RESUMEN DEL LIBRO 1984.
Yamii_TeczOnResumen28 de Febrero de 2017
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1984 GEORGE ORWELL
Novela política de ficción distópica, narra la forma de vida que llevan los ciudadanos de Oceanía quien se encuentra en una guerra en unión con Asia Oriental en contra de Eurasia, luego es Oceanía y Eurasia contra Asia Oriental y así sucesivamente, se alía con el país de su conveniencia, todo esto sucede estando al mando de “El partido” o “El gran hermano”, pero, tiene un mayor enfoque hacia el señor Winston Smith, ciudadano de Londres, Oceanía.
Winston no está de acuerdo con la forma de vida que les imponían en Oceanía, él quiere ser libre, siente odio hacia el gran hermano pero es algo que no puede decir públicamente ya que dentro de sus habitaciones están unas cámaras y micrófonos para estarlos vigilando diariamente, es decir que no tienen privacidad, en caso de atraparlos haciendo algo indebido los meten a la cárcel y los torturan. Dadas las circunstancias prefiere no hacer nada y sigue su vida normal hasta que decide escribir un diario en el que narre su estilo de vida y por qué del odio hacia el gran hermano, así las futuras generaciones podrán saber cómo fue en 1984 o por lo menos ese es el año en el que él cree que está viviendo, al comenzar a escribir su diario siente cierta preocupación de que las pantallas logren capturar lo que escribe oh los micrófonos escuchen algo y lo encarcelen.
El partido tenía muchas prohibiciones como: su vestimenta que dependía del trabajo que tuvieran, por lo regular era un mono azul, los obreros no podían presentarse en varios lugares ya que ahí solo tenían permitida la entrada los “ricos” los cuales se caracterizaban por su vestimenta de traje y sombrero de copa. Respecto a sus alimentos tomaban puro te, ginebra, comida enlatada o suplementos, no tenían azúcar, no podían consumir bebidas alcohólicas, les constaba mucho trabajo conseguir materiales de limpieza.
Todos sus ideales habían surgido de una nota en el periódico que había visto hace once años donde celebraba el acto del partido en Nueva York donde aparecían: Jones, Aaronson y Rutherford. Comenzó a escribir su diario en donde tenía una frase que decía: -“La libertad es poder decir que dos más dos son cuatro”.
Una tarde decidió salir a caminar y de regreso a su departamento al salir de un callejón se dio cuenta que alguien lo venía siguiendo, inmediatamente creyó que eran los policías pero se sorprendió al ver que era una muchacha, quien al ver que había sido descubierta recobro su postura original y se fue, al llegar a su casa comenzó a pensar en su esposa Katherine, antes de que sucediera todo lo de las guerras estaba casado, tal vez aun lo estaba pero él no lo sabía ya que al imponer sus reglas el partido los separaron ya que su objetivo no solo era evitar que hombres y mujeres establecieran vínculos imposibles de controlar si no quitarle todo placer al acto sexual. El partido tenía prohibido los divorcios pero aceptaba la separación con la condición que no tuvieran hijos.
Katherine era rubia, alta, de movimientos majestuosos, tenía cara audaz y aquilina. Debido al tiempo que habían compartido juntos a Winston le parecía que era la persona más estúpida y vulgar que había conocido hasta entonces. El creía que tal vez la hubiera “soportado” de no haber sido por el sexo ya que ella se comportaba de una manera muy rígida, algo así como sometible, además de ser ella quien se rehusó ya que deban producir un niño o separarse, después de varios intentos y ver que no podían “cumplirle al partido” decidió que era mejor separarse.
Winston pensaba que para poder hacer más descriptivo su diario debía tener más ideas respecto a la historia del partido y si existía un grupo que estuviera en contra de ello oh solo él pensaba eso.
Un día decidió salir a caminar para ver si encontraba alguien a quien preguntar, cuando escucho un estallido y alguien grito: -¡Al suelo!, aunque era algo normal ya que a veces lanzaban tipo granadas en la calle. Siguió su camino y vio a un señor de edad avanzada, Winston quería preguntarle sobre la historia pero el señor se metió en una cantina y como él tenía prohibido entrar pensó muy bien antes de hacerlo, pero, como quería tener ideas mas concretas que solo su imaginación para su diario decidió entrar y vio al señor estaba en la barra, todos se le quedaron viendo ya que él no iba con sombrero de copa pero fue directamente con el señor y le ofreció un trago, el acepto y le pregunto si recordaba algo sobre lo ocurrido anteriormente pero solo le contestaba cosas sin sentido o algunas evasivas, minutos después Winston se dio cuenta que no podría obtener nada de información así que decidió salir ya que no podría arriesgarse más, al salir se dio cuenta que ya había oscurecido, siguió su camino cuando de repente llego enfrente de una tienda de antigüedades donde deicidio meterse para ver si encontraba algo que le sirviera.
