Resumen Etica Profesional Del Abogado

La vida del abogado está expuesta permanentemente a tentaciones y flaquezas, bajo el puente de nuestra profesión pasan todas las miserias del mundo. Sin duda, por culpa de algunos de nuestro propio gremio, el vulgo nos ha hecho frecuentemente objeto de críticas, sátiras y burlas, entre ellas se encuentra la maldición gitana “entre abogados te veas”.

La dignidad del abogado puede apreciarse si se toma en cuenta que el valor de un acto humano se mide por la elevación del fin que persigue. El fin de la actividad del abogado es realizar la justicia por medio del Derecho. El Derecho persigue fines enlazados entre sí: la justicia, el orden, la seguridad, la libertad y la paz. El abogado debe ser no solo soldado de la justicia, sino también defensor de la libertad. Con razón Protàgoras nos dice en el diálogo platónico que los dioses hicieron a los hombres el don de la justicia, para que no se destruyeran unos a otros.

La Justicia es el valor dominante entre aquellos que el derecho aspira a realizar. Por ello, los romanos definían la ciencia del derecho como el conocimiento de las cosas divinas y humanas, de lo justo y de lo injusto. La justicia es armonía de las partes del alma y de los componentes de la sociedad.

“Ten fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana”

El abogado, nos dice Diego Valadés, es el notario de la historia. El abogado también es factor de cambio y debe hacer del derecho un instrumento útil para el progreso y desenvolvimiento de la humanidad.

La justicia consiste en dar a cada quien lo suyo, en cambio la caridad consiste en estar dispuesto a dar de lo suyo a los demás. No es lícito nunca pretender dar por caridad, lo que se debe por justicia.

El abogado debe ser quien unas el derecho para servir a la justicia; un procurador de la justicia y un curador de la libertad.

Se han expedido códigos de ética profesional en muchos países del mundo. En México, el único código es el de la Barra Mexicana de Abogados.

El abogado debe luchar por la justicia; es un deber luchar por el derecho y pugnar por la justicia y la moral. Este es el sentido profundo de la obra de Ihering : la lucha por el derecho.

El honor y la dignidad del abogado están íntimamente ligados con su independencia la independencia del Foro es patrimonio de todos los ciudadanos, la persona humana solo se realiza plenamente cuando llega a cultivar lealtades alas que concede mayor valor que a la vida

El abogado debe obrar con probidad y buena fe. El abogado decía Ossorio y Gallardo, la rectitud de la conciencia es mil veces más importante que el tesoro de los conocimientos. Primero, es ser bueno, luego, ser firme, después ser prudente, la ilustración viene en cuarto lugar y la pericia en último.

El abogado que en el ejercicio de su profesión coheche a un funcionario público o auxiliar de la impartición de justicia, faltará gravemente al honor y la ética profesional. Quizá convenga hacer varias distinciones. El abogado vive una realidad en donde se debaten las ambiciones, las acechanzas, las amenazas, las solicitudes de dar dinero para que se haga lo justo. La actitud del abogado debe ser, en principio y como norma, la de rehusarse a otorgar la dádiva que se le pide y acusar a los recursos que la ley establece para reparar la injusticia que en su contra se comete.

A los tribunales debe entrarse con espíritu puro y confiar en que sobre cualquier influencia o recomendación, el mejor medio para logar el éxito es sencillamente, oscura y modestamente tener la razón.

El abogado tiene la obligación de juzgar sobre la justicia y procedencia jurídica del asunto que se le encomienda. Está obligado a ilustrar al cliente sobre la justificación moral de su causa y las posibilidades de éxito. Se consagra, de esta manera, la independencia y la libertad del abogado y se salvaguardan su honor y su dignidad.

La profesión del abogado es in ministerio que se ejerce de alguna manera en beneficio público para que la justicia se complete y el derecho se aplique.

No debe nunca el abogado permitir que se usen sus servicios profesionales o su nombre para facilitar o hacer posible el ejercicio de la profesión por los que no estén legalmente autorizados para ejercerla.

Es deber del abogado para con su cliente servirlo con

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