Plan Audiovisual
Gerarditoyyy24 de Julio de 2013
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La Misión del mismo
Los procedimientos que son diseñados y propuestos en este documento, se plantean en un contexto de revisión y actualización permanente, junto a los distintos realizadores y personas físicas y jurídicas que intervienen en la industria audiovisual de la provincia.
II. CARACTERIZACIÓN DEL SECTOR
Los medios audiovisuales, y sus correspondientes complementos, posibilitan una fuerte defensa y difusión de expresiones y valores culturales autóctonos, así como presentan la capacidad de creación de sentidos sociales, modos de ser y de pensar que se transmiten a través de las imágenes.
Siendo la actividad audiovisual considerada en su doble carácter, cultural e industrial, es que constituye en la actualidad una manifestación socioeconómico de profunda relevancia. Por ello, este documento propone lineamientos y acciones que favorezcan en la provincia la realización audiovisual, el crecimiento de los servicios técnicos y creativos asociados a la misma, como también, las transacciones de bienes y servicios audiovisuales, estimulando y favoreciendo la inversión local, nacional y extranjera.
Forma parte del presente plan, el desarrollo de la imagen de la provincia, por medio de la promoción de nuestro territorio, y sus distintas potencialidades para la filmación de películas y demás realizaciones audiovisuales.
Teniendo como visón, favorecer al desarrollo industrial y económico de este sector y su importante rol en la integración y competitividad internacional, el fomento de estas industrias pasa por la conservación de todos aquellos elementos creativos y culturales que pertenecen a nuestro territorio.
No debe perderse de vista la capacidad de esta industria de generar puestos de trabajo, esencialmente de mano de obra especializada, así como la necesaria contratación y subcontratación de servicios periféricos y complementarios para desarrollar sus tareas.
Un Largometraje genera en promedio 86 puestos de trabajo directos en nuestro país, siendo el promedio del salario mensualizado de la parte técnica de $12.500 (1). A estos valores referenciados, hay que agregar todos los trabajos derivados de estas producciones, por los que se contratan y subcontratan servicios complementarios a la realización audiovisual.
Otro dato a destacar, es que casi el 70 % de los empleos que se generan en la industria audiovisual se concentran en la etapa de producción, quedando un 20 % en la comercialización y 10 % en el desarrollo del producto.
Las características específicas del sector, su necesaria inversión y capacidad de generar empleo calificado, como su inmediata necesidad de contratar servicios complementarios (Transporte, alojamientos, catering, etc) lo proyectan como un potencial gestor de ampliación de la matriz productiva de la provincia.
Dentro del universo de la producción audiovisual, en la provincia de Mendoza podemos hablar de dos tipos de productores de contenidos de acuerdo con su estructura empresarial y los productos obtenidos:
- medianas empresas realizadoras de un cine de autor y producción de contenidos para televisión;
- emprendimientos de directores-productores que producen cine experimental, y pequeñas producciones audiovisuales propias y por encargo de terceros.
Las primeras, si bien son empresas medianas, se las puede
equiparar a majors locales, con personal e instalaciones
propias. Son muy pocas (tres o cuatro), orientan su producción
a modelos exitosos y estandarizados, y recurren al starsystem
–televisivo especialmente–, lo que garantiza el proyecto
comercial-industrial. Están, en general, articuladas con los
conglomerados de medios locales e internacionales, tanto a
nivel de composición accionaria, como al momento de producir
en régimen de coproducción.
Dentro de este sector se puede también incluir a una serie de
productoras para las que la producción cinematográfica no es
una actividad permanente, sino complementaria de la producción
de material para el sector audiovisual –especialmente la
televisión– de programas y/o publicidad.
El segundo tipo se trata de pequeñas empresas o microempresas
de carácter familiar o unipersonal. Es un cine de autor.
Sin perder de vista su relación con el mercado, apuestan a una
mayor calidad conceptual y estética que la del cine comercial.
A menudo es el propio director-autor el que personifica el
interés del mercado por sus productos.
