Loca Or Las Compras
lacholito26 de Julio de 2011
10.747 Palabras (43 Páginas)1.754 Visitas
LOCA POR LAS COMPRAS
SOPHIE KINSELLA
Título original: The secret Dreamword Shopaholic
Este libro está dedicado a mi amiga y agente Araminta Whitley.
Argumento:
días soporíferos, noches frustrantes y nada en el horizonte
necesitas algo que te levante el ánimo ¡ya! coges el bolso, compruebas la tarjeta de crédito y... ¡a comprar!
Si un acabara de conocer a Rebecca , diría que es una chica como muchas otras, activa, alegre y con ganas de marcha. Pero si intentara compartir con ella un placentero e inocente sábado por la tarde, paseando por, digamos, King's Road, constataría de inmediato que Becky como la llaman sus amigos, está total, absoluta, perdida e irremisiblemente... ¡loca por las compras!
Pese a sus denodados esfuerzos por controlar esos devastadores impulsos consumistas, Becky ha sucumbido tantas veces a la tentación que las deudas empiezan a
volverse una seria amenaza para sus inmaculados antecedentes penales. Necesitada de una solución urgente y en el punto álgido de su desesperación, Becky ha ideado un plan que, o bien la saca de apuros para siempre, o de lo contrario tendrá que hacerse a la idea de una tranquila vida en una remota y solitaria isla en los Mares del Sur.
Endwich Bank
Stallion Square, 1
Londres Wl 31IW
Sra. Rebecca Bloomwood Jarvis Road, 63, 4.a
Bristol BSl ODN
6 de julio de 1997
Estimada Sra. Bloomwood,
¡Felicidades! Estamos convencidos de que, como re¬cién licenciada por la Universidad de Bristol, está sin duda muy contenta por los resultados que ha obtenido.
En Endwich también estamos satisfechos de nuestra labor como banco comprensivo y generoso que intenta satisfacer a todos sus clientes. Asimismo, nos enorgulle¬cemos de la visión de futuro con la que atendemos a clien¬tes como usted.
Por ello, como licenciada, le ofrecemos una amplia¬ción de 2.000 libras en su línea de crédito durante sus dos primeros años de profesional. Si decide abrir una cuenta con Endwich Bank podrá disponer de este crédito de for¬ma inmediata.* Con el deseo de que decida aprovechar esta oferta, quedamos a la espera de recibir su solicitud. De nuevo, ¡felicidades!
Atentamente,
Nigel Fairs
Director de Marketing
* ( según situación financiera)
ENDWICH — NOS PREOCUPAMOS POR USTED
Endwich Bank
SUCURSAL DE FULHAM
Fulham Road, 3 Londres SW6 9JH
Sra. Rebecca Bloomwood Bumey Road, 4, 2.a
Londres SW6 8FD
10 de septiembre de 1999
Estimada Sra. Bloomwood,
Con relación a mis cartas del 3 de mayo, 29 de julio y 14 de agosto, me permito recordarle que la ampliación de su crédito finalizará el 19 de septiembre de 1999, y tam¬bién que ha sobrepasado ampliamente el límite acordado de 2.000 libras.
El saldo actual de su cuenta arroja una deuda de 3.794,56 libras.
Le ruego que tenga la amabilidad de telefonear a mi se¬cretaria, Erica Parnell, para concertar una reunión para tratar esta situación.
Atentamente,
Derek Smeath
Director
ENDW1CH — NOS PREOCUPAMOS POR USTED
Endwich Bank
SUCURSAL DE FULHAM
Fulham Road, 3
Londres SW6 9JH
Sra. Rebecca Bloomwood
Burney Road, 4, 2.a
Londres SW6 8FD
22 de septiembre de 1999
Estimada Sra. Bloomwood,
Lamento mucho que se haya roto una pierna.
Espero que, en cuanto se haya repuesto, tenga la ama¬bilidad de telefonear a mi secretaria, Erica Parnell, para concertar una reunión con el fin de examinar el estado actual de su descubierto.
Atentamente,
Derek Smeath
Director
ENDWICH — NOS PREOCUPAMOS POR USTED
Endwich Bank
SUCURSAL DE FULHAM
Fulham Road, 3
Londres SW6 9JH
Sra. Rebecca Bloomwood
Burney Road, 4, 2.a
Londres SW6 8FD
17 de noviembre de 1999
Estimada Sra. Bloomwood,
Lamento mucho que se vea aquejada de mononucleosis.
Espero que, en cuanto se haya repuesto, tenga la ama¬bilidad de telefonear a mi secretaria, Erica Parnell, para concertar una cita a fin de tratar su situación económica.
Atentamente,
Derek Smeath
Director
ENDWICH — NOS PREOCUPAMOS POR USTED
Capítulo.1
Vale. Que no cunda el pánico. Sólo es una factura de la Visa. Un trozo de papel, unos números. ¿O es que me voy a asustar por unos simples números?
Estoy dispuesta a abrir el sobre blanco que hay encima de mi abarrotado escritorio. A través de la ventana de la oficina veo un autobús que baja por Oxford Street. «Sólo es un trozo de papel», me digo a mí misma por enésima vez. No soy tonta, sé a cuánto asciende el importe.
