Ensayo: Película: The Emerald Forest, (1985)
TrevorBecketEnsayo24 de Febrero de 2019
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Ensayo:
Película: The Emerald Forest, (1985)
Cada sociedad en el mundo tiene unas características propias que comparte con los miembros de su comunidad, formando así parte de una tradición y unas costumbres, que a veces se remontan a unos orígenes milenarios, y se transmiten a las siguientes generaciones como un medio infalible de preservación de su cultura. Ahora bien, uno de los efectos de la globalización es la invasión de territorios que mucho tiempo atrás le pertenecían a culturas sabias y legendarias, aunque desconocidas para gran parte del mundo. Un buen ejemplo es la selva amazónica, que oculta entre sus frondosos bosques un sinfín de tribus casi tan antiguas como el hombre mismo, que han sabido sobrevivir a su modo, alejados de la absorbente globalización, inmersos en un estilo de vida muy diferente al nuestro, pero que tienen también entre sus conocimientos, muchos secretos que la mayoría de los hombres “civilizados” desconocen plenamente, y es por esto, que la sola pérdida de alguna de estas tribus, significa arrebatarle a la humanidad un fragmento de las maravillas de la Tierra desveladas desde tiempos inmemoriales, y conocidas tan sólo por unos grupos ocultos, mal llamados “primitivos” o “salvajes”, pues aunque sean ignorados, no por eso dejan de ser importantes.
En la película, “The Emerald Forest”, (o “La Selva Esmeralda”, que sería su traducción al español) se muestra claramente un choque de culturas, un entrecruzamiento de diferentes sociedades tan diferentes, que el grado de desconocimiento o de ideales de una sobre la otra es muy arraigado. Pero no son sólo dos las culturas o sociedades que entran en juego, pues la historia (según datos que en ella se ofrecen, está basada en hechos reales) apunta a una dirección con varias bifurcaciones, con problemáticas no compartidas en un comienzo, pero que cuando ocurre el “choque”, se entrelazan en una trama absorbente, magistralmente elaborada, un profundo análisis de parte de la problemática actual de la destrucción de la selva (no en términos generales, sino que es únicamente la selva amazónica, el pulmón o la piel del mundo, como se menciona en una parte) y sus peculiares habitantes, pero desde diferentes perspectivas, desde el centro mismo de cada una de las culturas en cuestión, y el resultado, es una verdadera obra de arte, libre de prejuicios (excepto los que son debidamente necesarios para mantener en funcionamiento la trama) y que termina ofreciendo una visión bastante acertada de un modo de vida que sería siempre inadvertido, que permanecería siempre oculto al avance destructivo del hombre moderno; a menos que, como sucede en la película, estos mundos tan diferenciados se topen uno con el otro, y es entonces que se desenvuelve aquel resultado casi tan distópico, inimaginable, fascinante.
Para poder definir los orígenes que causaron ese “choque de mundos”, ese choque de culturas, es necesario mencionar ciertos detalles concretos de la película: uno de los personajes principales es Bill, que tiene un puesto importante dedignado en la construcción de una gran presa en una zona selvática amazónica. Él lleva a su familia a ver lo que hacían ahí, y les muestra cómo derriban los árboles y dejan el espacio limpio para la presa hidráulica. Su familia estaba formada por su esposa, un hijo y una hija pequeña. Es su hijo, Tommy, el que se muestra envalentonado al momento de dar una caminata por la selva, pues afirma no tenerle miedo, pero en un ligero descuido de su padre, el chico termina en manos de un “hombre invisible”, y desde entonces, Bill no lo vuelve a ver, y pasan largos años buscándolo vanamente; pero nunca perdió la esperanza.
Mientras tanto, ese “hombre invisible”, que en realidad pertenecía a una tribu milenaria de la selva del Amazonas, y era el equivalente de un líder, le enseña unas nuevas costumbres a Tommy. Él era apenas un niño cuando fue raptado, así que se olvidó pronto del modo de vivir al que había estado acostumbrado. La tribu de los hombres invisibles era apenas conocida por los lugareños, puesto que usaban un extraño pigmento que obtenían de una roca especial sobre su piel, para así camuflarse entre la espesura de la selva y pasar desapercibidos a su antojo.
