara vez la ejercían; ingeniería era la profesión predilecta por los hijos de terratenientes para que éstos, a través de una perspectiva progresista, pudieran seguir conservando sus campos. La medicina, como en el caso de Julio, era la profesión que elegían los hijos de campesinos a los que no les interesaba continuar con los negocios de la familia. La fe en la educación sigue en pie hoy por hoy, pero las sociedades se han complejizado demasiado como para suponer que un título garantice éxito laboral o profesional.

M’hijo el dotor pone de manifiesto el pensamiento de algunas familias rurales que soñaban con que sus hijos se dirigieran a la capital (Montevideo) para estudiar y ser en el futuro, diferentes a ellos, y más que nada, por el honor que significaba tener un hijo Dotor. Sin embargo, los padres querían que sus hijos estudien y sean motivo de orgullo para ellos y no que renieguen de sus raíces y les pierdan el respeto. El campo muy pocos podían tener la posibilidad de estudiar y de acceder a un título tan importante a fines del siglo XIX y comienzos del XX, por lo que aumentaría indudablemente el estatus de la familia. Motivo de orgullo es que los campesinos puedan mandar a sus hijos a estudiar a la ciudad, por eso Eloy felicita a doña Mariquita en el primer acto al saber que Julio está en la estancia (I, 5).

Los personajes que aparecen en la obra no contienen malicia, si bien Julio se comporta como un truhán con Jesusa, no es un personaje que contenga alguna malicia, sino que las ideas “liberales” de la ciudad lo han viciado. Jesusa es un ser ingenuo y bondadoso así como también el Gurí, sus padrinos son personas de bien. En esta obra se pueden citadinos como Sara y su madre y extranjeros como en el caso de Eloy que es español. El resto de los personajes son de extracción rural, sencillos, humildes y trabajadores; esto deja entrever, en contraste, que el autor quiere mostrarnos que la gente de campo es más sencilla y trabajadora porque continuamente están haciendo sus quehaceres y que, a pesar de ser las once de la mañana, Julio continúa durmiendo; habito que ha adquirido en la ciudad como noctámbulo.

Con respecto a la significación de los nombres lo que más llama la atención es la elección de cambiar de nombre que Julio hace como una forma de renegar de su identidad o de sus raíces. Jesusa lo llama Robustiano y doña Mariquita la corrige, él lleva los dos nombres pero desde que se ha mudado a la ciudad “Ahora firma Julio R…” como una forma de esconder su otro nombre. (I, 2)

Los diálogos de los personajes son muy vivaces y reproducen el lenguaje campesino de manera fiel (no como en otras obras de Florencio Sánchez en que el lenguaje se torna inverosímil), comparando su vida, en muchas ocasiones, a la de los animales con los que trabajan. De este

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