Motivación Para Aprender

Motivación, Aprendizaje y Rendimiento Escolar

La motivación es la brújula que indica la dirección en que la conducta se va a presentar en cada persona, nos ayuda a realizar cambios a nivel escolar y en la vida cotidiana. La motivación se entiende como un conjunto de procesos que se encuentran relacionados con la activación, dirección y persistencia de la conducta. Es importante establecer una diferencia entre los aspectos cognitivos y los afectivos-motivacionales, debido a que ambos poseen una influencia en el aprendizaje escolar. Cabe resaltar que el aprendizaje se puede tomar como un proceso cognitivo así como motivacional.

En cuanto a los aspectos cognitivos y motivaciones es importante mencionar que para aprender es fundamental “poder” hacerlo y “querer” hacerlo. En referencia al “poder” hacerlo se toman en cuenta las capacidades, conocimientos, estrategias y destrezas. Por otra parte, el “querer” hacerlo se refiere a tener la disposición, intención y la motivación suficiente. El profesor debe de desarrollar dentro del aula estrategias que lo ayuden a motivar el proceso de aprendizaje de los alumnos.

Existen dos tipos de variables, las contextuales y las personales; la primera se refiere a las situaciones educativas como el profesor, los iguales y el contenido o tarea. La segunda trata de los ámbitos cognitivos relacionado al poder y a los afectivo-motivacional que es el querer. De igual manera el cognitivo destaca los conocimientos, destrezas o habilidades reales de la persona y el afectivo las percepciones y creencias de sí mismo, de la tarea y las emociones.

La persona está integrada por tres componentes, primero el componente de expectativa, que hace alusión a las creencias y expectativas de los alumnos para llevar a cabo una tarea en específico. El segundo componente es el de valor, que indica las metas de los alumnos y sus creencias acerca de la tarea. El componente afectivo que abarca las reacciones emocionales de los estudiantes ante la tarea a realizar.

El autoconcepto es el producto de un proceso de análisis, valoración, integración de la información obtenida de la propia experiencia. La función más relevante del autoconcepto es regular la conducta llevando a cabo un proceso de autoevaluación o autoconciencia, en donde hace referencia a la forma en que se comporta un estudiante en un tiempo determinado haciendo énfasis al resultado de su conducta, refiriéndose en cuanto a éxito o fracaso.

En cuanto a las metas de aprendizaje, estas son planteadas por distintos modos de confrontar las tareas y diversos patrones motivacionales. Las metas pueden categorizarse mediante dos polos, que se orientan de forma extrínseca e intrínseca. De igual forma entre metas dirigidas en la tarea y otras presididas en el “yo”. Por último, otras que se diferencian entre metas de dominio y metas de rendimiento.

Las metas extrínsecas se refieren a todas aquellas que se aluden a lo externo, es decir, a la obtención de notas, recompensas, criterios positivos y la evitación de aspectos negativos. Las intrínsecas apuntan a lo interno del ser, el realizar una actividad con el simple hecho de satisfacción, por ejemplo, el llevar a cabo un pasatiempo. Se concluye con estos dos aspectos que la extrínseca conlleva al dominio, es decir, al aceptar retos y desafíos para aumentar sus conocimientos y habilidades; mientras que la intrínseca adopta el patrón de indefensión, en donde los alumnos evitan los retos o desafíos debido al miedo de realizar una actividad sin éxito.

La inteligencia emocional está relacionada con la motivación debido a que una persona es inteligente emocionalmente en la medida que puede mejorar su propia motivación. En el campo educativo existen dos tipos de emociones, la ansiedad y el estado anímico. La ansiedad constituye a un aspecto de la persona en cuanto al estado emocional.

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