EN BUSCA DEL LOVEWORK

ENSAYO

EN BUSCA DEL LOVEWORK

En el libro de los hermanos Joan Elías y David Elías, se desarrolla el concepto de lovework en forma de una conversación entre un gerente y sus empleados. El directivo presenta su deseo de encontrar un sistema nuevo de relaciones, más allá de la motivación y el liderazgo, para que empleados y jefes vayan a trabajar con ánimo cada día. De esta manera, propone una nueva forma de trabajar que hará que su empresa se convierta en un lugar lovework.

La reunión con los empleados

Un directivo convocó a todos sus empleados a una reunión para el día siguiente sin una razón concreta. Sentía que debía celebrarla para poder responder a una multitud de preguntas que diariamente le hacían sus empleados.

Al día siguiente, una vez reunidos todos los empleados, les anunció que a partir de esa mañana dejaría de ser gerente y anunció el nombre del nuevo gerente: el cliente.

Las reacciones del público fueron de todo tipo, el directivo les dijo que ya no hacía falta que fueran a trabajar. A partir de ahora irían a su lugar de trabajo para desarrollar otra actividad: la de pensar.

Con una mezcla de solemnidad y rigor les dijo: “A partir del lunes ustedes, todos, han de venir al trabajo para ayudar a pensar al nuevo gerente. Les nombro a partir de hoy… ayudantes a pensar del cliente.

Por eso, a partir de hoy, habrá tres nuevas categorías de empleados. A la primera pertenecerán aquellos que ayuden a pensar al cliente; a la segunda, aquellos que ayuden a pensar a quienes ayudan a pensar al cliente; y a la tercera, quienes piensen en cómo ayudar a pensar a unos y a otros en el futuro”.

Las nuevas empresas deberán encauzar la relación con sus empleados hacia cuestiones más actuales que la integración y la motivación. Lo importante ya no es tener empleados integrados, sino empleados profesionales que hagan lo que tienen que hacer para que el cliente sienta que se le ha ayudado a pensar.

Convencido de estas ideas, el gerente prosiguió a decirles que antes de venir a trabajar de nuevo, todos aceptemos diez compromisos”.

Primer compromiso: venir motivados de casa. Querer motivar a alguien a menudo se convierte en un ejercicio de soberbia y, a la vez, de desprecio.

Segundo compromiso: ayudar a pensar al otro. Esta empresa necesita ‘pensadores’. Ya no quiere ‘trabajadores’, personas que vienen a trabajar con un ‘tú dime lo que tengo que hacer y yo lo hago’, un ‘que cada palo aguante su vela’, etc.”.

Tercer compromiso: rendir cuentas. “Este es el tercer compromiso de esta empresa: todos debemos rendir cuentas. Es decir, todos tenemos que dar valor a nuestro trabajo.

Cuarto compromiso: aceptar nuevos proyectos. El cuarto compromiso que el gerente iba a anunciar tenía que ver con el futuro de sus empleados: aceptar nuevos proyectos.

Quinto compromiso: comunicar para transmitir el conocimiento. Antes, las fábricas estaban organizadas de tal forma, que la información se transmitía por medio de la figura del aprendiz. Hoy en día, sin embargo, todo va tan de prisa, que nadie puede tener un aprendiz, porque todos lo somos un poco y para siempre.

Sexto compromiso: respeto por la persona: La mejor manera de empezar

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