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Semana 3: Parásitos que infectan al ser humano


Enviado por   •  3 de Mayo de 2023  •  Resúmenes  •  3.133 Palabras (13 Páginas)  •  48 Visitas

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Parasitología y Su Laboratorio

Medicina General

Félix Miguel Rincón Padilla

1821338255

Proyecto Integrador S3

Semana 3: Parásitos que infectan al ser humano.

Dra. Lizette Guevara Salado

29 de Abril, 2023

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PARÁSITOS QUE INFECTAN AL SER HUMANO

Cuadro Comparativo

PARÁSITOS QUE INFECTAN AL SER HUMANO

Aparato / Sistema

Parásito

Prueba de laboratorio

Tipo de muestra

Síntomas

Tratamiento

Sangre

Plasmodium spp.

Examen de gota gruesa

Muestra de sangre

Fiebre alta, que puede ser intermitente o irregular
Escalofríos y sudoración
Dolor de cabeza
Dolor muscular y articular
Fatiga y debilidad
Náuseas y vómitos
Diarrea
Anemia
Ictericia.

Cloroquina
Hidroxicloroquina
Artemisinina y sus derivados (arteméter, artemotil, artesunato, dihidroartemisinina)
Atovacuona-proguanil (Malarone)
Quinina
Primaquina

Médula ósea

Leishmania spp.

Aspirado de médula ósea

Muestra de médula ósea

Leishmaniasis cutánea: Es la forma más común de la enfermedad y afecta principalmente la piel. Los síntomas incluyen: Úlceras indoloras en el sitio de la picadura del mosquito, que pueden tardar semanas o meses en cicatrizar y dejar cicatrices. Nódulos linfáticos inflamados cercanos a la lesión cutánea.

Leishmaniasis mucocutánea: Afecta tanto la piel como las membranas mucosas, particularmente en la nariz, la boca y la garganta. Los síntomas pueden incluir:
Úlceras en la piel similares a las de la leishmaniasis cutánea.

Dolor, inflamación y destrucción de las membranas mucosas en la nariz, la boca y la garganta, lo que puede dificultar la respiración y la alimentación.

Leishmaniasis visceral (también conocida como kala-azar): Es la forma más grave de la enfermedad y afecta los órganos internos, especialmente el hígado, el bazo y la médula ósea. Los síntomas pueden incluir: Fiebre prolongada e irregular. Pérdida de peso y debilidad. Agrandamiento del hígado y el bazo (hepatoesplenomegalia). Anemia, leucopenia (recuento bajo de glóbulos blancos) y trombocitopenia (recuento bajo de plaquetas).

Antimoniato de meglumina y estibogluconato de sodio (antimoniales pentavalentes): Son los medicamentos de primera línea para el tratamiento de la leishmaniasis en muchas áreas, aunque la resistencia a estos fármacos ha ido en aumento.

Anfotericina B: Un medicamento antifúngico que también es efectivo contra Leishmania. La forma liposomal de anfotericina B se utiliza a menudo en casos de leishmaniasis visceral y tiene menos efectos secundarios que la forma convencional.

Miltefosina: Es un medicamento oral utilizado en el tratamiento de la leishmaniasis cutánea y visceral, especialmente en áreas con resistencia a los antimoniales pentavalentes.

Paromomicina: Un antibiótico aminoglucósido que se puede utilizar en forma de inyecciones o cremas tópicas para tratar la leishmaniasis cutánea.

Pentamidina: Puede ser utilizada en casos de leishmaniasis cutánea y mucocutánea, especialmente cuando otros tratamientos no

Sistema Nervioso

Taenia solium (cisticercos)

Tomografía computarizada

Imágenes cerebrales

Dolores de cabeza

Convulsiones o crisis epilépticas

Alteraciones en la visión

Dificultades de equilibrio y coordinación

Hidrocefalia (acumulación de líquido en el cerebro)

Meningitis (inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal)

Síntomas psiquiátricos o cambios en el comportamiento

Medicamentos antiparasitarios: Albendazol y praziquantel son los medicamentos más comúnmente utilizados para tratar la cisticercosis. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente evaluado en casos de neurocisticercosis, ya que pueden causar una reacción inflamatoria intensa que puede agravar los síntomas neurológicos.

