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Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito


Enviado por   •  11 de Febrero de 2014  •  9.511 Palabras (39 Páginas)  •  360 Visitas

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Gestión del riesgo operativo en las entidades

de crédito: un camino sin retorno

Operational risk management in financial

institutions: A dead-end journey

JOSÉ IGNACIO LLAGUNO MUSONS

Departamento Economía Financiera II.

Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

Recibido en mayo de 2005; aceptado en noviembre de 2005

Resumen:

Este trabajo presenta la problemática de la gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito en el ámbito

europeo. Aprobado el texto definitivo del denominado Comité de Supervisión Bancaria (Basilea II), con especial y

novedosa regulación del riesgo operativo, amanece como inminente su integración e la regulación bancaria de la

UE, y, por tanto, su pronta implantación y supervisión por las autoridades monetarias y financieras. Esta nueva normativa,

de carácter flexible y profesional, introduce en el seno del gobierno corporativo de las entidades de crédito

nuevos elementos que afectarán a su cultura interna (cultura de gestión de los riesgos), afectando a las decisiones

estratégicas y a la organización de las entidades, incentivando a la mejora de la calidad de sus procesos, servicios y

operaciones. Todo lo cual supone una acicate para perseguir la eficiencia continua a nivel individual y a nivel del

sistema financiero, con visos de adquirir dimensión estratégica. De esta manera, se abre un espacio para la investigación

y creatividad en la aplicación y desarrollo de los postulados científicos de la Economía de la Empresa, con

posibilidades de incorporarlos a otros sectores empresariales de similar afectación por los riesgos operativos.

Palabras clave:

riesgo operativo, regulación bancaria (BasileaII), gestión riesgo operativo (identificación, evaluación, mitigación,

información y control).

Abstract:

This article is about operational risk management in credit firms around the the European area. The text of

Bank Supervision Committee (Basilea II) has been already approved including some important changes about

operational risk, so it is time to UE´s bank regulations were adopted and changes applied by monetary and

financial authorities. This flexible and proffesional new regulation introduces some elements on Corporative

Government of credit firms affecting it´s internal culture (risk management culture), it’s strategics decisions and

entities organization, encouraging to improve the quality of process, services and operations. So this is a good

reason to follow the good way of continuous efficiency in an strategic dimension on individual level and on finance

system as well. We have the opportunity to research and apply the principles of Business Administration in this

field now, but what is better, we would do it on others economic sectors affected by operational risks as well.

Keywords:

Operational risk, banks regulation (Basilea II); risk management (identification, evaluation, coverage and

reduction, reports, information and control).

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 53

«Fortissimus quisque tutissimus»

«Son los más valientes los que están mejor protegidos»

(Salustio, Iugartha 87,2)

1. INTRODUCCIÓN: IMPORTANCIA DEL RIESGO OPERATIVO

En líneas generales y para todo tipo de actividad económica existe el denominado

riesgo operacional, el cual se deriva de las decisiones que en el seno de la empresa se

toman diariamente, ya sea en relación a la producción, distribución, precios, etc. Es a

través del subsistema operativo donde se gestionan, compensan, se acumulan, aceleran,...

se realizan todas las virtudes y riesgos de las organizaciones. Por tanto, en todo

tipo de actividad económica estará siempre presente el riesgo operativo y su gestión,

identificación, evaluación, mitigación, etc. deberá formar parte de la cotidiana, también

operativa, gestión de mejora en aras al siempre deseado progreso en eficiencia y buen

hacer empresarial.

En el caso de las entidades de crédito, en tanto que empresas especializadas históricamente

en la gestión de los riesgos financieros inherentes a su actividad, los denominados

riesgos de crédito o de inversión, junto al riesgo de mercado, el riesgo de liquidez, y,

desde la nueva filosofía de supervisión bancaria, habrán de enfrentarse a determinada

concepción del riesgo operativo. De todos estos tipos de riesgos, aparte de las concomitancias

con otras entidades, como las empresas aseguradoras y financieras, por ejemplo,

es en los gestión de los riesgos operativos donde mayores similitudes se producen con

todo tipo de organizaciones industriales y servicios.

Exponemos en el Cuadro siguiente una visión global de la afectación de los riesgos

en las entidades de crédito (ver Figura n.º 1).

Apreciaremos la mutua interrelación de los diferentes tipos de riesgos en el seno

de las entidades de crédito, muchas veces originados, transmitidos, ejecutados, etc. a

través del subsistema operativo. Algunos riesgos crediticios pueden originarse en deficientes

operaciones de análisis y de concesión; los riesgos de liquidez guardan estrecha

relación con la calidad de la gestión operativa de la tesorería de las entidades; etc.

En muchas ocasiones resulta difícil deslindar las causas de los diferentes riesgos y en

más de una será necesario compartir factores causales de diferente procedencia. Extrapolando

al máximo, podríamos afirmar que la mayoría de los riesgos financieros,

tienen un componente operacional por acción u omisión en el sentido amplio de estos

términos.

