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Pedro Páramo


Enviado por   •  27 de Agosto de 2013  •  1.220 Palabras (5 Páginas)  •  252 Visitas

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El significado del pueblo de Comala en la novela, Pedro Páramo.

Pedro Páramo es más que una novela sobre Pedro Páramo. Es en verdad el relato de un pueblo: una aldea muerta donde todos están muertos, incluso el narrador, y cuyas calles y campos son recorridos únicamente por las ánimas y los ecos capaces de fluir sin límites en el tiempo y en el espacio (Rulfo p. 64). Comala, con sus dimensiones reales y míticas, es uno de esos ámbitos novelescos inolvidables.

En primer lugar, es una síntesis de muchos de muchos pueblos de la tierra de Rulfo que se iban quedando abandonados y donde-según sus palabras- “los vivos están rodeados de muertos” (Rulfo p. 64). Encierra asimismo una síntesis de elementos característicos de la historia de México, centrada en una sociedad rural arcaica y de tipo feudal. Pero su significación no se agota con estas facetas testimoniales. Las dimensiones de Comala son múltiples. Se ha hablado de tres Comalas: la Comala soñada o ideal, la Comala “real” o de Pedro Páramo, y la Comala muerta o “infernal”.

“...el escenario de su novela sería el Infierno visto por ojos mexicanos. Comala,

pues, asumirá así, como escenario de la novela, una doble perspectiva: la infernal y la paradisiaca. Al principio del relato, para llegar a Comala, hay que descender,

Rulfo ha querido que Juan Preciado realice un verdadero descenso tal como

siempre ha ocurrido en la tradición literaria” (Chivite p. 19).

En primer lugar, y como punto de referencia, está lo que podemos llamar una Comala paradisiaca: es la que, desde lejos, evocaba Dolores Preciado ante su hijo Juan, y la que despierta la “ilusión” y las “esperanzas” de él. Es así lo que nos señala Luis Leal,

“Espera encontrarse un pueblo rodeado de pastos verde, habitado con gente feliz,

según lo que le había dicho su mamá. Sin embargo, encuentra un pueblo de

fantasmas, situado en una región árida, sin vida humana, animal o vegetal, un

pueblo poblado de almas en penas cuyas voces, susurros y murmullos llenan el aire

y lo mandan a su muerte dos días después. Estaba en busca de un Paraíso, sin

embargo encontró un Purgatorio.” (p. 78)

Pero lo que descubrimos, como Juan, será bien distinto. Desde el principio. Comala responderá a su nombre (de comal, placa de barro que se pone sobre el fuego):

“Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con

decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su

cobija “ (Rulfo p.68)

Y es admirable cómo Rulfo va introduciéndose en ese ambiente inquietante, misterioso, y sofocante: “pueblos sin ruidos”, “casas vacías”, “ecos”, “murmullos”... Y muy pronto esa Comala tan distinta de un paraíso se nos desdobla a su vez en dos.

La segunda es la Comala de Pedro Páramo, una Comala “histórica” sólo en cierto modo. Representa el reino de un poder tiránico, de la violencia, de la injusticia, de la degradación y la alineación en diversas formas, hasta la locura. Su destino está ligado al de

Pedro Páramo. Y será en suma, un pueblo destinado a la soledad y la destrucción. Luis Leal afirma la importancia del personaje de Pedro Páramo cuando dice,

“No hay duda de la importancia de la atmósfera en el pueblo y de sus muertos

habitantes, pero por encima de ellos está la figura de Pedro Páramo. El pueblo

entero depende de sus caprichos. Su vida establece importancia en le modo de que

es reconstruida de tres diferentes puntos de vista; la de su hijo Juan Preciado, la de

los habitantes de Comala, y la del narrador omnisciente. Su caracterización

con complejidad y profundidad.

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