Medicamentos antiinflamatorios: Los corticosteroides, como la prednisona o la dexametasona, a menudo se utilizan junto con los medicamentos antiparasitarios para controlar la inflamación cerebral y reducir los síntomas neurológicos.

Medicamentos anticonvulsivos: En casos de neurocisticercosis con convulsiones, se pueden recetar medicamentos anticonvulsivos como la carbamazepina, el ácido valproico o la fenitoína para controlar las crisis epilépticas.

Cirugía: En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para extirpar los cisticercos, aliviar la presión intracraneal o tratar complicaciones como la hidrocefalia.

Central

Trypanosoma brucei

Punción lumbar

Muestra de líquido cefalorraquídeo

Fase temprana o hemolinfática (primera etapa):

Fiebre intermitente
Dolores de cabeza
Dolor en las articulaciones y músculos
Fatiga y debilidad
Picazón e inflamación en el sitio de la picadura (chancro)
Agrandamiento de los ganglios linfáticos, especialmente en el cuello (signo de Winterbottom)
Anemia, ictericia y edema en casos graves

Fase tardía o meningoencefálica (segunda etapa):
Confusión, cambios en la personalidad y el comportamiento
Alteraciones en el sueño, como insomnio o somnolencia excesiva durante el día
Trastornos del habla y la marcha
Convulsiones o temblores
Debilidad muscular y parálisis
Pérdida de peso y emaciación
Coma y muerte si no se trata

Fase temprana:

Suramina: Utilizada para tratar la infección por T. b. rhodesiense.

Pentamidina: Utilizada para tratar la infección por T. b. gambiense.

Fase tardía:

Melarsoprol: Un medicamento de arsenical utilizado para tratar ambas subespecies, pero puede tener efectos secundarios graves, incluida la encefalopatía.

Eflornitina: Utilizada para tratar la infección por T. b. gambiense, generalmente más segura que el melarsoprol pero menos efectiva contra T. b. rhodesiense.

Nifurtimox en combinación con eflornitina (NECT): Esta combinación se ha utilizado con éxito en el tratamiento de la enfermedad del sueño causada por T. b. gambiense y ha demostrado ser más efectiva y segura que el tratamiento con eflornitina o melarsoprol solos.

Fexinidazol: Un medicamento oral recientemente aprobado para tratar ambas etapas de la enfermedad del sueño causada por T. b. gambiense.

Ojo

Toxoplasma gondii

Serología

Muestra de sangre

Personas inmunocompetentes:
A menudo, no se presentan síntomas o son leves y pueden incluir fiebre, fatiga, dolores de cabeza, inflamación de los ganglios linfáticos (linfadenopatía), dolores musculares y articulares.
Personas inmunodeprimidas (p. ej., personas con VIH/SIDA, pacientes trasplantados o en tratamiento para el cáncer):
Infección cerebral (encefalitis)
Lesiones cerebrales, como abscesos o granulomas
Problemas de visión debido a la inflamación del ojo (uveítis, coriorretinitis)
Neumonía y otros problemas pulmonares
Infección congénita (transmitida de madre a hijo durante el embarazo):
Aborto espontáneo o muerte fetal
Hidrocefalia (acumulación de líquido en el cerebro) o microcefalia (tamaño de cabeza pequeño)
Calcificaciones cerebrales
Retraso en el desarrollo
Convulsiones
Problemas de audición y visión

Personas inmunocompetentes:Por lo general, no se requiere tratamiento en personas con síntomas leves o sin síntomas.
Si los síntomas son graves, se pueden prescribir medicamentos como pirimetamina y sulfadiazina, junto con ácido folínico (leucovorina) para reducir los efectos secundarios.
Personas inmunodeprimidas:
El tratamiento suele incluir una combinación de medicamentos antiparasitarios como pirimetamina, sulfadiazina y ácido folínico (leucovorina).
En casos de inflamación ocular, también se pueden utilizar corticosteroides para reducir la inflamación.
Infección congénita o mujeres embarazadas:
En mujeres embarazadas con infección aguda, se puede recetar espiramicina para reducir el riesgo de transmisión al feto.
Si se confirma la infección fetal, se puede administrar una combinación de pirimetamina, sulfadiazina y ácido folínico (leucovorina) después del primer trimestre del embarazo.

