Administración de Empresas . Seminario de Administración
Aleudy19Tarea25 de Febrero de 2020
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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS
ESCUELA DE NEGOCIOS
CARRERA:
Administración de Empresas
Nombre de la Asignatura:
Seminario de Administración
Facilitador:
Carmela Marisol Almonte
Sustentado por:
Aleudi Jose Arias Mendoza 14-5507
Santo Domingo Rep. Dom.
Febrero 2020
Introducción.
En la presente actividad estaré trabajando el tema “Más que Utilidades” en el cual busco ampliar mis conocimientos realizando las actividades asignadas mediante el libro Collins, James (2009), Empresas que sobresalen, realizando análisis y desarrollando los puntos pautados en el programa de la asignatura.
Distinguido participante, realice la siguiente actividad de aprendizaje:
UNIDAD III:
Más que utilidades 3.1
Idealismo pragmático (no a la tiranía de la disyuntiva).
¿La decisión sobre el Mectizan obedeció a los ideales de Merck, ideales que habían definido consecuentemente la identidad de la compañía desde los últimos años 20? ¿O Merck tomó la decisión por razones pragmáticas – buen negocio a las largas y buenas relaciones públicas? Nuestra respuesta es: Ambas cosas. Los ideales de Merck desempeñaron un papel importante en la decisión, y los datos que desempeñaron un papel importante en la decisión, y los datos que tenemos indican que la compañía habría seguido adelante con el proyecto, creara o no creara beneficios comerciales a largo plazo. Pero los hechos también indican que Merck actuó sobre el supuesto de que tales actos de buena voluntad “de una u otra manera siempre son recompensados”. Este es un ejemplo clásico en que “el genio de la agregación” prevalece sobre “la tiranía de la disyuntiva”. Merck ha mostrado a lo largo de su historia altos ideales, lo mismo que intereses pragmáticos. George Merck Ii explicó esta paradoja en 1950:
Deseo...expresar los principios que nos hemos esforzado por observar en nuestra compañía... Se pueden compendiar así: Tratamos de recordar que la medicina es para el público. No es para hacer ganancias. Las utilidades vienen por añadidura, y siempre que lo hemos recordado, nunca han dejado de aparecer. Cuanto más lo recordamos, mayores han sido.
Merck , en efecto es un ejemplo de la naturaleza ideológica el idealismo pragmático de las compañías visionarias. Nuestra investigación reveló que un elemento fundamental en el “reloj que anda” de una compañía visionaria es una ideología central valores centrales y un sentido de propósito que va más allá de sólo ganar dinero que guía e inspira al personal de toda la organización y permanece relativamente fija durante largos períodos de tiempo. En este capítulo describimos, apoyamos e ilustramos este elemento crucial que coexiste paradójicamente con el hecho de que las compañías visionarias son también empresas eficientes que ganan dinero.
Desde luego, alguien podría pensar: “Claro, es fácil para una compañía como Merck proclamar y perseguir inspiraciones idealistas porque ella produce drogas que realmente salvan vidas, curan enfermedades y alivian el sufrimiento”. Una buena afirmación. Estamos de acuerdo. Pero, en contraste con su compañía de comparación, Pfizer una compañía que está en la misma industria, una compañía que también produce drogas que salvan vidas, curan enfermedades y alivian el sufrimiento – encontramos que Merck ha tenido un impulso más ideológico.
Merck tituló su historia Values and Visions, al paso que Pfizer tituló la suya Pfizer... An Informal History. Merck ha afirmado de manera explícita y en forma muy visible un conjunto armónico de altos ideales durante cuatro generaciones, mientras que no encontramos indicio alguno de similares discusiones en Pfizer hasta fines del decenio de los 80. Ni encontramos en Pfizer ningún episodio parecido a las decisiones sobre el Mectizan o la estreptomicina de Merck.
George Merck II explicó un criterio paradójico de las utilidades (“la medicina es para el paciente...las utilidades vienen por añadidura”), mientras que John McKeen, presidente de Pfizer durante la misma época de George Merck II, mostró una perspectiva un poco más sesgada: “En cuanto sea humanamente posible, nos proponemos obtener una utilidad de todo lo que hagamos”.Según un artículo de Forbes, McKeen creía que “el dinero ocioso es un pecaminoso activo no productivo”. Merck acumulaba efectivo para invertir en nuevos esfuerzos de investigación y desarrollo de drogas, mientras que McKeen se lanzó a una loca carrera de adquisiciones; compró catorce compañías de cuatro años y diversificó en áreas tales como productos agrícolas, artículos de tocador para señora, productos para afeitarse y pigmentos para pinturas. ¿Por qué? Para hacer más dinero, cualquiera que fuera la línea de negocios. “Yo prefiero ganar un 5% sobre US$1000 millones de ventas que el 10% sobre US$300 millones (en drogas recetadas)”, declaró McKeen. No queremos aquí discutir estrategias (diversificación por adquisiciones contra concentración e innovación mediante investigación y desarrollo); pero los hechos indican que, durante esta época, Pfizer mostró una orientación a las utilidades más puramente pragmáticas que Merck.
