Buenas Noches Y Buena Suerte

Ensayo: Buenas noches y Buena Suerte

La película a tratar es el conocido film de George Clooney Buenas noches y buena suerte que narra la historia del célebre periodista Edward R. Murrow y su disputa televisiva contra el senador McCarthy. El film nos sitúa en la época de la caza de brujas y de la histeria colectiva en los EEUU por sacar a la luz a “malvados” comunistas ocultos entre sus conciudadanos. La valiente actuación de E.R. Murrow luchando en contra de unas políticas que veía injustas nos plantea una serie de interrogantes que podemos trasladar a hoy en día: ¿Dónde ha quedado el periodismo que busca la verdad por encima de la idiosincrasia de su lugar de trabajo? ¿Hasta qué punto ha desaparecido la ética periodística? ¿Asistimos al nacimiento de nuevo periodismo superficial e inerte?

El 29 de noviembre se cerró la emisión de Canal 9 tras veinticuatro años de años de emisión. Periodistas como Yolanda Mármol o Amparo Fernández decidieron hablar entonces de cómo la cadena les había obligado a censurar, mentir y trabajar en contra de sus principios. Ambas trabajaron en la emisora un tiempo significativo, tiempo en el cual estuvieron a merced de aquello que demandaba la cadena independientemente de que esto fuera ético o lícito. Es fácil hablar y destapar los juegos sucios de Canal 9 una vez que uno ya se encuentra en la calle. Sin embargo, son fáciles de entender los motivos que llevaros a estas periodistas, entre otros, a callar la verdad. La amenaza del despido en tiempos en los que el trabajo escasea, subyuga cualquier intento de rebeldía.

Esa política de amordaza no es exclusiva de Canal Nou. Es prácticamente imposible encontrar un periodista que no trabaje para un medio con el cual su ideología no coincida o deba coincidir. Izquierdas, derechas, no importa. Por muy bueno que uno sea en su trabajo, si aquello que se dice no gusta al grueso de la cadena, las probabilidades de despido se disparan. Por no hablar de la presión política. Un ejemplo más de ello, serían los constantes cambios de dirección en nuestra televisión pública según el partido que gane las elecciones. Vivimos en un sistema liberal que reconoce el derecho a la libertad de expresión. Esa misma libertad nos garantiza también el derecho a guardar silencio. Como dato, el 75% de las noticias que son susceptibles de salir en la prensa, no lo hacen. De esta forma, acabamos consumiendo aquellas noticias que venden, que enganchan a la pantalla.

Sin embargo y es fundamental recordarlo, no se puede dejar de hablar de aquellos profesionales que se dejan cada fibra de su ser en su trabajo. Incluso la vida. En el pasado año 2012, se batió la cifra más alta de periodistas fallecidos durante el ejercicio de su profesión, concretamente, 119 personas. No se puede desprestigiar todo un colectivo porque algunos periodistas se vean obligados a callar. Yo misma he tenido

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