Numerosos factores externos y el propio dinamismo del sector financiero afectan a la

gestión operativa de las entidades de crédito y a sus resultados. Los procesos de fusión e

integración, así como su internacionalización, dentro de mercados cada vez más globalizados,

la incorporación de nuevas tecnologías (TIC)de las entidades de las que son cada

día más dependientes, los contratos de outsourcing, de tercerización o externalización de

las operaciones, promovidos por el ahorro de costes e inversiones, etc.; están transformando

la cultura interna y la estructura operativa de las entidades de crédito. La dinámica

de la competencia a nivel nacional e internacional, alentada desde los órganos reguladores,

a fin de mejorar la eficacia de las entidades, propicia nuevas estrategias y el

desarrollo de la innovación no solo en productos y servicios, también en canales de distribución,

en procesos operativos, y en estilos y modelos de gestión empresarial.

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 54

Elaboración propia

Figura 1

Este ambiente de cambio, alta competencia, y nuevos estilos y contenidos de la regulación,

afecta a la gestión interna de las entidades, de una manera profunda y multiforme,

alcanzando a todos los niveles y áreas de la organización. Tal magnitud del

cambio y la trascendencia del mismo, constituye un reto y una de las principales preocupaciones,

si no es la principal, de la gestión integral de las entidades de crédito. Se

trata, por tanto, de un planteamiento de escala estratégica con ramificaciones que afectan

a todo tipo de operaciones, a sus activos y a los recursos empleados por las entidades

de crédito.

La inserción, por el regulador, del riesgo operativo en los requisitos de capital (recursos

propios) de las entidades de crédito, es un reconocimiento de la importancia que está

tomando y puede llegar a tomar las pérdidas originadas dentro y por el subsistema operativo

de estas entidades1.

Nuestro trabajo se encamina de forma especializada a considerar el riesgo operativo

de las entidades de crédito como eje de nuestra investigación, sin olvidar, en ningún momento,

su ubicación dentro del marco general y más alto de la responsabilidad de la gestión

corporativa de las entidades. Pretendemos descubrir nuevas áreas de investigación

por donde podrá transcurrir la gestión empresarial de las entidades de crédito.

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 55

José Ignacio Llaguno Musons

1 La Consultora KPMG estimaba el riesgo operacional en los años 80s y 90s en un 20% (15% riesgo operativo,

y 5% riesgo tecnológico), para los años 2000s, este riesgo podría alcanzar al 35% de la totalidad de riesgos

de una entidad (10% riesgo de operaciones más 25% riesgo tecnológico). Ver KPMG 2004, La Gestión del

Riesgo Empresarial.

2. CONCEPTO DE RIESGO OPERACIONAL DESDE LA PERSPECTIVA

DEL REGULADOR

Sin perder la visión global de la gestión de las entidades de crédito, nos centraremos

de nuevo en el concepto y la problemática del riesgo operacional. Concretamente, para

nuestro caso y según los diferentes documentos de trabajo del Comité de Supervisión

Bancaria de Basilea (BCBS)2 (BANK FOR INTERNATIONAL SETTLEMENTS), que

expresaremos como Comité de Basilea, define el riesgo operacional por «644. El riesgo

operativo se define como el riesgo de pérdida debido a la inadecuación o a fallos de los

procesos, el personal y los sistemas internos o bien a causa de acontecimientos externos.

Esta definición incluye el riesgo legal, pero excluye el riesgo estratégico y el de reputación.

»3 En nuestra opinión, esta definición incluye directamente el denominado riesgo

tecnológico de indudable presencia, y crecimiento, en las entidades de crédito.

Una primera apreciación nos alerta de la presencia de un concepto amplio, no exento de

ambigüedad, que incluye el denominado «riesgo legal»4, pero que no llega a alcanzar el denominado

riesgo de «reputación»5 de enorme importancia en las entidades de crédito, ni los

denominados riesgos «estratégicos», también «de negocio», derivados de deficientes elecciones

de la estrategia o del negocio por los responsables de las entidades de crédito.

La figura anterior, nos permite apreciar algunas dificultades para evaluar las consecuencias

o efectos del riesgo operacional. Vemos que este tipo de riesgos queda parcialmente

reflejado en la contabilidad de las entidades en algunas ocasiones, cuando es posible

vincular las pérdidas, o gastos (quebrantos) extraordinarios a causas relacionadas con

la actividad operativa. En otros casos, ante procesos ineficientes, duplicación y solapamiento

de actividades, los efectos del riesgo operativo se diluyen como mayores gastos o

menores ingresos que los esperados, es decir se reflejan en medidas de ineficiencia, detectables

mediante bench market con las mejores prácticas del mercado, o mediante análisis

críticos de los procesos operativos. Lo que si parece más difícil de evaluar son los

costes y pérdidas de oportunidad, menores ingresos futuros, mayores costes que la competencia,

etc. (pérdidas de clientes y de operaciones inducidas, por ejemplo) debidas a

deficiencias operativas.

