Texto: Weber, Max 1997 [1904-1905] La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Barcelona, Península. Introducción, pp. 5-22.

En estos artículos, el sociólogo Alemán analiza los fenómenos culturales que dieron origen al capitalismo racional y moderno europeo , en relación al capitalismo aventurero del resto del mundo, y la forma en que los ideales religiosos operan en la conformación de una “ética económica”(pp18), que coaccionan sobre los ideales de la mentalidad capitalista, de un modo exclusivo en Occidente, “estudiando las características peculiares del racionalismo occidental”(...) “teniendo en cuenta muy principalmente las condiciones económicas” (pp 17), y su relación existente entre éstas y el capitalismo racional.

El primero, sostiene su lógica de acumulación en el afán de lucro, basado en la expectativa racional de la ganancia, que incluye la implementación de un sistema de trabajo formalmente libre, como base de su organización racional.

El segundo, en cambio, basa su lógica de acumulación a través del uso de la fuerza, ya sea por las guerras, apropiaciones además del carácter especulativo. Si bien se encuentra separada la economía del hogar y de la industria fuera de occidente, según el autor sólo se halla en un estadío muy rudimentario. El sistema de trabajo se basa en la explotación y el clientelismo de los poderosos fundadores de colonias.

Se analiza el nacimiento del capitalismo moderno en Europa, no solo como consecuencia del progreso económico, sino como causa inevitable de las conformaciones de una ética social determinada y característica de la región, que encuentra raíces en los ideales éticos del protestantismo.

Se definen dos elementos determinantes como características distintivas en el capitalismo occidental moderno.

Por un lado, la separación doméstica con la industria, que incluye la separación jurídica del patrimonio personal y el industrial. Se analiza en este sentido la aplicación del Derecho técnico y jurídico a favor de la “industria racional”(pp 16)

Por otro lado, la cuestión de la contabilidad racional, “la organización racional capitalista del trabajo libre” (pp12).

Se analiza allí la conección entre la creación de la burguesía y el proletariado como clases (producto de la cultura occidental), y el racionalismo de la civilización occidental. La aplicación técnica de los conocimientos científicos como impulso de fundamental de la economía, y las aptitudes de los hombres hacia un tipo de conducta racional, característicos de esta región. “Se intenta determinar la formación de una mentalidad económica, atendiendo en el caso concreto de las conexiones de la ética económica moderna con la ética racional del protestantismo ascético” (pp18)

Weber defiende la naturaleza empírica de este estudio, aclarando al lector que se trata de un análisis exhaustivo de los hechos y particularidades, que tiene limitaciones en cuanto al acopio de datos con respecto a las culturas Orientales especialmente, por falta de traducción de documentos.

Cabe esta aclaración para poder sostener la objetividad de su investigación, ya que podría considerarse ésta, un poco idealista de los intereses eurocéntricos y el sentimiento nacionalista tan elevado que accionaba en la sociedad de esa época, fundamentalmente en Alemania. Demuestra esta posición en las primeras páginas donde compara no sólo los avances de la ciencia, sino la química racional, la música armónica, los instrumentos, las construcciones arquitectónica góticas, la literatura impresa, el derecho canónico, el cultivo sistematizado y racional del funcionario especializado como piedra angular del estado moderno, como la manera correcta y positiva en que debiera desarrollarse la cultura para considerarla superior.

Más allá de estas apreciaciones, realmente es muy novedoso el análisis que hace el autor de los aspectos éticos de la religión con respecto al desarrollo

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