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Resumen Capitulo XIX Y XX Nazarenos


Enviado por   •  21 de Abril de 2014  •  785 Palabras (4 Páginas)  •  1.437 Visitas

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Capitulo XIX (Dos negociantes)

Don Silvestre se situó de modo que la luz de la vela, que estaba sobre la mesa, diese de lleno en la cara de su interlocutor, mientras el quedaba en la penumbra que proyectaba un antifaz formado por una caprichosa pantalla de marfil, curiosamente labrada.

Después de un momento de silencio, el joven (Guzmán) entablo le dialogo diciendo:

 Vengo a proponeros un negocio. Un negocio da la herencia de Balmaseda. Un negocio de 160 mil pesos por el interés de los últimos 20 años.

 ¿Y cuál es el motivo Guzmán, pregunto Don silvestre, solo es incentivo de ganancia?

 No, señor Silvestre, contesto Guzmán; el lucro no es más que un objeto secundario para mí. El fin que principalmente me propongo, es vengarme.

 ¿De la familia Carranza os ha hecho algún agravio? He odio más bien que sois íntimo amigo del joven Cesar. ¿Cuál es el motivo?

 Ninguno, Únicamente aborrezco a los que son felices y me propongo hacerles todo el mal posible.

D. Silvestre: No os vayáis todavía, caballero. Habéis venido a proponerme un negocio, que hemos arreglado fácil y felizmente, y yo por mi parte he formado en esta conversación tan alta idea de vuestras cualidades, que he concebido el proyecto de proponernos otro.

 ¿Habéis odio hablar de los Nazarenos?

 He odio poco, de unos penitentes que se encuentran casi todas las noches en diferentes puntos de la ciudad, y cuyo número llama bastante la atención. Y D. Silvestre le entrego una lista con los nombres de muchos de los principales sujetos del reino siendo también Nazarenos.

 Todos son Nazarenos, Todos. ¿Queréis ser un Nazareno?

 Podre hacer mal, mucho mal; Soy uno de los vuestros, señor don Silvestre. Desde hoy podéis contarme en el número de los Nazarenos.

Capitulo XX (Primeras Operaciones de Alarcón para recobrar la herencia de Balmaseda)

Reflexionando el cajero mayor de D. Diego de Padilla sobre lo que acababa de comunicarle Guzmán, trazo su plan de operaciones, y resolvió ante todo dar cuenta a su patrón del importantísimo descubrimiento hecho por D. Fadrique. En consecuencia, pasó al gabinete de D. Diego y le refirió en pocas palabras su conversación con el joven. Aquella revelación dejo asombrado al caballero, que consideró, como Don. Silvestre, indudable que D. Cesar no era de D. Tomas y de su esposa, sino un usurpador del mayorazgo fundado por Balmaseda.

Alarcón se dirigió a casa de D. Tomas de Carranza, y se hizo anunciar,

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