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Resumen Miguel Beltrán: Cinco vías De Acceso A La Realidad Social


Enviado por   •  25 de Mayo de 2015  •  2.338 Palabras (10 Páginas)  •  6.209 Visitas

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Abordando el problema del método de la Sociología, Beltrán plantea diversas razones por las que, para él, el método científico único no es posible, no sólo en la Sociología, sino tampoco en ninguna de las ciencias.

Si bien admite que existen diversos aspectos reconocidos por toda la sociedad, lo que Gouldner llamó cultura del discurso crítico- el recurso a la comunidad científica como árbitro, el juego mutuo de teoría y realidad en la construcción de una y otra, la contrastación posible con la evidencia empírica disponible, entre otras-, considera que no existe en la actualidad un método científico riguroso, detallado, universal y manualizable.

A esto, Beltrán agrega que las Ciencias Sociales no deben mirarse en el reflejo de las Ciencias Naturales y, por tanto no deben aspirar a utilizar su mismo método. El ansia por ser respetados frente a la comunidad científica lleva a los cientistas sociales a olvidar y descuidar su propio objeto de estudio, a desconocer sus características particulares y tratar de utilizar métodos que no son los adecuados por la complejidad de un objeto que requiere un examen de arriba hacia abajo, de dentro y fuera, de lo que es y lo que era.

En tercer lugar, y a modo de conclusión respecto al problema del Método de la Sociología, el autor afirma que el pluralismo cognitivo propio de las ciencias sociales y, particularmente de la sociología, corresponde a un pluralismo metodológico: estudiar su objeto desde diversas metodologías, con una diversidad epistemológica y garantizando su fidelidad al objeto.

El método histórico

Negando que la ciencia de la sociedad deba jugar un papel de historicista, o incluso mimetizar su trabajo, Beltrán afirma que toda ciencia que estudie la sociedad debe indagar sobre su camino realizado, sobre cómo ha llegado a ser lo que es y por qué razones, extremando su conciencia sobre la fluidez del objeto que estudia de forma de tener siempre presente la variable del tiempo.

En efecto, la Sociología implica una ruptura con la naturaleza, pues elimina en gran medida el etnocentrismo y reconoce que cada cultura tiene sus propios procesos, sus tiempos y sus razones. No existe un camino “natural” ni mucho menos único o a seguir, por lo que resultaría equívoca una Sociología que no se preguntara de donde vienen las instituciones sociales y los procesos.

Afirmando lo que dice Beltrán, es posible recordar algunas palabras de Carr, quién considera que la Sociedad ha cambiado tanto de un país a otro y de un siglo a otro, que se impone a ser considerada ante todo como un fenómeno histórico.

Braudel, por su parte, invita a los sociólogos e historiadores a unirse, a considerarse los unos a los otros como parte de una misma ciencia y Carr, una vez más puesto en escena, dice “Cuanto más sociológica se haga la historia y cuanto más histórica se haga la sociología, tanto mejor para ambas”.

La pregunta que surge a Beltrán es la de si negarse al ahistoricismo nos lleva irremediablemente a las nefastas consecuencias que describe Popper, recordando que éste último considera el historicismo como un punto de vista sobre las ciencias sociales que supone la predicción histórica es el fin principal de las mismas.

Sin embargo, para Beltrán el argumento de Popper es, como dice también Carr, un cajón de sastre en el que el autor colocó sus peores opiniones sobre la historia, inventando además los argumentos historicistas que le interesan.

Resulta evidente que la sociología no intenta hacer predicción, sino postdicción histórica, es decir, se esfuerza por ver las formación de los fenómenos sociales a lo largo del tiempo, percibiendo la duración de la realidad social, tanto en el período corto como largo, como el ámbito preciso para hablar de los cambios experimentados.

Tanto en el caso de la predicción como en el de postdicción, el sociólogo busca en la historia factores causales, es decir, el conjunto de múltiples causas que siempre rodean confusamente el proceso de que se trate, logrando evitar que la ciencia atribuya responsabilidades a quienes no debe, y recordando a lo que Polibio dijo: “Donde sea posible encontrar la causa de lo que ocurre, no debe recurrirse a los dioses”.

Por último, lo que Beltrán plantea que la búsqueda de causales no se opone de forma alguna a los planteos weberianos, pues, explicación y comprensión no son opuestas, sino que pueden complementarse perfectamente.

Refiriéndose a quienes hablan de una Sociología histórica, Beltrán establece una diferencia entre lo que él busca – comprender la realidad a través de la historia- y lo que otros han estudiado – comprensión de la historia a través de la sociología-.

En última instancia, aborda la cuestión de si la historia puede ser considerada ciencia y, considera que si bien antes no lo era, hoy en día la ciencia ya no trata de establecer leyes, sino de comprender los fenómenos. Por esta razón, resulta ya ridículo cuestionar el carácter científico de la historia.

“La sociología trabaja con un objeto de estudio de conocimiento, la realidad social, que es esencialmente histórico: cada sociedad es única, y ha sido configurada en una trayectoria histórico específica que da razón de ella explicando su génesis; lo que no excluye, sino impone, la abstracción y la generalización conveniente, pes esa unicidad de cada sociedad no las impide.”

El método comparativo

Si bien tradicionalmente se ha venido diciendo que el método comparativo sería sustituyente de la experimentación correspondiente a las ciencias naturales, Beltrán niega que exista relación entre estos y recuerda, una vez más, que las ciencias sociales no deben buscar verse bajo el reflejo de ciencias naturales ni buscar parecerse a ellas.

Tanto como en algunas de las ciencias exactas, como ser la Astronomía, los cientistas sociales no pueden manipular las variables de su objeto de estudio, tan sólo compararlas para poder así, escogiendo dos sociedades por ejemplo con diferencias y similitudes, tratar de establecer generalidades que permitan comprender los procesos un poco más “sueltos” del tiempo.

El método comparativo es consecuencia de la conciencia de diversidad: la variedad de formas y procesos, de estructuras y comportamientos sociales, tanto en el espacio como en el tiempo, llevando necesariamente a la curiosidad del sociólogo y la eliminación o erosión del etnocentrismo.

En resumidas cuentas, como dice Andreski, “el conocimiento de otras sociedades y la consiguiente actitud para comparar ayudan enormemente al análisis de una sociedad dada y, sobre todo, al descubrimiento de relaciones causales”. Pero principalmente, y más allá de todo

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