Esta visión del riesgo operativo muestra que las evaluaciones cuantitativas basadas en

la aplicación de técnicas estadísticas sobre bases de datos históricos, siendo elemento necesario

no es suficiente; pues no sería posible evaluar las nuevas operaciones y los procesos

innovadores. Tampoco la incorporación de experiencias externas sería suficiente,

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2 Formado por los gobernadores de los bancos centrales y los jefes de los Organismos de Supervisión de:

Alemania, Canadá, Bélgica, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Luxemburgo, Países Bajos, Reino

Unido, Suecia y Suiza

3 Comité de Supervisión Bancaria. Convergencia Internacional de medidas y normas de Capital. Marco revisado.

Junio 2004. Banco de Pagos Internacionales. Pág. 128

4 El riesgo legal, «se refiere a la pérdida que se sufre en caso de que exista incumplimiento de una contraparte

y no se pueda exigir, por la vía jurídica, cumplir con los compromisos de pago. Se refieren a operaciones

que tengan algún error de interpretación jurídica o alguna omisión en la documentación.» A. De Lara Haro.

«Medicion y control de riesgos financieros». Ed. LIMUSA. México 2003, pág 17

5 «La reputación corporativa se basa en el comportamiento agregado de una multitud de individuos que toman

innumerables decisiones que acaban siendo contempladas en una gran cantidad de observadores». J.

Mascareñas, «El riesgo en la empresa». Ed. Pirámide. Madrid 2004, pág. 185

aparte de las dificultades de trasposición de experiencias individuales de una a otra entidad,

seguiríamos sin datos de las innovaciones. Ademas de las bases de datos históricas

externas e internas, la gestión del riesgo operativo necesita de un análisis crítico y cualitativo

de los procesos operativos. Vemos, pues, la necesidad de recurrir al recurso del conocimiento

implícito en el seno de las entidades y a utilizar la creatividad (otra manifestación

de la gestión del conocimiento) para descubrir causas y efectos del riesgo

operacional a través de estudios cualitativos, contrastando y cuantificando «juicios» subjetivos

(indicadores clave), para incorporarlos tras su contraste empírico a la gestión cotidiana

de este tipo de riesgo. Todo lo cual supone implicar a toda la organización en la

gestión del riesgo operacional.

El riesgo operativo, asentado en el subsistema de actuación día a día, tiene unos componentes

ordinarios, de posible detección a través de la experiencia, y tiene otros componentes

de naturaleza extraordinaria ajenos o no a la gestión operativa de la entidad. El

ejemplo más elocuente que muestra el carácter extraordinario y poco previsible, es el de las

pérdidas de Lloyd’s, Berkshire-Hathaway, Allianz, y otros, por más de 44.000 MM de $,

debidas al 11S. Evidentemente, en estos casos extremos puede afectarse, sin limitaciones,

la solvencia de las entidades de crédito.

A modo de resumen, reflejamos en la tabla siguiente algunas características del riesgo

operacional según el concepto propuesto por Basilea II

Tabla 1

Características

Concepción «parcial»

de las causas y de los

efectos «ocasionados»

Riesgo personal y único,

e ilimitado en efectos

Complejidad de causas

y heterogeneidad de

efectos

Difícil de vincular a

precios, costes de productos

y servicios

Determinante y multiplicador

de otros riesgos

Afecta a la estrategia

de la entidad.

Descripción

No incluye riesgo de reputación,

ni estratégico o de negocio.

Depende del tipo, dimensión, historia,

y experiencia de cada entidad.

Escasamente relacionado con segmentos,

productos, e inversiones.

Diversidad de factores internos

(procesos, organización, sistemas,

equipo humano, etc.) y externos

(fraudes, otros)

El riesgo operativo, históricamente

no ha sido vinculado a precios o

costes. Hay procesos operativos

internos no vinculables a precios.

Algunos riesgos de crédito, de

mercado, de iliquidez, se motivan

en deficiencias operativas.

Afecta a la operatoria tradicional,

a la innovación, a los cambios estratégicos.

Observaciones

—Posibilidad de que la Alta dirección

de cada entidad «añada»

objetivos más amplios que los

que propone BASILEA II.

—Necesidad de abordar procesos,

operaciones y modelos de gestión

únicos, adaptados a cada entidad.

—Problemas de investigación de

causas, de contraste con otras entidades,

de descubrir en el seno

de la organización.

—Puede afectar a la parte «baja»

de la cuenta de resultados, como

pérdidas extraordinarias, mayores

gastos de explotación, etc.

—Necesidad de gestión independiente,

pero coordinada con un

enfoque global del riesgo.

—Responsabilidad de la alta dirección.

Atención especial a las innovaciones

y cambios estratégicos.

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José Ignacio Llaguno Musons

Parece, pues, justificado que el regulador responsable de la solvencia y eficacia del

sistema financiero en su conjunto, proponga, regule y controle, el riesgo operacional de

una manera firme y profesional, que complete y motive la gestión individual del riesgo

operativo en las entidades de crédito.

3. BASILEA II: UN TRAMPOLÍN ESTRATÉGICO PARA LAS ENTIDADES

La reciente evolución del sector financiero, junto algunas experiencias dañinas en entidades

de crédito del denominado riesgo operativo, ha motivado más de seis años de trabajos

del Comité de Basilea, para proponer, aprobar (26 de junio del 2004, en Madrid) y

publicar el denominado «El Nuevo Acuerdo de Capital (Basilea II)». Esta propuesta, «en

la Unión europea... dará lugar a una nueva directiva de adecuación de capital de las entidades

de crédito y empresas de inversión, que, a su vez, se transpondrá a las normativas

nacionales para su entrada en vigor a partir de diciembre del 2006.»6

Un factor externo a la gestión de las entidades de crédito, denominado factor regulación,

manifiesta a través de Basilea II su capacidad de irrupción en el seno de la gestión

empresarial, introduciendo nuevas disciplinas y procesos de control / información, que

afectarán con distinta intensidad la gestión y la cultura de estas entidades.