El tercer grupo son emprendimientos creados en torno a un
proyecto, en general de existencia efímera. Su número aumenta
fuertemente en los últimos años, a partir del crecimiento
de egresados de escuelas de cine y el incremento de fondos
de fomento del INCAA. Realizan un cine experimental, por lo
que son productos de alto riesgo; no aspiran, en general, a
interesar al mercado.
El único grupo que no depende de los fondos del INCAA y
hace inversiones de riesgo es el primero. Los otros dos recurren
tanto a esos subsidios como a coproducciones y fondos
de ayuda de fundaciones locales y extranjeras.
Es un conjunto muy heterogéneo, con un grupo reducido de
empresas consolidadas de carácter industrial; otro grupo más
numeroso pero acotado de empresas pequeñas con reconocimiento
cultural pero sin capital propio; y el sector más
numeroso, de
(1) Datos Obtenidos de la página oficial de SICA y del Anuario de INCAA.
III. COYUNTURA NACIONAL Y LOCAL
Entre estas actuaciones de preservación del patrimonio cultural se encuentran la creación y promoción de museos, bibliotecas, filmotecas y demás archivos. Asimismo se desarrollan actuaciones para el mantenimiento y conservación de edificios
históricos, realización estudios arqueológicos o de investigación sobre elementos más intangibles como podrían ser las creaciones artísticas (por ejemplo la música, el cine, la literatura, la danza, el teatro…).
La predisposición hacia la globalización a la que nos encaminábamos hace décadas, donde el mundo occidental parecía tender hacia una única cultura común, que venía muy en consonancia con las ideas económicas capitalistas, se ha encontrado en el último medio siglo con una gran reticencia por parte de aquellos países que estaban sintiendo una colonización silenciosa en lo cultural por parte del país que ostentaba la hegemonía económica. Europa había
quedado destrozada tras las II Guerra Mundial, comenzando la segunda mitad del siglo XX con una dependencia económica de Estados Unidos, país que con su “Plan Marshall” se había erigido como salvador del viejo continente. La intrusión de la economía norteamericana y del llamado “American Way of Life” contaminó el modo de vivir europeo y los medios de producción de riqueza. Los países europeos respondieron con el Tratado de Roma de 1957 que pone en
marcha lo que actualmente es la Unión Europea. Así pues, el primer campo de batalla fue el económico, creándose aranceles y demás cortapisas a la libre circulación de productos norteamericanos a este lado del Atlántico. Más tarde comenzaría una segunda batalla en lo cultural, incentivando la gran mayoría de los países europeos los proyectos de fomento de la propia cultura que había perdido terreno por la llegada de los productos culturales estadounidenses. No obstante, ha habido que esperar a las últimas décadas para ver que aquella defensa de la “excepcionalidad cultural” europea era algo que transcendía los valores de
identidad de los pueblos y que poseía una gran importancia en lo económico. La defensa de la cultura propia es un factor estratégico para la economía de un territorio.
Es ese valor añadido de la cultura, el incentivo económico de la misma, lo que hace imprescindible que se desarrollen planes estratégicos para la defensa y el desarrollo de la cultura y, con ello, de las industrias culturales. Lo cultural se ha convertido en un activo intangible que posee la economía de todo pueblo, que lo diferenciará del resto y le añadirá un valor específico que bien explotado puede convertirse en el elemento decisivo para un buen posicionamiento de ciertos sectores de la economía de un país a nivel mundial. La UNESCO habla de “patrimonio inmaterial” al referirse a todos estos activos culturales, recomendando su promoción, conservación y puesta en valor. Hemos pasado de la tendencia hacia la “uniculturalidad” a la defensa de la “multiculturalidad” y a la puesta en valor de la “interculturalidad”. Hemos dejado de hablar de la “cultura” como un concepto abstracto, para hablar de “industria cultural” como algo mucho más tangible.
Como su propio nombre indica, la industria cultural integra tanto el concepto de cultura
como el de industria. Siguiendo a Hesmondhalgh (2007, p. 12), podemos definir las industrias
culturales como aquellas industrias orientadas a la producción y circulación industrial de textos,
donde los textos son objetos de muy distinta naturaleza pero orientados a la comunicación de
significados sociales. Pero estas acciones culturales no
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