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Caso Daiwa Bank


Enviado por   •  25 de Mayo de 2014  •  1.590 Palabras (7 Páginas)  •  2.615 Visitas

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Caso Daiwa Bank

Contexto

Japón experimentó una fuerte expansión económica impulsada por las exportaciones a finales de los años 1950 y 1960. Daiwa experimentó similarmente rápido crecimiento como banquero y agente financiero de los exportadores japoneses. Sin embargo, fue en el mercado de pensiones que Daiwa experimentó la mayor parte de su crecimiento. Los japoneses, sin un programa de seguridad social, tenían una gran propensión al ahorro, y sus empleadores en general se mantuvieron las prácticas de pensiones y seguros conservadores. Durante la siguiente década, el banco abrió oficinas más en el extranjero, en Los Ángeles en 1970, Frankfurt en 1971, Hong Kong en 1976 y Singapur en 1979. Aunque sacudido por el embargo del petróleo árabe en 1973 y 1974 y la revolución iraní en 1979, Daiwa evitarse serios reveses. Algunas pérdidas fueron incurridas y, como era previsible, el crecimiento se desaceleró, pero en 1980 la confianza de pensiones del banco superó ¥ 1000000000000, y sólo cuatro años más tarde el fondo superó ¥ 2000000000000.

Sin embargo, fue la entrada de Daiwa en la negociación de valores en 1980 que conduzcan a un escándalo con repercusiones de largo plazo. Daiwa, como la mayoría de los bancos japoneses, hizo sus ganancias a través de los préstamos, pero no puso en práctica los procedimientos de supervisión adecuados cuando se volvió hacia la negociación de valores de alto volumen. La cultura empresarial japonesa alentó gestión para colocar más énfasis en la confianza en los subordinados que en la supervisión. Debido a que los libros tenían que ser mantenidos en inglés para las oficinas en los Estados Unidos, los bancos japoneses eran aún más dependientes de empleados que hablan inglés.

Por otra parte, mientras que los bancos europeos y americanos estaban empleando sistemas informáticos para controlar las operaciones, Daiwa se sigue trabajando con documentos en papel.

El Daiwa Bank, uno de los 10 grandes bancos de Japón, admitió el 26 de septiembre de 1995 que las operaciones irregulares en el mercado de bonos de uno de sus empleados en Nueva York le habían ocasionado pérdidas por valor de 1.100 millones de dólares durante un periodo de 11 años. Las autoridades financieras niponas se apresuraron a tranquilizar a los medios financieros, preocupados por algunas recientes quiebras, y calificaron el caso de hecho aislado. La Justicia estadounidense, por su parte, anunció la detención del anterior vicepresidente de la entidad.

El sistema financiero japonés recibió ese mismo día otro duro golpe después de las recientes quiebras de las cooperativas crediticias (Cosmos y Kizu) y de Ryogo Bank. En este caso ha sido el banco Daiwa, 19º banco del mundo, que sufrió un fuerte quebranto por las operaciones ilegales de un corredor en Nueva York. El Banco de Japón y el Ministerio de Hacienda intentaban calmar los ánimos de los mercados internacionales, que habían encajado con alarma las recientes bancarrotas. Las bolsas de Tokio y Osaka suspendieron la cotización de Daiwa. Varios altos cargos de ambas instituciones señalaron que "se estrechará el control sobre los bancos", si bien puntualizaron que Daiwa Bank, con unas ganancias previstas de 115.000 millones de yenes después de asumir la aparatosa pérdida en el ejercicio anual, podrá encajar el agujero con cierta holgura.

El Daiwa anunció que las Pérdidas se contabilizarán en el balance semestral de finales del mes septiembre de 1995 como pérdidas extraordinarias.

La dirección del banco también asumió su parte de responsabilidad. Se redujo un 30% el sueldo del presidente, Akira Fujitá, y otros altos cargos de la entidad vieron rebajados sus salarios entre un 10% y un 30%.

Las autoridades monetarias niponas habían advertido en tres ocasiones al Daiwa Bank de posibles irregularidades en sus operaciones, incluidas las de su oficina de Nueva York. Sin embargo, el banco no pudo o no quiso corregir los errores detectados.

Los problemas comenzaron en 1984, cuando el empleado provocó una pérdida de 200.000 dólares y empezó a falsificar contratos para camuflarla. Las operaciones se fueron acumulando y se prolongaron hasta el año pasado. Según manifestó el Daiwa Bank en Osaka, el empleado local de su oficina estadounidense, Toshihide Iguchi, de 44 años, realizó operaciones con bonos del Tesoro americano al margen de los reglamentos internos de la entidad bancaria.

El operador duplicaba las órdenes de contratación y hacía "transacciones secretas". Iguchi, despedido del banco pocos días, está acusado de fraude y fue detenido por la Justicia estadounidense. Se le acuso de falsificar la contabilidad para esconder las pérdidas. Según el FBI, Iguchi confesó ser el autor de este fraude en una carta enviada el 13 de julio al presidente del banco.

El Daiwa Bank envió a un equipo de 14 personas a Nueva York para que investigue las irregularidades cometidas. Según las autoridades del mercado de bonos estadounidense, la dirección de la entidad nipona no informó de las actividades irregulares del empleado. Iguchi se enfrento a una pena máxima de prisión de 30 años.

Para salir de posiciones comprometidas el agente vendía bonos de una cuenta abierta, al parecer, irregularmente, con el fin de cubrir las pérdidas que se encadenaban. Para llevar a cabo estas operaciones fue necesaria la falsificación de balances y la declaración

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