El Nuevo Acuerdo de Capital, se estructura en tres pilares de recomendaciones:

—Pilar I. Requerimientos mínimos de capital. Define el capital mínimo de las entidades

de crédito en función de los niveles de riesgos asumidos de crédito, de mercado y

operativos. Se establecen una ponderación de los riesgos vigentes, evaluados según

metodologías estándares (con parámetros predefinidos por Basilea II) o con métodos

avanzados (desarrollados por las entidades y aceptados por los supervisores). El capital

mínimo exigido a cada entidad ha de ser el 8% de la suma de la evaluación de los

riesgos de crédito, de mercado (mantiene la evaluación propuesta en 1998) y operacional.

La novedad, entre otras, consiste en considerar al riesgo operativo como un

riesgo importante, de similar tratamiento y evaluación, con consumo de capital.

—Pilar II. Proceso de Supervisión bancaria. Que determina las relaciones periódicas

y sistemáticas de cada entidad con los responsables de su supervisión (bancos centrales,

Banco España en nuestro caso). Cuatro principios encauzan estas relaciones: 1)

las entidades deberán contar con un proceso suficiente para evaluar sus requerimiento

de capital (control de riesgo) y con una estrategia coherente para su mantenimiento;

2) los supervisores juzgarán los procesos y estrategias de las entidades para verificar

su cumplimiento satisfactorio con posibilidades de intervenir, caso contrario; 3)

los supervisores podrán exigir un cumplimiento por encima del capital mínimo; y 4)

posibilidad de intervención inmediata y con prontitud cuando el capital requerido

esté por debajo del mínimo, exigiendo medidas correctivas eficaces.

—Pilar III. Disciplina de mercado. Establece requisitos para la divulgación de información

sobre los riesgos y su gestión para que los participantes y agentes del

mercado conozcan el perfil de riesgo de las entidades a nivel particular.

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 58

6 Cristina Iglesias-Sarría y Fernando Vargas. «El nuevo acuerdo de capital «BasileaII» y su transposición

europea. El proceso y la implementacion». Banco España. Estabilidad Financiera n.º 7, Pág. 11

Basilea II, con el Nuevo Acuerdo de Capital propone tres métodos de evaluación del

riesgo operacional7:

—Método del Indicador Básico. «649. Los bancos que utilicen el Método del Indicador

Básico deberán cubrir el riesgo operativo con un capital equivalente al promedio

de los tres últimos años de un porcentaje fijo (denotado como alfa [15%])

de sus ingresos brutos anuales positivos. Al calcular este promedio, se excluirán

tanto del numerador como del denominador los datos de cualquier año en el que

el ingreso bruto anual haya sido negativo o igual a cero.»8

—Método Estándar. Las actividades de los bancos se dividen en ocho líneas de negocios

y el requerimiento de capital de cada línea se calcula multiplicando el ingreso

bruto por un factor (denominado beta ), que se asigna a cada línea. Estas son las líneas

de negocio y sus «betas»: Finanzas corporativas 18%; Negociación y ventas 18%;

Banca minorista 12%; Banca comercial 15%; Liquidación y pagos 18%; Servicios

de agencia 15%; Administración de activos 12%; Intermediación minorista 12%.

—Método de medición avanzado (A.M.A.) Advanced Measurement Approaches.

Las entidades podrán elegir su propia metodología en tanto sea lo suficientemente

amplia y sistemática, y se atenga a un conjunto satisfactorio de criterios de calificación

basado en principios. Los criterios mínimos son: 1) El Consejo de administración

o alta dirección se encuentran altamente involucrados en la vigilancia de su política

de gestión de riesgo operativo. 2) Posee un sistema de gestión de riesgo

operativo conceptualmente sólido y aplicado en su integridad. 3) Cuenta con recursos

suficientes para aplicarlo en las principales líneas de negocio, así como en las

áreas de control y auditoría. Además se añaden las siguientes exigencias:

• Este sistema debe ser verificado (incluyendo «stress test») por los auditores internos

y externos del banco y por el supervisor y deberá demostrar que su calidad

es comparable al exigido en el método IRB de riesgo de crédito.

• Se admite el cómputo de los seguros que les permitirá reducir hasta el 20% de la

exigencia de capital, con la condición de que las compañías aseguradoras cuenten

con una calificación «A» o superior, y no estén vinculadas a la entidad. La póliza

de seguros deberá tener un plazo residual mayor a un año (si es menor se reduce el

descuento proporcionalmente hasta 0% para plazos residuales inferiores a noventa

días) incluyendo además un período de preaviso de cancelación y renovación.

• El supervisor puede autorizar a utilizar parcialmente el método AMA en ciertas

áreas y en otras el método del indicador básico y/o el método estándar,

• No se admite que un banco que emplea un método de cálculo sofisticado pase a

uno más sencillo.

