Orientar Personas Despertar Vidas Ansel Grüm

Orientar Personas Despertar Vidas

Ansel Grüm

El autor de éste libro, nos da su idea de cómo debe ser el director administrativo de una organización o empresa, y para ello, analiza los conceptos de San Benito, los cuales nos dicen que la alta dirección es como un mayordomo administrando un monasterio, esto se hace mediante la influencia hacia los colaboradores, para ello se debe estar armado de cualidades como:

Sensatez, madurez, sobriedad, no glotón - templanza, no altivo - humilde, no perturbador, no injurioso, no torpe, no derrochador, temeroso de dios, ser como un padre para la organización.

Sensatez.

Esta se manifiesta del interior al exterior se debe conocer y reconocer propiamente el individuo en sus ser para no reaccionar a factores externos artificiales o materiales, ésta solo llegará con la experiencia propia y la de los colaboradores en una estrecha sinergia.

Madurez.

En el sentido humano, aunque es un término agricola, es completamente valido aplicarlo al ser, ya que para llegar a ella, debe haber pasado por un proceso de aprendizaje que da las herramientas, para no dejarse llevar por emociones enfermas, da la capacidad de apreciar las cosas y su entorno como es y no como se ilusiona que sean.

Templanza.

Esta la relaciona con el comer, es decir, es la actividad primordial para la vida de cualquier ser y en especial al humano, en ello encontramos dos aspectos el comer para saciar el hambre, nutrir el organismo, y con ello disfrutar de hacerlo degustando los sabores las sensaciones de hacerlo, por otro lado está el comer para hartarse, devorar en gran cantidad y sin el menor cuidado, desbalanceado y nocivo, estudios psicológicos en comportamiento informan que parte del comportamiento de una persona se identifica en su forma de comer, quien es balanceado, degusta los alimentos, se da el tiempo para hacer de ello un evento placentero, así lo es en su vida, organizado, analítico, le da importancia a las cosas importantes, en cambio la contraparte es, una persona con prisa, sin pensar mucho las cosas, devorando todo a su paso, personas, recursos, desequilibrado en sus decisiones, que no le importa el cómo sino el fin personal, (dinero y poder).

Humildad.

En las cualidades del directivo debe existir también ésta, no tratar de sobrepasar por las demás personas o colaboradores que se sitúan a sí mismo por encima de ellas.

La arrogancia un defecto muy común en los altos directivos, ello muy frecuentemente desgasta las relaciones entre los subordinados ya que busca revalorizarse a sí mismo a costa de sus colaboradores.

La humildad es el valor que hace descender a las personas a un nivel igual o menor que sus semejantes o subordinados para entender y generar un compromiso.

La arrogancia es el mayor peligro al que se enfrenta un directivo de una organización o empresa, en búsqueda del éxito son capaces de enterrar todo sentimiento, y con ello perder capital humano, trabajo colaborativo así como aprendizaje continuo.

No ser perturbador.

En las personas que los invaden constantemente en un alborotador ir y venir de ideas y sentimientos, no son capaces de pensar con claridad, por el contrario constantemente actúan con gran confusión interna.

Los directores que toman decisiones bajo estas circunstancias suelen generar un ambiente en el cual sus colaboradores difícilmente realizan bien su trabajo.

Justicia.

En la mayoría de las ocasiones el director llega a ese puesto después de haberse sublevado al dolor inferido por un superior lo que presupone que el ciclo volverá a repetirse, es decir el nuevo director producto de haberse sobrepuesto a un trato muchas veces indigno e inhumano es premio y suficiente mérito para ser ascendido y tomar las riendas de un sector o la totalidad de la organización o empresa, y éste a su vez iniciara a repetir el patrón a dar el trato que recibió, pues presupone es la manera en que puede obtener lo que requiere de las personas para seguir dando resultados en la empresa, completa y absolutamente equivocado.

Esta forma de tratar a un colaborador, lo único, en el mejor de los casos hace cumplir de manera subjetiva y corta las metas de éste pues no hay un incentivo o un porqué de dar más de lo que se le pide.

El verdadero director será justo

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