Tubo digestivo

Entamoeba histolytica

Coproparasitoscópico

Muestra de heces

Dolor abdominal leve a severo

Diarrea acuosa o con sangre y moco

Fiebre

Fatiga y debilidad

Pérdida de peso

Distensión abdominal o gases

Náuseas y vómitos

Metronidazol: Un medicamento de primera línea que se utiliza para tratar la infección activa y los abscesos hepáticos.
Tinidazol: Similar al metronidazol, se puede utilizar como alternativa en personas que no pueden tolerar el metronidazol.
Paromomicina, iodoquinol o diloxanida furoato: Estos medicamentos se utilizan después del tratamiento con metronidazol o tinidazol para eliminar los quistes del parásito que pueden permanecer en el intestino y prevenir la reinfección.

Hígado

Fasciola hepatica

Serología

Muestra de sangre

Fase aguda o de migración (primeras semanas después de la infección):
Fiebre alta y escalofríos
Dolor abdominal y hepático
Náuseas, vómitos y diarrea
Urticaria y picazón
Agrandamiento del hígado (hepatomegalia) y del bazo (esplenomegalia)
Eosinofilia (aumento de eosinófilos en la sangre)

Fase crónica o de establecimiento (meses después de la infección):
Dolor abdominal intermitente o continuo en la región del hígado
Hígado agrandado y doloroso
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
Pérdida de peso y debilidad
Ascitis (acumulación de líquido en la cavidad abdominal)
Complicaciones por obstrucción de los conductos biliares, como colangitis (inflamación de los conductos biliares) o formación de cálculos biliares

Triclabendazol: Es el medicamento de elección para tratar la fascioliasis y es efectivo tanto en la fase aguda como en la crónica de la infección. Se administra por vía oral y generalmente se toma en una o dos dosis.

Bithionol: Es una alternativa al triclabendazol, pero su uso es menos común debido a la necesidad de un régimen de tratamiento más largo y a un mayor riesgo de efectos secundarios.

Nitazoxanida: Ha demostrado cierta eficacia en el tratamiento de la fascioliasis, pero es menos efectiva que el triclabendazol.

Bazo

Leishmania donovani

Aspirado esplénico

Muestra de tejido esplénico

Fiebre irregular y prolongada
Agrandamiento del hígado (hepatomegalia) y el bazo (esplenomegalia)
Pérdida de peso y debilidad
Anemia, leucopenia y trombocitopenia (disminución en el número de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre)
Hiperpigmentación de la piel (coloración oscura), en casos avanzados
Inmunosupresión, lo que aumenta el riesgo de infecciones secundarias

Antimoniato de meglumina: Este medicamento es una sal de antimonio que se ha utilizado durante décadas para tratar la leishmaniasis visceral. Se administra por vía intramuscular o intravenosa y puede tener efectos secundarios graves.
Anfotericina B: Es un medicamento antifúngico con actividad contra Leishmania donovani. La anfotericina B convencional se administra por vía intravenosa y puede causar efectos secundarios nefrotóxicos. La anfotericina B liposomal (Ambisome) es una formulación más segura y efectiva, pero es más costosa.
Miltefosina: Es un medicamento oral que ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de la leishmaniasis visceral en la India y otros países. Sin embargo, su uso puede estar limitado por la resistencia del parásito y la posibilidad de efectos secundarios, como náuseas, vómitos y diarrea.
Paromomicina: Es un antibiótico aminoglucósido que también es efectivo contra Leishmania donovani. Se administra por vía intramuscular y puede causar dolor en el sitio de la inyección y ototoxicidad (daño en el oído).