Dentro de la tienda se podía observar que ya casi no tenía cosas, solo trastes, algunas herramientas pero nada que pudiera ayudarle a escribir, vio un pequeño cántaro de porcelana el cual decidió comprar y al pagar, el dueño esbozó una sonrisa a lo que Winston creyó que era por la alegría de haber vendido algo y haber recibido unas monedas. El dueño de la tienda lo paso a un cuarto atrás de la casa para ver si Winston quería comprar algo más, era una habitación vieja con una cama matrimonial, trastes, muebles, algunos libros, el suponía que no estaba tan descuidada porque creía que ahí vivía el señor con su esposa hasta que ella falleció, pero, lo único que le llamo la atención de allí dentro fue un cuadro, era grabado en acero de un edificio ovalado con ventanas rectangulares una pequeña torre en la fachada, corría una verja y al fondo una estatua, se le hacía un lugar conocido pero no podía decir con exactitud donde era, el señor se ofreció a venderle el cuadro al ver la manera en que Winston lo observaba, minutos después Winston por fin dijo: -Está ahora en ruinas, cerca del Palacio de Justicia, -Exactamente, fue bombardeado hace años, fue una iglesia, creo se llamaba “San Clemente”, dijo el señor, a lo cual sonrió y agrego:
-“Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clemente”.
A Winston le extraño la forma en que el señor dijo el verso, es por ello que pregunto qué era eso, le dijo que eran versos que le habían enseñado de pequeño, a pesar que no recordaba lo que seguía le dijo el final:
-“Aquí tienes una vela para alumbrarte cuando te vayas acostar. Aquí tienes un hacha para cortarte la cabeza”.
Recordó que esa canción era una especie de danza, la canción estaba conformada por los nombres de las iglesias principales de Londres aunque era difícil determinar la edad de un edificio. Hablando sobre construcciones y la manera en la que había sido alterada la historia en Oceanía recordó otro verso, que decía:
-“Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clemente, me debes tres peniques, dicen las campanas de San Martin”.
A Winston le entro curiosidad de saber dónde estaba la iglesia San Martin, a lo que el dueño de la tienda le comento que estaba todavía de pie, en la plaza de la Victoria junto del museo de pinturas, Winston conocía bien el lugar.
Al salir ya era tarde, decía que apenas tenía el tiempo suficiente de llegar a su departamento antes que apagaran las luces, pensó que si la policía le preguntaba que hacia tan tarde por la ciudad diría que estaba buscando navajas de afeitar, también quería rentar la habitación para poder pasar de vez en cuando un rato de libertad y poder escribir sin temor a ser descubierto ya que ahí no había ninguna tele pantalla, pero el pensamiento que más le invadía en la mente era la canción que le había enseñado la canción y algo le decía que debía saber la letra completa, ya que tenía la sensación de estar oyendo campanas, las campanas de un Londres desaparecido, sin embargo, no recordaba haber odio tocar campanas en su vida.
Poco después de haber salido de la tienda y emprender su camino le pareció ver una figura con un mono azul que avanzaba hacia él, creía que lo estaba espiando ya que no se podían haber encontrado de repente.
Winston intentaba escribir algo más en su diario, que además de ser dirigido al futuro también era para O’Brien quien creía que formaba parte de la sociedad que estaba en contra del partido, entre sus sueños consiguió evocar la imagen de O’Brien a quien le había dicho: -Nos encontraremos en el sitio donde no hay oscuridad- entre sueño.
Existían tres lemas del partido que martilleaban en el cerebro de Winston, los cuales decían:
- LA GUERRA ES LA PAZ
- LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
- LA IGNORANCIA ES LA FUERZA
Habían pasado cuatro días desde que había visto que la muchacha lo había seguido cuando vio pasar algo al otro lado del pasillo, era ella la muchacha morena pero esta vez llevaba un cabestrillo, de repente tuvo un traspié y él se acercó ayudarle a levantarse en ese momento ella le dio un papel doblado el cual guardo en su bolsillo que desdoblo cuando estaba en el urinario pero, no lo leyó allí ya que era el sitio en el que más alertas estaban las telepantallas.
En cuanto creyó que era el momento adecuado de leer el papelito vio que decía: -“Te quiero”. El mensaje lo desconcertó mucho, por lo cual le fue muy difícil trabajar. A pesar de todo el desconcierto que le reaccionaba el porque la muchacha le había entregado el papelito no dudo en rechazarla.
Intentaba encontrar la manera de poder comunicarse con ella, sin embargo al parecer todas sus ideas eran en vano ya que no podía ir por ella al trabajo, no era adecuado mandar una carta porque la leían antes de entregarlas, en cuanto a un mensaje (donde elegía una tarjeta ya impresa.y borraba las que no.necesitaba) desconocía el nombre y la dirección de la muchacha. Finalmente decidió que a la hora de la comida la buscaría y se sentaría junto a ella, con el ruido de todos los trabajadores sería algo más fácil. Al día siguiente ella apareció cuando Winston había terminado, al parecer la habían cambiado.de turno, al día.siguiente se apareció como de costumbre pero otras dos chicas estaban sentadas con ella, así fueron varios días en los que no la veía o no podían hablar, Un día.cuando el llegó ella ya estaba en una mesa muy alejada de la pared, cuando iba camino hacia ella alguien le nombró: -¡Smith!, Winston aparento no haber odio nada cuando la voz grito aún más fuerte: -¡Smith! a lo cual le fue imposible evadir de nuevo la voz y volteó era un joven llamada Wilsher quien invitaba a Winston a sentarse con el.
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