Vemos una gradación en los sistemas de evaluación del riesgo operativo, desde la

menor participación de la gestión (método del indicador básico), pasando el método estándar

para una organización estructurada en líneas de negocio, hasta llegar al método

avanzado, que exige establecer un sistema de gestión con metodología propia, cualitativa

y cuantitativa, contrastada profesionalmente y por el propio supervisor.

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 59

José Ignacio Llaguno Musons

7 Ver. Linette Field, «Basilea II: tercer documento consultivo y últimos avances». Banco España. Estabilidad

Financiera n.º 5

8 Comité de Supervisión Bancaria. Junio 2004 Ob. Cit. Pág. 128

Tal parece que la gestión del riesgo operativo supone iniciar un camino sin retorno

(no se puede retroceder a métodos menos sofisticados), de mejora continua, mediante el

cual la entidad reduce sus pérdidas y mejora su gestión interna. Evidentemente, dado que

será «obligatorio» cumplir con los requisitos en materia de gestión del riesgo operativo:

consumo de recursos propios, supervisión por la autoridad bancaria, y divulgación ante

el mercado de la gestión realizada; todo parece sugerir y motivar la opción 3: el método

de medición avanzada (AMA). Esta metodología, aunque comporta costes iniciales, tangibles

(recursos específicos) e intangibles (cambios en la cultura interna, gestión del conocimiento),

aporta gran potencial de consecución de objetivos en términos de creación

de valor, competitividad. y reputación profesional.

También Basilea II aportó un enfoque basado en «principios» para la gestión del riesgo

operativo que exponemos a continuación.

Tabla 2

Principios de «Prácticas Adecuadas para la Gestión

y Supervisión de los Riesgos de Operación»

Principio N.º 1 El Directorio [Consejo de Administración] debe ser consciente de

Responsabilidad los principales aspectos de los riesgos de operación del banco, como

alta dirección una categoría de riesgo distinta que debe ser gestionada, y debe aprobar

y revisar periódicamente el esquema de gestión del riesgo operativo

del banco. El esquema debe proporcionar una definición a nivel

corporativo del riesgo operativo y establecer los principios sobre la

manera como los riesgos de operación serán identificados, evaluados,

monitoreados, y controlados/mitigados

2. Aseguramiento El Directorio debe asegurar que el esquema de gestión del riesgo

efectivo del control operativo del banco esté sujeto a una auditoría interna efectiva e integral

por parte de personal competente, operativamente independiente y

apropiadamente entrenado. La función de auditoría interna no debe ser

directamente responsable de la gestión de los riesgos de operación.

3. Gestión integral La Alta Gerencia debe tener la responsabilidad de implementar el

toda la organización esquema de gestión del riesgo operativo aprobado por el Directorio.

El esquema debe ser implementado en toda la organización bancaria,

y todos los niveles del personal deben entender sus responsabilidades

con relación a la gestión de los riesgos de operación. La alta gerencia

también debe tener la responsabilidad de desarrollar políticas, procesos

y procedimientos para la gestión de los riesgos de operación en

todos los productos, actividades, procesos y sistemas del banco.

Gestión de riesgos: Identificación, Evaluación, Monitoreo, y Mitigación/

Control

4. Tanto para las Los bancos deben identificar y evaluar el riesgo operativo inherente

actividades actuales a todos los productos, actividades, procesos y sistemas relevantes.

como las nuevas Los bancos también deben asegurar que antes de introducir o emprender

nuevos productos, actividades, procesos y sistemas, el riesgo operativo

inherente a los mismos esté sujeto a procedimientos de evaluación

adecuados.

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 60

5. Gestión permanente Los bancos deben implementar un proceso para monitorear regularsistemática

y proactiva mente los perfiles de riesgos de operación y su exposición material a

pérdidas. Debe existir un reporte permanente de información pertinente

a la Alta Gerencia y al Directorio que apoye la gestión proactiva

de los riesgos de operación

6. Coherencia entre Los bancos deben tener políticas, procesos y procedimientos para

estrategias y objetivos controlar o mitigar los riesgos de operación significativos. Los bancos

deben evaluar la viabilidad de estrategias alternativas de control y limitación

de riesgos, y deben ajustar su perfil de riesgo operativo empleando

estrategias apropiadas, de conformidad con su apetito y perfil

integral de riesgo

7. Existencia de planes Los bancos deben implementar planes de contingencia y de contide

contingencia nuidad del negocio a fin de garantizar su capacidad para operar en

forma continua y minimizar las pérdidas en caso de una interrupción

severa del negocio

8. Supervisión Los supervisores bancarios deben exigir a todos los bancos, sin imobligada

todo portar su tamaño, que implementen un esquema eficaz para identifitipo

de entidades car, evaluar, monitorear y controlar o mitigar los riesgos de operación

materiales como parte de un enfoque integral para la gestión de riesgos.

9. Supervisión Los supervisores deben llevar a cabo, de manera directa o indirecta,

periódica una evaluación periódica independiente de las políticas, procedie

independiente mientos y prácticas de un banco relacionadas con los riesgos de operación.

Los supervisores deben asegurarse de contar con mecanismos

apropiados de reporte que les permitan mantenerse informados de los

avances en los bancos.