Bueno, eso creo. Más o menos.
Unas... doscientas libras. Trescientas como mucho. Sí, puede que trescientas. Máximo trescientas cincuenta.
Sin perder la calma cierro los ojos y empiezo a sumar: el traje de Jigsaw, la cena con Suze en Quaglino's, aquella preciosa al¬fombra roja y amarilla... Ahora que pienso, la alfombra costaba doscientas libras. Pero, bueno, merecía la pena, le ha encantado a todo el mundo, por lo menos a Suze.
Y el traje de Jigsaw estaba de rebajas, un treinta por ciento menos. Así que, en realidad, ha sido un ahorro.
Abro los ojos y saco la factura. En el momento en el que mis dedos rozan el papel me acuerdo de mis lentillas nuevas: noventa y cinco libras. Mucho dinero, pero las necesitaba. No voy a ir por ahí viendo borroso.
También tuve que comprar líquido para las lentillas, un estu¬che bonito y un lápiz de ojos antialérgico. Así que eso suma... ¿cuatrocientas?
Clare Edwards me mira desde su mesa. Está poniendo unas cartas en pulcros montones, como todas las mañanas. Los sujeta con gomas y les pone etiquetas en las que escribe frases como «Responder inmediatamente» o «No es urgente responder». La odio.
—-¿Va todo bien? —pregunta.
—Sí —respondo como si tal cosa—, estaba leyendo una carta.
Con aire despreocupado busco la factura dentro del sobre, pero mis dedos no se atreven a sacarla. Permanecen pegados a ella mientras me asalta, igual que todos los meses, mi fantasía secreta.
¿Queréis saber cuál es? Se trata de una confusión bancaria que leí en un periódico. Me gustó tanto que la recorté y la pegué en la puerta de mi armario. Un banco cometió un error al enviar los cargos de las tarjetas de crédito de dos personas y, mira por donde, las dos liquidaron la deuda equivocada sin darse cuenta, no las comprobaron.
Desde que leí esa historia mi fantasía secreta ha sido que eso me pase a mí. Que le envíen mi abultada factura a una vieja chifla¬da de Cornualles, que la pague sin siquiera mirarla, y a mí me to¬que abonar tres latas de comida para gatos por valor de cincuenta y nueve peniques, que, naturalmente, pagaré encantada. Después de todo, tampoco hay que abusar.
En mi rostro se dibuja una sonrisa mientras miro por la venta¬na. Este mes sucederá, mi sueño secreto se hará realidad. Pero, cuando finalmente saco el extracto del sobre, acosada por la mira¬da curiosa de Clare, mi sonrisa se debilita y se desvanece. Algo me oprime la garganta; creo que es el pánico.
La hoja de papel parece de color negro de tan llena que está. Una serie de nombres que me son familiares discurren con rapidez por delante de mis ojos, como si estuviera en un pequeño centro comercial. Trato de quedarme con ellos, pero pasan a demasiada velocidad. Consigo ver fugazmente el nombre de Chocolates Thortons. ¿Chocolates Thortons? ¿Qué demonios estaba hacien¬do en la bombonería Thortons? Se supone que estoy a dieta. Esta factura no está bien. No puede ser mía. No es posible que me haya gastado tanto dinero.
«¡Tranquila!», me digo. La clave está en no perder la calma. Sólo tengo que leer los nombres despacio, uno a uno. Inspiro pro¬fundamente y me obligo a concentrarme con ánimo sereno, desde el principio.
WH Smith (bueno, éste está bien, todo el mundo necesita ar¬tículos de escritorio)
Boots (vale, la farmacia no cuenta)
Specsavers (óptica, imprescindible)
Oddbins (botella de vino, esencial)
Our price (¿Our price? ¡ Ah, sí!, el nuevo disco de The Charlatans. Bueno, tenía que oírlo, ¿no?)
Bella Pasta (cena con Caitlin)
Oddbins (botella de vino, básico)
Esso (la gasolina no cuenta)
Quaglino's (caro, pero un día es un día)
Pret a Manger (ese día no llevaba dinero encima)
Oddbins (botella de vino, básico)
Rugs to riches (¿qué? ¡Ah, sí!, la alfombra, la maldita al¬fombra)
La Senza (ropa interior sexy para la cita con James)
Agent Provocateur (ropa interior todavía más sexy para otra cita con James. Un caso de necesidad)
Body Shop (esa cosa para frotar la piel que debería usar)
Next (una blusa blanca bastante sosa, pero estaba de oferta)
Millets...
Me paro en seco. ¿Millets? Nunca entro en esa tienda. ¿Qué iba a hacer yo allí? Miro con asombro el extracto, arrugando el entrecejo y tratando de pensar. Ahora caigo. Es evidente. Alguien ha utilizado mi tarjeta.
¡Dios mío! Me han robado.
Ahora todo está claro, un delincuente me ha quitado la tarjeta y ha falsificado mi firma. ¡Quién sabe en qué otros sitios la habrá usado! No me extraña
...