Genitourinario

Schistosoma haematobium

Examen de orina

Muestra de orina

Dermatitis de cercarias (en la etapa inicial de la infección):
Picazón e irritación en la piel en el sitio de penetración de las cercarias
Fase aguda (2-6 semanas después de la infección):
Fiebre, escalofríos y sudoración
Dolor de cabeza y debilidad

Tos y dificultad para respirar
Dolor abdominal, diarrea y náuseas
Agrandamiento del hígado y del bazo
Eosinofilia (aumento de eosinófilos en la sangre)
Fase crónica (meses o años después de la infección):
Hematuria (sangre en la orina)
Dolor en la zona pélvica y al orinar
Fibrosis y calcificación de la vejiga y los uréteres
Obstrucción del flujo de orina y disfunción renal
Infertilidad y trastornos menstruales en mujeres
Inflamación y fibrosis de los órganos genitales en hombres y mujeres
Aumento del riesgo de cáncer de vejiga

Praziquantel: Es el medicamento de elección para tratar la esquistosomiasis causada por Schistosoma haematobium. Se administra por vía oral en una o dos dosis, y suele ser bien tolerado, con efectos secundarios leves y transitorios.

Corazón

Trypanosoma cruzi

Serología

Muestra de sangre

Fase aguda (primeras semanas o meses después de la infección):
Síntomas leves o ausentes en la mayoría de los casos
Fiebre, cansancio, dolores de cabeza y musculares
Inflamación en el sitio de la picadura (chagoma) o en el párpado (signo de Romaña)
Agrandamiento de los ganglios linfáticos, hígado y bazo
Eosinofilia (aumento de eosinófilos en la sangre)
En casos graves, miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) o meningoencefalitis (inflamación del cerebro y las meninges)

Fase crónica (años o décadas después de la infección):
Alrededor del 60-70% de las personas infectadas no presentan síntomas en esta fase
Cardiopatía de Chagas: insuficiencia cardíaca, arritmias, bloqueos cardíacos, dilatación del corazón
Megacolon:
 dilatación y disfunción del colon, estreñimiento y dolor abdominal
Megaesófago:
 dilatación y disfunción del esófago, dificultad para tragar y regurgitación

Benznidazol: Es el medicamento de elección para el tratamiento de la enfermedad de Chagas en la fase aguda y en casos de reactivación en pacientes inmunodeprimidos. También se puede utilizar en la fase crónica en niños y adultos jóvenes. El benznidazol se administra por vía oral durante 60 días y puede causar efectos secundarios como erupciones cutáneas, trastornos gastrointestinales y neuropatía periférica.
Nifurtimox: Es otra opción de tratamiento para la enfermedad de Chagas, pero se utiliza con menos frecuencia debido a sus efectos secundarios, que incluyen náuseas, vómitos, pérdida de apetito, neuropatía periférica y cambios en el estado de ánimo. El nifurtimox se administra por vía oral durante 60-90 días.

Pulmón

Paragonimus westermani

Examen de esputo

Muestra de esputo

Fase de migración (primeras semanas después de la infección):
Dolor abdominal, diarrea y náuseas
Urticaria y picazón
Fiebre, tos y dolor en el pecho
Eosinofilia (aumento de eosinófilos en la sangre)
Fase pulmonar (meses después de la infección):
Tos persistente con esputo sanguinolento o marrón
Dolor en el pecho y dificultad para respirar
Fiebre y sudoración nocturna
Fatiga y pérdida de peso
Infecciones pulmonares recurrentes

Praziquantel: Es el medicamento de elección para tratar la paragonimiasis. Se administra por vía oral en varias dosis repartidas a lo largo de un día. El praziquantel suele ser bien tolerado, con efectos secundarios leves y transitorios.

Triclabendazol: Es otra opción de tratamiento para la paragonimiasis, especialmente en casos en los que el praziquantel no es efectivo o está contraindicado. Se administra por vía oral en una o dos dosis.

Sistema linfático

Wuchereria bancrofti

Serología

Muestra de sangre

Fase aguda (meses o años después de la infección):

Linfadenitis (inflamación de los ganglios linfáticos)
Linfangitis (inflamación de los vasos linfáticos)
Fiebre, escalofríos y malestar general
Eosinofilia (aumento de eosinófilos en la sangre)
Fase crónica (años después de la infección):
Linfedema (acumulación de líquido linfático e hinchazón en extremidades, genitales o mamas)
Elefantiasis (engrosamiento y endurecimiento de la piel y tejidos subyacentes, especialmente en piernas y genitales)
Infecciones bacterianas secundarias en la piel y tejidos afectados

Dietilcarbamazina (DEC): Es el medicamento de elección para tratar la filariasis linfática causada por Wuchereria bancrofti. Se administra por vía oral en dosis únicas o durante un curso de 12 días. La DEC puede causar reacciones alérgicas y síntomas similares a la gripe debido a la muerte de los parásitos.