10. Transparencia Los bancos deben hacer suficiente divulgación pública para permitir

y divulgación que los participantes del mercado evalúen su enfoque para la gestión

de los riesgos de operación.

Comité de Supervisión Bancaria de Basilea BANK FOR INTERNATIONAL SETTLEMENTS. Julio 2002

De esta manera Basilea II organiza la gestión del riesgo operativo de las entidades de

crédito, junto a las gestiones de los riesgos de crédito y de mercado, dotando a esta gestión

de, al menos, las siguientes disciplinas:

—Disciplina financiera de asignación de recursos. El riesgo operativo, y su evaluación

cuantitativa (un porcentaje de los ingresos) consume un 8% del capital económico

del banco o entidad de crédito. Este recurso escaso es el más caro de las entidades

y es una medida de las pérdidas (no esperadas, las esperadas se dotan o

reducen los resultados) estimadas por la entidad en concepto de riesgo operativo9.

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 61

José Ignacio Llaguno Musons

9 El sistema estándar de evaluación del riesgo operativo cuantifica a éste en el 15% de los ingresos operativos

netos de intereses, media de los 3 últimos años, prácticamente supone el 15% del denominado Margen Ordinario.

De esta manera la exigencia de capital mínimo en base del riesgo operativo (8% del 15%) supone el

1,2% del Margen Ordinario medio.

Este sistema aporta una motivación para controlar y gestionar el riesgo operativo,

elevando su importancia estratégica para hacer de este tipo de gestión una fuente

de creación de valor para las entidades.

—Disciplina interna de gestión y control del riesgo operativo, donde la gestión y

la organización de la entidades han de comprometerse con medidas permanentes

de mejora continua, mediante procesos de identificación, evaluación, gestión, mitigación,

información y control de estos tipos de riesgos, que sean eficientes y aceptables

por el Supervisor. Disciplina que supone dotar a la organización interna de

medios para mejorar constantemente, controlando sus potenciales fuentes de pérdidas

operativas. Se exige compromisos de los órganos de gobierno, la creación de

unidades de gestión con objeto exclusivo, y la confección de informes ordinarios y

extraordinarios.

—Seguimiento y control periódico y sistemático. El organismo supervisor se compromete

a controlar y seguir periódicamente los sistemas, estructuras, y modelos

de gestión del riesgo operativo de cada entidad en concreto. Por tanto, los sistemas

de gestión de este tipo de riesgo se convierten en una función permanente y perfeccionable

de la estructura organizativa de cada entidad de crédito.

—Disciplina de transparencia con el mercado. Informando periódica y sistemáticamente

al mercado, para que este evalúe y compare las mejores prácticas empresariales.

Lo que demanda desarrollar la transparencia sobre la gestión del riesgo

tanto interna como externamente, es decir la gestión del riesgo operativo ha de

asentarse en el seno de la cultura interna de las entidades.

—El riesgo operativo, y su control, se convierten en un instrumento con enfoque

financiero (consumo de capital) imprescindible para gestionar la creación de valor

en el seno de las entidades.

—En definitiva, disciplina ante la competencia, donde las mejores prácticas en la

gestión interna del riesgo operativo, aportaran ventajas competitivas en términos

de eficacia (menores costos y pérdidas, menores necesidades de capital)), en términos

de reputación (profesionalidad y control de riesgos) y en términos de adaptabilidad

a las nuevas condiciones del mercado.

Apreciamos como a la mera gestión administrativa individual de los riesgos operativos,

el Supervisor añade elementos que inciden en las dimensiones estratégicas de las entidades

de crédito. Pues, los niveles de riesgo operativo afectan a la asignación de capital

de responsabilidad de los altos órganos de gestión, con trascendencia sobre los mismos

(posibilidad de intervención, con efectos jurídicos y pecuniarios sobre la entidad y sobre

sus administradores) y afectando también a la «imagen» y reputación que la entidad genera

en los mercados.

Tanto por la forma como por el contenido, Basilea II, es la base, a la vez que una propuesta

internacional, para gestionar el riesgo operativo en las entidades de crédito, junto a

los riesgos de crédito y de mercado, que afecta a las entidades europeas y a las del resto del

mundo, en la medida que los reguladores y supervisores de otros países, para poder competir

en los mercados globalizados, interioricen el contenido del Nuevo Acuerdo de Capital.

Esta segunda dimensión del Acuerdo, presiona sobre otro nivel de la gestión estratégica

de las entidades de crédito: su competencia nacional e internacional. He aquí la importancia

que reviste este tipo de gestión del riesgo operativo, que constituirá una amena-

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 62

za para las entidades menos preparadas y una oportunidad de crear valor para las mejor

preparadas y dispuestas.

Si como hemos visto Basilea II, con su innovación en materia de gestión del riesgo

operacional, aumenta la los requisitos de capital de las entidades de crédito, cabe la pregunta

si este incremento de lo requisitos puede afectar al mercado y a los clientes de las

entidades de crédito en el sentido de que un mayor aumento de los requisitos de los recursos

más onerosos afectaría a la oferta de fondos prestables y al coste de la financiación.

