LA MÚSICA INSTRUMENTAL DEL BARROCO.

El inicio del barroco se sitúa a principios del S XVII con la aparición de las primeras óperas y su final en 1750 con la muerte de J.S Bach.

Podemos distinguir tres periodos en el barroco musical: El barroco temprano (1580-1630), en el que predomina la música vocal y la utilización de la melodía acompañada, en el cual uno de los máximos representantes era C. Monteverdi. El barroco medio (1630-1680), época de la cantada y la ópera, donde la música vocal e instrumental adquiría la misma importancia y el contrapunto volvía a cobrar  importancia también, cuyos máximos exponentes fueron H.Purcell, J.B Lully y A. Corelli. Finalmente, tenemos el periodo del Barroco Tardío (1680-1750), donde la música instrumental tenía mayor importancia y se consolida la tonalidad: escala mayor y menor, en el cual A. Vivaldi y J.S Bach fueron uno de los compositores más representativos.

Políticamente, es la época de las monarquías absolutas, cuyo máximo exponente se atribuye a Luis XIV. Artísticamente, podemos destacar la luz y el color, la profundidad y la dinámica. La luz y el color, así como el pintor aprendió el valor del color, el músico aprendió a utilizar los diferentes grupos tímbricos. Respecto la profundidad, toda la arquitectura del barroco estaba jerarquizada al igual que la música, lo que conocemos como melodía acompañada, en la cual unas voces se subordinan a otras, con la supremacía de una de ellas sobre un fondo armónico de acompañamiento. La dinámica, se caracteriza por las masas arquitectónicas del Barroco con sus múltiples entrantes y salientes. En la música, se habla de una dinámica interior que persigue la expresión de sentimientos y emociones, con claroscuros de sonoridades fuertes y pianos, en contraste con las estáticas líneas polifónicas del Renacimiento.

Durante el Barroco, toda persona culta debía saber música, apreciarla e incluso saberla interpretar. La Iglesia católica desempeñó también un papel decisivo en la vida musical del Barroco: la música se integró en el ideario de la Contrarreforma como un medio de atraer y seducir a los fieles.

Las características principales de esta época son: la ampliación del espacio sonoro, el juego de contrastes: en la oposición de los planos sonoros, a través de alternancia de grupos instrumentales desiguales o con la intervención de un solista, en los tempi de las obras, en la suite, la sonata y concierto , se suceden movimientos vivos y lentos. En la textura, secciones homorrítmicas se oponen a secciones fugadas y en los dinámicos, donde se practica el procedimiento de eco. Estos contrastes manifiestan el dramatismo que caracteriza la obra barroca y este deseo de expresión hace que el compositor recurra a todos los medios musicales posibles y al movimiento, además de decorar con adornos la melodía. También, se celebran los primeros conciertos públicos y se amplían las posibilidades técnicas de algunos instrumentos, especialmente del violín, dando pie al virtuosismo. Finalmente, durante la primera mitad del S XVII persistió el llamado stile concertato, donde se utilizan varias voces que suenan simultáneamente sin perder la personalidad. En la música instrumental, el compositor destaca en primer plano una o varias partes solistas sostenidas por un segundo plano por un acompañamiento, denominado bajo continuo.

Las principales formas de la música barroca fueron: suite, sonata, concierto y fuga, las cuales tuvieron su origen en Italia y empezaron a consolidarse hacia 1650. La suite destinada para teclado u orquesta. La sonata, cuyos máximos representantes fueron Scratrlatti y el Padre soler,  tenía dos modalidades: sonata de cámara, destinada al concierto y sonata de Chiesa, reservada para la iglesia. La fuga, la composición musical polifónica más compleja de estilo horizontal o contrapuntístico en la que el mayor exponente fue Johan Sebastián Bach. Finalmente tenemos el concierto, dividido en concerto grosso y el concierto para solista. El concerto grosso, donde la oposición tímbrica se establece entre un grupo de solistas y la orquesta,  fue fijado bajo la influencia de Guuseppe Torelli y Arcangelo Corelli. Sin embargo, el concierto para solista, cuyo máximo representante fue Antonio Vivaldi, la oposición tímbrica se establecía entre el solista y el tutti.

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