Albendazol e ivermectina: Estos medicamentos se utilizan en combinación con la DEC en programas de eliminación de la filariasis linfática basados en la administración masiva de medicamentos en áreas endémicas.

Terapia de cuidado y prevención de infecciones: Incluye higiene y cuidado de la piel, uso de compresión elástica, elevación de las extremidades afectadas y tratamiento de infecciones bacterianas secundarias con antibióticos.

Músculo

Trichinella spiralis

Serología

Muestra de sangre

Fase intestinal (primeros días después de la infección):
Dolor abdominal, diarrea y náuseas
Vómitos y pérdida de apetito
Fase muscular (1-2 semanas después de la infección):
Fiebre, escalofríos y sudoración
Dolor muscular, debilidad y rigidez
Hinchazón alrededor de los ojos
Dolor de cabeza y mareos
Taquicardia (frecuencia cardíaca rápida)
Eosinofilia (aumento de eosinófilos en la sangre)
En casos graves, insuficiencia cardíaca, problemas respiratorios, disfunción neurológica o muerte

Medicamentos antiparasitarios: Si se diagnostica en la fase intestinal, el tratamiento con mebendazol o albendazol puede ser efectivo para eliminar los gusanos adultos en el intestino. Estos medicamentos se administran por vía oral durante varios días.
Medicamentos antiinflamatorios: Para aliviar el dolor y la inflamación en la fase muscular, se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno. En casos graves, se pueden administrar corticosteroides, como la prednisona, para reducir la inflamación y los síntomas sistémicos.
Tratamiento de soporte: En casos graves o complicaciones, puede ser necesario el tratamiento de soporte, como reposo, hidratación, terapia respiratoria, tratamiento del dolor o manejo de complicaciones cardíacas o neurológicas.

Piel y Tejido

Sarcoptes scabiei

Raspado de piel

Muestra de piel

Picazón intensa, especialmente durante la noche
Erupción cutánea con pequeñas pápulas rojas, vesículas o pústulas
Lesiones lineales o en forma de S que representan los túneles excavados por los ácaros (surcos)
Las áreas afectadas comúnmente incluyen espacios interdigitales, muñecas, codos, axilas, cintura, glúteos y genitales
Rascado persistente que puede causar infecciones secundarias de la piel

Permetrina al 5%: Es el tratamiento de primera línea para la sarna en la mayoría de los casos. Se aplica como crema en todo el cuerpo desde el cuello hacia abajo, dejándola actuar durante 8-14 horas antes de lavarla. Por lo general, se requiere una sola aplicación, aunque a veces se necesita una segunda aplicación una semana después.
Crotamitón al 10%: Es otra opción de tratamiento tópico para la sarna, pero puede ser menos efectiva que la permetrina. Se aplica en todo el cuerpo durante 2-5 días consecutivos.
Ivermectina oral: Se puede recetar en casos de sarna resistente al tratamiento tópico, sarna noruega (una forma severa y altamente contagiosa de sarna) o en pacientes inmunodeprimidos. La dosis y la duración del tratamiento deben ser determinadas por un médico.
Tratamiento de los síntomas: Para aliviar la picazón y la inflamación, se pueden usar lociones de calamina, antihistamínicos orales o corticosteroides tópicos.
Medidas adicionales: Lave toda la ropa de cama, toallas y ropa en agua caliente y séquelas a alta temperatura para eliminar los ácaros. Además, las personas que han estado en contacto cercano con el paciente también pueden requerir tratamiento para prevenir la propagación de la sarna.