Para contestar a esta cuestión debemos consultar el artículo de C. Lozano. «El

estudio del impacto cuantitativo en España de la propuesta (CP3) de Nuevo Acuerdo de

Capital de Basilea»10, en el que el autor simula dentro del sistema financiero español los

efectos de aplicar la propuesta del momento (CP3), del año 2003. De este trabajo extraemos

el cuadro siguiente (pág. 129):

Tabla 3

Resultados España QIS3 (% de variación de los requerimientos de capital)

Método estándar Método IRB básico Método IRB avanzado

Media simple

Riesgo de crédito –5 –16 –22

Riesgo operativo 9 9 9

Total 4 –8 –13

Media ponderada

Riesgo de crédito –3 –6 –16

Riesgo operativo 10 10 10

Total 7 4 –7

Apreciamos que se produce una «compensación», cuando la simulación estudia la

utilización del método estándar para evaluar tanto el riesgo de crédito como el operativo.

En efecto, según expresa el Cuadro para el método estándar se reducen los requerimientos

de capital en razón del riesgo crediticio en un 5% y se aumenta un 9% por la novedad

del capital exigido para el riesgo operativo, generándose un aumento neto del 4% de exigencias

de capital respecto a la situación anterior. Ciertamente, parece deducirse tanto a

nivel de media simple y media ponderada, que inmediatamente aumentan los requisitos

de capital, aunque dicho aumento cambia de signo a medida de que las entidades de crédito

perfeccionan su metodología de evaluación del riesgo, y discurren por los métodos

avanzados. Todo lo cual nos vuelve a evidenciar la dimensión estratégica de la aplicación

del Nuevo Acuerdo de Capital (Basilea II): en la medida en la que las entidades mejoren

el control de sus riesgos podría reducirse el nivel de recurso propios requerido por

el regulador. Es decir, las entidades más eficientes en la gestión de los riesgos podrían

serlo, también, en términos de competencia en el mercado.

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 63

José Ignacio Llaguno Musons

10 Lozano. El estudio del impacto cuantitativo en España de la propuesta (CP3) de Nuevo Acuerdo de Capital

de Basilea. Banco España. Revista Estabilidad Financiera n.º 5, pág. 129

4. UNA APROXIMACIÓN A LA REALIDAD DEL RIESGO OPERATIVO

Ahora abordaremos la información pública existentes sobre los diferentes eventos de

riesgo operativos en su afectación a las diferentes actividades de las entidades de crédito.

Reconocemos que nos aproximamos una realidad sesgada, poco representativa, y sin

vincular a tipologías de entidades. Sin embargo, este original trabajo, nos permitirá observar

algunas característica del riesgo operacional.

Este tipo de riesgo debe ser definido y acotado por los órganos rectores de las entidades

de crédito, deben decidir qué son y hasta donde alcanzan los riesgos operativos que

pretenden gestionar. Ya vimos la parcialidad y ambigüedad del concepto propuesto por

el Comité de Basilea, por lo que no sería extraño, que a la hora de adquirir compromisos

en desarrollar una línea de gestión se ampliara el concepto de forma que se incluyera el

riesgo reputacional, y otros relacionados con el riesgo operativo. Necesariamente, estas

primeras decisiones que afectan a la definición del riesgo operacional deben inscribirse

dentro de un plan de actuación de naturaleza global en el que hay que considerar la estructura

y los recursos con que se pretende abordar la gestión del riesgo operativo. «El

Comité reconoce que el término riesgos de operación tiene una variedad de significados

al interior de la industria, y en consecuencia, para propósitos internos, los bancos pueden

elegir adoptar sus propias definiciones de riesgos de operación. Cualquiera sea la

definición exacta, una clara comprensión por parte de los bancos del significado de los

riesgos de operación es crítica para la gestión y control eficaces de esta categoría de

riesgos. También es importante que la definición elegida considere todo el rango de

riesgos de operación materiales que el banco enfrente y capture las causas más significativas

de pérdida operacional»11.

El propio Comité ha establecido un conjunto de eventos asociados al riesgo operativo

de las entidades de crédito. Estos eventos de distinta naturaleza, provienen del

seno de las organizaciones y conviven con otros eventos de procedencia externa. En

el caso de las entidades de crédito, como organizaciones prestadoras de servicios, estas

prestaciones se ejecutan con la intervención de proveedores y clientes que aportan,

también factores externos generadores de riesgo. Muy importante, en grado creciente,

es el factor tecnológico (información y telecomunicaciones) como factor de riesgo al

que las entidades dependen en gran medida para realizar sus operaciones. El factor

humano, directo o indirecto, es generador de factores de riesgo operativo de la misma

manera que constituye el elemento a considerar para gestionar este tipo de riesgo.

Nuestro trabajo remitirá escuetamente a la tipología de eventos de riesgo definidos

por el Comité.

Exponemos a continuación los eventos considerados por el Comité de Basilea, entendiendo

que su descripción es meramente orientativa, y que la definición concreta será heredera

de la cultura interna de cada entidad individual:

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 64

11 BIS. Ob. citada

Tabla 4

Eventos de pérdidas según el Comité de Basilea12

Evento Descripción

1. Fraude interno No informar intencionadamente de determinadas posiciones, infidelidades

de empleados y uso el de información privilegiada para enriquecimiento

propio.

