Revolucion De Los Ricos

REVOLUCIÓN DE LOS RICOS

Los autores comienzan con una narrativa dedicada a las tendencias de la edad de oro del capitalismo (desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la crisis del petróleo de 1973), al tiempo examinan el claro predominio de las políticas keynesianas en el mundo capitalista de entonces: fue también la edad de oro del keynesianismo. Pero muestran también cómo las clases pudientes y sus autores, los economistas neoclásicos, durante este mismo periodo, no se durmieron en sus laureles. Nunca estuvieron de acuerdo con la intervención del Estado en la economía veían como amenaza a sus libertades.

Pero estos liberales a ultranza no se limitaron a llevar a cabo estudios y reuniones de discusión estratégica, también comenzaron en muchos lugares del mundo a penetrar en los ámbitos académicos, incluido por supuesto, México. Vale la pena seguir en el libro los detalles de cómo este grupo internacional y la corriente de pensamiento crean se fortalecen intelectualmente a la par el capitalismo vive sus años dorados.

Ese tramo histórico en el keynesianismo se vuelve predominante se hace posible merced a la presencia, en ese momento poderosa, de la Unión Soviética. Las clases dominantes de Occidente, temerosas de los asalariados se vieran atraídos más de la cuenta por la dictadura del proletariado, se vieron llevadas a ceder espacios se tradujeron en la conformación de economías mixtas, con mayor o menor intervención del Estado en la economía y, en su mejor versión, con la creación de los estados de bienestar, ahí donde sindicatos y partidos obreros habían alcanzado mayor poder político en la sociedad.

De otra parte, factor sumamente relevante, es al incorporar keynesiano le fue creado en Bretton Woods, en 1944-45, un enorme boquete. Me refiero al sistema internacional de pagos de la vasta zona capitalista, los poderosos vencedores de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, impusieron, y que no tenía nada de keynesiano. De haber ganado el Keynes debate de Bretton Woods, el mainstream keynesiano habría vencido en toda la línea. Pero no fue así. Se impuso el dólar como el medio de pago por excelencia acompañado de un sistema de tipos de cambio fijos.

al entrar en crisis el sistema de Bretton Woods, Estados Unidos y los países desarrollados en general cambiaron casi de inmediato sus objetivos de política económica, como nos lo muestra Angus Madisson, desde el crecimiento y el empleo –objetivos keynesianos–, a la estabilidad macroeconómica a toda costa, objetivos neoclásicos y Neoliberales. En tanto, en América Latina, los años setenta todavía fueron años de políticas económicas expansivas y alto endeudamiento.

Es en estas condiciones nos internamos en la época del dominio del nuevo maistream neoliberal-neoclásico, es expertamente diseccionado en los capítulos 3 y 4 del libro de Tello e Ibarra, mientras la Unión Soviética iba hundiéndose como en un pantano.

Dijo entonces la señora Thatcher: La gente pide constantemente la intervención del gobierno está echando la culpa de sus problemas a la sociedad. Y, usted sabe, no hay tal cosa como la sociedad. Hay individuos, hombres y mujeres, familias y heno. Y ningún gobierno puede hacer nada si no es a través de la gente, y la gente primero debe cuidar de sí misma. Y remató lapidariamente: "no hay ninguna alternativa". Esta nueva época termina en la crisis hoy vivimos.

Nuestros autores, pueden ver tres dimensiones del neoliberalismo: como ideología, como forma de gobierno, y como paquete de medidas económicas. Una a una estas tres dimensiones desmontadas por Tello e Ibarra.

Entre finales de los años sesenta y principios de los setenta, se teje en la economía mundial un nudo formado por el fin de la era de Bretton Woods; la imposición del dólar como dinero fiduciario obligatorio (un oxímoron opera en el mundo real); la flotación de los tipos de cambio, la internacionalización acelerada del capital financiero;

...