Subcutáneo

Dracunculus medinensis

Examen directo de la lesión

Muestra de tejido cutáneo

Dolor e hinchazón en el área donde el gusano adulto emerge de la piel, comúnmente en las piernas o los pies

Úlceras cutáneas dolorosas y ampollas
Fiebre y malestar general
Náuseas y vómitos
Infecciones bacterianas secundarias en la piel afectada
En casos graves, artritis y daño permanente en las articulaciones o discapacidad

Extracción del gusano: El gusano se extrae gradualmente enrollándolo alrededor de un pequeño palo o sonda. Este proceso puede durar varios días o incluso semanas, ya que la extracción rápida puede romper el gusano y causar una reacción inflamatoria severa.
Cuidado de las heridas: Se deben limpiar y desinfectar las úlceras para prevenir infecciones secundarias. En casos de infección bacteriana, se pueden recetar antibióticos.
Control del dolor: Se pueden administrar analgésicos de venta libre, como paracetamol o ibuprofeno, para aliviar el dolor y la inflamación asociados con la emergencia del gusano.
Reposo y rehabilitación: El paciente puede necesitar reposo y cuidados de apoyo, como fisioterapia, en caso de discapacidad funcional causada por la infección.

Sistémico

Echinococcus granulosus

Serología

Muestra de sangre

Dolor abdominal o en el pechoSensación de plenitud o presión en el área afectada
Hinchazón o distensión abdominal
Tos, dificultad para respirar o dolor torácico (si los quistes están en los pulmones)
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) y signos de obstrucción del conducto biliar (si los quistes están en el hígado)
Alergias, fiebre y malestar general
En casos graves, complicaciones como ruptura del quiste, infecciones secundarias o diseminación a otros órganos

Observación: Los quistes pequeños y asintomáticos pueden ser monitoreados mediante ecografías o tomografías periódicas sin tratamiento inmediato.
Tratamiento farmacológico:
El albendazol es el medicamento de elección para tratar la hidatidosis y se administra por vía oral durante varios meses. El mebendazol es una alternativa menos efectiva. Estos medicamentos pueden ser utilizados solos o como complemento de otros tratamientos, como la cirugía o la PAIR.

Cirugía: La extirpación quirúrgica del quiste puede ser necesaria en casos de quistes grandes, complicaciones o cuando otros tratamientos no son efectivos. La cirugía puede ser abierta o laparoscópica y puede incluir técnicas para prevenir la diseminación del contenido del quiste durante el procedimiento.

Punción, aspiración, inyección y re-aspiración (PAIR): Es un procedimiento mínimamente invasivo que implica la punción percutánea del quiste, aspiración del contenido, inyección de un agente esclerosante (como el etanol) y re-aspiración. Este tratamiento puede ser una opción para quistes seleccionados y debe realizarse bajo estrictas precauciones para prevenir la diseminación del contenido del quiste.

Toxocara canis

Serología

Muestra de sangre

Larva migrans visceral (LMV):
Fiebre
Fatiga y malestar general
Tos y dificultad para respirar
Agrandamiento del hígado (hepatomegalia)

Agrandamiento de los ganglios linfáticos
Eosinofilia (aumento de eosinófilos en la sangre)
En casos graves, neumonía, meningitis o encefalitis
Larva migrans ocular (LMO):
Pérdida de visión o visión borrosa en un ojo
Dolor en el ojo
Inflamación ocular (uveítis, coroiditis, retinitis)
Estrabismo o desviación del ojo
En casos graves, ceguera

Medicamentos antiparasitarios: El tratamiento con albendazol o mebendazol puede ser efectivo para eliminar las larvas en el caso de larva migrans visceral. Estos medicamentos se administran por vía oral durante varios días o semanas.

Medicamentos antiinflamatorios: Para aliviar la inflamación y los síntomas sistémicos, se pueden recetar corticosteroides, como la prednisona, especialmente en casos de larva migrans ocular.
Tratamiento de soporte: En casos de complicaciones, como neumonía, meningitis o encefalitis, puede ser necesario el tratamiento de soporte, como reposo, hidratación, terapia respiratoria, tratamiento del dolor o manejo de complicaciones neurológicas.
Tratamiento oftalmológico: En casos de larva migrans ocular, puede ser necesario el tratamiento con medicamentos antiinflamatorios o inmunosupresores, así como cirugía ocular para preservar la visión.

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