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El Financiamiento De La Educación Hoy


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2014  •  2.019 Palabras (9 Páginas)  •  185 Visitas

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El financiamiento de la educación hoy

Los recursos que el país invierte en educación han crecido aceleradamente en las últimas décadas. En 1990 el gasto total en el sector era de 3,8% del PIB, llegando en 2011 al 6,4%. Este incremento relativo del gasto en educación debe además comprenderse en el contexto del constante crecimiento económico que Chile ha tenido en las pasadas dos décadas.

Tras la reforma de los años ochenta (bajo el gobierno mili¬tar), el esquema global del financiamiento de la educación adquiere una forma subsidiaria que se mantiene hasta la actualidad. Desde entonces los recursos públicos se en¬tregan como subsidios, promoviéndose la competencia entre las instituciones. Esto ha desplazado la centralidad de las partidas presupuestarias directas de los planteles y escuelas estatales, representando aquellas una proporción tendencialmente menor de su financiamiento.

En efecto, la reforma de la dictadura promovió la entrada de recursos privados en educación al mismo tiempo que restringía el aporte público. La expansión del mercado educacional (con el consiguiente crecimiento de la presencia privada), en conjunto con los dineros entregados por el Estado a tra¬vés de subsidios, y los aportes directos a las universidades tradicionales que no fueron eliminados, constituyen hoy el esquema básico de finan¬ciamiento de la educación.

En esta línea, el crecimiento de la inversión en educa¬ción, si bien ha implicado un importante esfuerzo público (sobre todo de ase¬guramiento de la equidad y de corrección del mercado), está estrechamente ligado al dinamismo del sector privado. Hoy más de la mi¬tad del gasto en educación corresponde a privados, en especial a las familias.

Este marco general de la evolución del financia¬miento de la educación da lugar a arreglos institucionales específicos en los niveles escolar y superior.

En la educación escolar el 93% de la matrícula es atendida en establecimientos que reciben recursos públicos. El dine¬ro es entregado con el mismo instrumento (subvenciones por alumno) a los establecimientos públicos y particulares subvencionados. Como tendencia, la participación relativa de las escuelas particulares subvencionadas en la matrícula ha crecido en los últimos años, llegando hoy al 54% del total.

Este incremento ha implicado en forma creciente, desde 1993, una mayor carga financiera para las familias a raíz de la modalidad de “financiamiento compartido” (o “copago”) que permite a los establecimientos cobrar un pago men¬sual a los apoderados. Con el tiempo, el financiamiento compartido ha dado lugar a un heterogéneo mercado escolar que incluye desde establecimientos gratuitos hasta escuelas subvencionadas con mensualidades de $80.000, sin considerar los colegios de élite que pueden sobrepasar los $300.000 mensuales.

La subvención escolar por alumno que entrega el Estado se ha incrementado igualmente en los últimos años, lle¬vando el gasto público en educación escolar (de menos del 3% del PIB en 1990) a 4,5% en 2013. Además se han creado nuevas fuentes de financiamiento entre las que destaca la Subvención Escolar Preferencial (Ley SEP), que entrega recursos adicionales a las escuelas que atienden a los estudiantes más vulnerables. Estos recursos deben ser invertidos en mejoras en la calidad de esas escuelas y no en gasto corriente.

En el nivel superior los recursos también han aumentado. En 1999 el gasto público en edu¬cación terciaria repre¬sentaba el 0,5% del PIB, cifra que virtualmen-te se duplica en 2011 llegando al 0,9%. Este incremento se explica en gran medida por la reforma al financiamien¬to estudiantil de 2005, que complementó el antiguo crédito solidario (estatal y exclusivo de los planteles tradicio¬nales), con un nuevo instrumento de ayuda estudiantil para todas las instituciones acreditadas: el Crédito Privado con Garantía Estatal, conocido como Crédito con Aval del Estado (CAE).

Esta reforma permitió el ingreso acelerado de jóvenes del 40% más pobre del país a la educación superior, lo que a su vez, dado el lento crecimiento de las instituciones esta¬tales, aumentó la participación relativa en la matrícula de las instituciones privadas: los centros de formación técnica, los institutos profesionales y las universidades de reciente creación y de menor selectividad. En efecto, en el presupuesto público de 2012, el 30% de la partida total de educación superior estaba dirigida a solventar los gastos del CAE, en especial las modificaciones que se le introdujeron tras la masiva movilización estudiantil de 2011: la rebaja retroactiva de intereses del 6% al 2% y el cobro contingente al ingreso.

Pero, incluso considerando el aumento del esfuerzo público en los últimos años, la inversión en educación superior sigue siendo mayoritariamente privada. La importancia del gasto de las familias en la inversión total en educación superior, como indica la OCDE en un informe reciente, encuentra una de sus causas en al alto precio relativo de los aranceles en Chile considerando el PIB per cápita.

En síntesis, Chile ha otorgado una clara prioridad a la educación en la asignación de recursos públicos, los que, además han sido complementados por un importante esfuerzo privado, particularmente de las familias. La inversión total en educación ha alcanzado así un nivel relativo comparable al de muchos países más avanzados. No obstante, tan importante como el volumen de gasto en educación es su distribución. Esta distribución no es independiente del origen del financiamiento de la educación y de su estructura organizativa.

Gasto público.

En Chile, el gasto público ha sido la fuente principal de financiamiento para la educación de la mayoría de la población y continúa siendo muy relevante a pesar de la incorporación del sector privado. En el esquema actual de financiamiento, los recursos públicos provienen de dos fuentes: Gobierno Central (a través del Ministerio de Educación (MINEDUC), el Fondo Nacional de Desarrollo Regional y los Municipios.

El gasto del gobierno central destinado a educación se distribuye principalmente a través del MINEDUC por medio de los distintos servicios o divisiones que dependen de éste, presupuestándose mediante capítulos separados. El gráfico Nº1 muestra la distribución del gasto total entre los distintos capítulos. Se puede apreciar en el mismo que los capítulos que llevan los gastos más importantes son el de subvenciones (con un 62% del total), Subsecretaría y Administración General (17%) y Educación Superior (11%). En general cada capítulo tiene una labor específica relacionada a un nivel educacional o una función particular en el sector, para la cual es necesaria destinar recursos

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