Reseña “The Whale”

Reseña “The Whale” (2022)

Todos, en mayor o en menor grado, formamos parte de la vida de los demás y creamos juntos una historia en común en donde cada quién es un personajes, cada personaje a su vez se construye, toma sus decisiones y aporta en base a sus creencias, impulsos, cultura, entorno, eventos importantes de su vidas, la parte biológica, económica, entre otras muchas variables sin ser consciente de ello.

Con una puntuación de 7.8 en IMDb y 91% de aceptación por la audiencia según Rotten Tomatoes, The Whale se posicionó como una de las películas del año, ganando con ella el premio de la Academia como mejor actor principal en una película dramática, Brendan Fraser. Producida por el nuevo gigante del cine, A24; dirigida por Darren Aronofsky (quien también guió las famosas “Mother!” y “Black Swan”) y guionada por Samuel D. Hunter (escritor de la obra de teatro en la cual se basa) tuvo una ovación de seis minutos para el protagonista tras su estreno en el Festival de Cine de Venecia en el pasado septiembre.

Durante casi dos horas, el film nos introduce en la vida de Charlie, un profesor de literatura universitaria con obesidad mórbida que le imposibilita su independencia. Liz (Hong Chau), amiga y enfermera, es casi su única compañía en sus últimos años atendiendo sus dolencias y complicaciones de salud. Un día, el protagonista decide reconectarse con su hija adolescente (Sadie Sink), a quién abandonó cuando era niña y no volvió a tener contacto.

Basada en una obra de teatro, el film sucede en su mayoría en la casa de Charlie (Fraser), plasmando su situación mental. Es una historia lenta, develando la verdad de manera calmada para poder empatizar con el personaje, con su dolor y heridas; con una narrativa plagada de giros interesantes hasta llegar a un final sublime que provoca lágrimas en quien la ve.

Cuando hablamos de interpretaciones tenemos que entender que cada uno de los personajes funciona como una pieza en un tablero de ajedrez, con funciones y roles específicos. La actuación de Brendan Fraser después de casi cinco años de su denuncia por abuso y alejarse de las cámaras es sublime, complejizando y humanizando al protagonista frente a nuestros ojos; plasma un diverso abanico de emociones las cuales el espectador puede entender y sentir en cada toma, sus lágrimas, sus risas e incluso sus silencios.

No es una película vacía en cuanto actuaciones, el personaje de Hong Chau (quien interpreta a Liz) se encuentra lleno de dolor, oculto detrás de su vocación de servicio, por lo que su momento de explosión es un punto muy alto en la cinta.

Acusada de ser gordofóbica, la película nos muestra una realidad que muchos prefieren ignorar, que es el día a día de una persona que ya no tiene ganas de luchar por su vida. Muestra a alguien sin fuerzas tratar de remediar en sus últimos momentos la realidad de a quienes quiere y aprecia. Esta obra nos muestra cómo se siente una ballena cuando se encuentra encallada en la playa, sintiendo como su cuerpo es aplastado por todo el peso.

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