Comercio De Flores

INTRUDUCCION

Empezando por entender algo: la producción de las flores colombianas empezó a mediados de los años sesenta con la empresa Flor América la cual fue constituida por unos estadounidenses los cuales vieron la posibilidad de producir flor de mejor calidad a un menor costo y en un territorio donde, por tener un clima perfecto para este negocio y además con la posibilidad de producir durante todo el año.

Por esa época en Colombia la producción de flores era muy pobre, pues esta, por falta de conocimientos y tecnología, no permitía un desarrollo sostenible frente a los floricultores estadounidenses quienes dominaban el sector en su totalidad.

El gran problema de los floricultores estadounidenses era que la producción se veía perturbada por la estacionalidad de su clima y por los altos costos de la mano de obra que requerían para la producción de la flor, llevando a muchos de éstos a buscar mejores condiciones para hacer del negocio algo sostenible.

“Entre 1966 y 1978, las exportaciones colombianas pasaron de ser de menos del 1% a representar el 89.6% de las importaciones totales norteamericanas de flores.

El negocio de las flores en Colombia siguió creciendo creando nuevas empresas floricultoras las cuales ofrecían diversas variedades a un menor costo y con una mayor calidad, derrumbando así a los productores estadounidenses, quienes tuvieron que salirse del mercado ya que les era imposible competir con los costos que manejaban los productores colombianos.

En estos momentos Colombia se encuentra en el mercado de las flores como el segundo productor a nivel mundial después de Holanda y su participación en el mercado ha seguido creciendo ya no solo exportando flor de alta calidad a Estados Unidos sino también a Europa y parte de Asia.

Ahí es donde está el problema que tenemos los comerciantes colombianos de flores, de toda la flor cultivada en nuestro país, escogen las mejores, llamadas “flor de exportación” las cuales son el 98% y quedando para Colombia un 2% y de muy mala calidad.

LAS FLORES DE COLOMBIA

En Colombia se cultivan más de 50 tipos de flores, como: Rosa, Clavel, Pompón, Crisantemo, Gypsophila, etc., la producción nacional se conforma en un 47.6% de Rosa, seguido por Clavel con el 15.6%, por el Crisantemo con un 4.4%, el Mini clavel con un 8.2%, es importante tener en cuenta que hay un 24.2% de otros tipos de flor.

En Colombia, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), no se encuentran registradas estadísticas sobre el consumo nacional de flores. Por el contrario Asocolflores informo que un 2% de la producción nacional es destinado al consumo doméstico, ya que el restante 98% es exportado a los diferentes mercados internacionales.

Mediante las encuestas realizadas en a algunos comerciantes de flores en Paloquemado y en el parque del Virrey se puede identificar que la flor más consumida en el mercado nacional es la rosa especialmente la rosa roja seguida por la rosa blanca y el clavel.

Las flores colombianas poseen un lugar destacado dentro de las preferencias del consumidor internacional por su alta calidad, colorido, belleza, tamaño y variedad, lo que le ha permitido defender y ampliar sus nichos en mercados muy competitivos, como el estadounidense y el europeo, además de posicionarse en los mercados ruso y asiático.

El rápido crecimiento del sector se ha logrado gracias a sus ventajas geográficas, climáticas y al esfuerzo de promoción en el exterior. Además, puesto que la demanda de flores cortadas depende del nivel de ingresos y de las exigencias del consumidor, la recuperación económica de países como Brasil y Argentina, están abriendo un importante mercado potencial.

Las flores cortadas son el primer producto de exportación no tradicional en Colombia. Se trata de un rubro de suma importancia para la economía nacional ya que ocupa el primer lugar en generación de divisas, aportando alrededor de 700 millones de dólares al año, según la entrevista realizada a Andrea González subgerente económica de Asocolflores.

“FAIRBENKS Michael, Arando en el mar, edit. McGraw Hill, 1999. Pág. 204.Asocolflores –

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