El hombre que se llevó a Tommy, el más anciano, y por lo tanto el más sabio (el líder) lo instruyó para convertirse en un guerrero, en un cazador, le mostró muchos de los secretos que su tribu había guardado desde generaciones inmemoriales, como un legado de infinita grandeza y ostentosa fuente de conocimiento. Tommy se adecuó a las costumbres como si hubiese nacido para ello. Algunas de esas costumbres son muy interesantes, con una cosmovisión tan diferente a lo aceptado convencionalmente, que bien podrían tomarse como una mentira, pero no es lo que parece, pues como ya he expuesto, puede que sean esas sociedades ocultas las que poseen la mayor cantidad de secretos y técnicas ocultas para comunicarse, para vivir, para dominar; son cosas que el resto de la humanidad ha olvidado, y por lo tanto dejan de creer en ese basto poder.
Una pequeña muestra de las creencias y costumbres de los hombres invisibles, es la identificación de cada persona con un animal, aquel que habitaba dentro de él, como una especie de guía. Esto se lograba mediante un ritual muy interesante en el que además, al que debía identificarse con un animal, se le hacía ingerir una porción de humo, seguramente con cierto efecto estimulante o alucinógeno, y esto era lo que le permitía sentir al animal que llevaba dentro, y desde entonces podría controlarlo, pues al parecer, ese animal era como un alma gemela a la que se podía acceder. Tommy se identificó con un halcón.
Por otra parte, una costumbre igual de interesante es la transición de los niños en hombres. Tiene que morir el niño para que nazca un hombre y así pueda casarse (es el equivalente al acto de aquella sociedad de unión entre un hombre y una mujer, porque también implica una ceremonia y un ritual con bailes significativos bien coordinados), y consiste en que se le coloquen (al niño) en todo el cuerpo, un gran número de hormigas, conocidas como “hormigas de fuego” u “hormigas bala”, que producen un dolor demasiado intenso con su picadura. El niño tiene que soportar esa especie de tortura mientras baila y es acogido entre todos los miembros de la comunidad. Es posible que pierda el conocimiento a causa del dolor generalizado en todo su cuerpo, pero tras ser bañado y despertar, ya es un hombre. Es una etapa de transición por la que todos los integrantes del género deben pasar para poder ser reconocidos como verdaderos hombres.
Pero en cierto momento, se manifiesta una disputa entre los hombres invisibles y otra comunidad, los “hombres feroces”, que eran unos caníbales agresivos y desalmados. Según se relata, desde mucho tiempo atrás había habido problemas entre ambas tribus, pero estos se acentuaron desde que la expansión del “hombre moderno” por la selva (en una masiva destrucción de los bosques para la construcción posterior de zonas urbanas) los hizo desplazarse, y entonces se tuvieron que internar en el territorio de los hombres invisibles.
Y bueno, tras 10 años de búsqueda incansable, Bill sigue una pista que lo lleva a internarse en lo más profundo de la selva, junto a un compañero que hacía un reportaje para una revista. Se topan primero con los hombres feroces, y sólo dejan vivo a Bill, pero con la advertencia de matarlo si lo volvían a ver. Después, en su huida (pero a la vez búsqueda todavía de su hijo perdido) se encuentra nuevamente con los hombres feroces, y es entre su hijo y él (el reencuentro es muy sentimental, pues tardan un poco en reconocerse, pero los sentimientos encontrados los hacen unirse nuevamente luego de tan larga separación) que matan a algunos de esos hombres y se escabullen hasta la aldea de “los hombres invisibles”.
Tommy presenta a Bill como a su “papi”, porque el jefe de la comunidad era su “padre”. Esta es la primera causa de desconcierto para Bill, totalmente ajeno a ese nuevo mundo en el que su hijo había pasado los últimos 10 años de su vida, y al que ahora pertenecía. Después, cuando conoce superficialmente la cultura de los hombres invisibles (pues hace falta toda una vida para conocerla por completo) se queda estupefacto ante algunos detalles inimaginables, ante cosas que no creyó posibles, porque toda su vida la pasó en un mundo completamente distinto, con los ojos vendados ante una verdad tan maravillosa y al mismo tiempo tenebrosa.
Por ejemplo, tanto las mujeres como los hombres que pertenecían a la sociedad de los hombres invisibles, estaban casi desprovistos de ropa, cubiertos apenas por unas pocas hojas amarradas en sus zonas genitales, pero en el caso de las chicas, ellas estaban siempre desnudas en la parte superior, es decir, en una forma vulgar de expresarlo, “con los pechos al aire”. Pero su cultura es tan diferente, que la morbosidad queda relegada a un segundo plano, pues ellos se han visto así siempre (y de hecho, en su estancia ahí, Bill tiene que andar del mismo modo, sin toda su ropa que acostumbraba a ponerse).
Bill pasa también por la identificación con el animal que lleva dentro, y resulta que es un jaguar, uno enfurecido, bestial, instintivo, asesino. Durante el trance, cuando controla al animal, hace que mate a uno de los operadores de una máquina
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