Desde luego que una compañía como Merck podía darse el lujo de tener altos ideales. En 1925, cuando George Merck II sucedió a su padre, la compañía ya tenía una trayectoria de gran éxito comercial y un colchón financiero muy apreciable. ¿Será entonces que tener altos ideales es sólo un lujo para compañías como Merck que han tenido tanto éxito que ya pueden proclamar una ideología? No. Encontramos también altos ideales – una ideología central en compañías visionarias no sólo cuando tienen éxito sino también cuando están luchando por sobrevivir. Considere usted los dos ejemplos siguientes: Sony en el momento de su fundación y Ford durante la crisis de recuperación de 1983.
Cuando Masaru Ibuka inició a Sony, en 1945, en medio de las ruinas del Japón derrotado y destruido por la guerra, tomó en arrendamiento un cuarto abandonado para un operador telefónico, en lo que quedaba de un edificio bombardeado e incendiado que había sido una tienda de departamentos en el sector comercial de Tokio, y con siete empleados y US$1600 de economías personales empezó a trabajar. Pero ¿cuáles debían ser sus prioridades?¿Qué era lo primero que tenía que hacer en tan deprimentes ruinas? ¿Generar flujo de caja? ¿Resolver qué negocio debía emprender? ¿Lanzar productos? ¿Conseguir clientes?
Ibuka se concentró, en realidad, en todas esas tareas. Pero también hizo otra cosa – Algo notable para un empresario que luchaba con el problema de sobrevivir, día tras día: codificó una ideología para su recién fundada compañía. El 7 de mayo de 1946, menos de diez meses después de haberse establecido en Tokio y mucho antes de obtener ingreso alguno, creó un “Prospecto” para la compañía, en que incluyó los puntos siguientes (ésta es una traducción parcial, pues el documento original es muy extenso):
Si fuera posible establecer condiciones en que las personas puedan unirse con un firme espíritu de equipo y ejercer con toda libertad su capacidad tecnológica... entonces esa organización podría proporcionar un placer indecible y producir beneficios incalculables... Los que piensan así se han juntado naturalmente para embarcarse con estos ideales.
Propósito de la fundación
Establecer un lugar de trabajo en que los ingenieros puedan experimentar el placer de la innovación tecnológica, tener consciencia de su misión en la sociedad, y trabajar sin restricción ninguna.
Llevar a cabo actividades dinámicas en tecnología y en producción para la reconstrucción del Japón y la elevación de la cultura nacional.
Aplicarle tecnología avanzada a la vida del público general.
Reglas de Administración
Eliminaremos toda búsqueda injusta de utilidades, y pondremos énfasis persistentemente en el trabajo sustancial y esencial, no meramente en el crecimiento.
Haremos frente a las dificultades técnicas y nos concentraremos en productos altamente sofisticados que sean de gran utilidad para la sociedad, cualesquiera que sean las cantidades necesarias.
Pondremos nuestro principal énfasis en habilidad, rendimiento y carácter personal, de modo que todo individuo pueda mostrar lo mejor en habilidad y destreza.
Deténgase a reflexionar en esto un momento. ¿Cuántas compañías empresariales conoce usted que hayan incluido esos sentimientos idealistas en sus documentos de fundación? ¿Cuántos fundadores de corporaciones ha encontrado usted que piensen en unos valores y en un sentido de propósito tan grandes cuando apenas están luchando por conseguir con qué mantener abiertas las puertas? ¿Cuántas compañías ha encontrado que expongan una ideología clara al comenzar la empresa, sin tener aún una idea clara de qué productos van a hacer? (Entre paréntesis, si usted está en las primeras etapas del desarrollo de una compañía y ha venido aplazando la exposición de una ideología corporativa hasta que haya logrado éxito en el negocio, bien podría detenerse a considerar el ejemplo de Sony. Nosotros encontramos que la ideología de Ibuka expuesta tan a comienzos de la historia de su compañía desempeñó un papel importante para guiar a esta empresa en su evolución).
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