2. Fraude externo Robo, falsificación, daños de fanáticos informáticos (hackers), etc.

3. Empleo y seguridad Compensaciones a trabajadores por quejas, violaciones a las normas

de seguridad e higiene en el trabajo, demandas en el puesto de trabajo

por discriminaciones y por responsabilidades generales.

4. Daños a los activos Terrorismo, vandalismo, terremotos, fuegos e inundaciones.

5. Interrupciones de Caídas del software, problemas de telecomunicaciones y apagones

negocios y sistemas públicos.

6. Ejecución y procesos Errónea entradas de datos, documentación legal incompleta, accesos

de gestión no aprobados a las cuentas de clientes, rupturas de contratos, disputas

con proveedores y daños colaterales.

En la práctica, para evaluar el riesgo operativo se utilizan dos variables: 1) la frecuencia

o probabilidad, que consiste en el número de ocasiones en la se detecta la presencia de

eventos causales de riesgo, y 2) la severidad, o importancia del impacto de los eventos de

riesgo sobre los resultados o el patrimonio de la empresa. Estas dos variables permiten conformar

un espacio de dos dimensiones con cuatro zonas que permite clasificar los riesgos a

fin de establecer prioridades en la gestión y mitigación de los mismos (ver figura siguiente).

Figura 2

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 65

José Ignacio Llaguno Musons

12 BIS. Ob. citada

Distinguiremos, en primer lugar, la zona de ubicación de aquellas actividades sometidas

a eventos de riesgo operativo de frecuencia y severidad alta. Esta zona es la más peligrosa,

y prácticamente insostenible a corto y medio plazo, donde los eventos tienen alta

probabilidad (frecuencia) de acontecer con graves consecuencias (severidad) para los resultados

o el patrimonio de la entidad. La gestión del riesgo operativo en esta zona estará

dirigida a reducir frecuencias (con controles preventivos) y la severidad (protecciones y

cobertura), en muchos casos habrá de pensarse en seguir o transferir esas actividades

arriesgadas a terceros (venta, cesión, outsourcing) con mayor capacidad de soportar este

tipo de riesgo.

Otra zona peligrosa es la delimitada por eventos de baja frecuencia o probabilidad de

acontecimiento y alta severidad. En esta zona veremos que la gestión interna, el establecimiento

de controles, vigilancia de procesos, no es muy eficiente debido a la baja probabilidad,

lo que no evita el peligro de su gran impacto. El ejemplo para este tipo de riesgos

son los habituales objeto de aseguramiento por compañías de seguros: incendios, catástrofes,

fuerza mayor, robos, etc. Por ello en esta zona serán de interés la búsqueda de coberturas

satisfactorias y la prevención de aquellos casos que no gozan de coberturas

apropiadas.

Lo habitual en la gestión del riesgo operativo es situarse en la zona de eventos con

alta frecuencia de acontecimiento pero de severidad media baja. Esta es la zona donde

la gestión del riesgo operacional debe obtener resultados reduciendo frecuencias e impactos.

La zona ideal o deseable, también el objetivo a alcanzar, es aquella en que tanto la

frecuencia como la severidad de los eventos son bajas, aquí el gestor del riesgo se encuentra

relajado, centrando sus problemas en la posibilidad de un cambio de las condiciones

externas o internas que le aleje de esta zona oasis.

Aplicaremos esta matriz de doble entrada (frecuencia y severidad) a la recopilación

de datos utilizada por el Comité en el año 200213. Se solicitaron datos internos de

eventos de pérdidas en el año 2001 a 89 bancos, de 11 países, y se recopilaron 47.000

datos de pérdidas por riesgo operacional14. Estos eventos se evaluaron en el Comité de

Basilea, por el RMG (Risk Managemen Group), dando lugar a varios trabajos denominados

QIS (Quatitative Impact Study). Baste destacar que se estudiaron (mayo de

2002) más de 47.000 eventos de riesgo operativo con pérdidas censadas de 7.795,5 millones

de €.15

Exponemos a continuación estos datos clasificados en dos tablas: 1) que presenta el

número de eventos de pérdida (frecuencia) y su correspondiente severidad (pérdidas en

miles de €) observados sobre 8 líneas de actividad operativa de los bancos que facilitaron

los datos; y 2) en base la misma estructura de eventos y severidad esta vez lo consideramos

sobre 8 tipos de eventos.

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 66

13 BIS. Risk Management Group The Quantitative Impact Study for Operational Risk: Overview of Individual

Loss Data and Lessons Learned. January 2002.

14 Ver M.ª Angeles Nieto Jiménez-Montesinos. «El tratamiento del riesgo operacional en Basilea» Ii. Revista

del Banco España. Estabilidad financiera. N.º 8. Mayo 2005

15 Santiago Carrillo Menéndez RiskLab-Madrid Universidad Autónoma de Madrid. Introducción a los riesgos

financieros: el riesgo operacional, pág 4

Tabla 5

Línea negocio

Frecuencia Severidad

N.º Eventos % Total Pérdidas 000€ % Total Sev.Unit €

Banca de empresas 423 0,89% 273.500 3,51% 646.572

Trading y ventas 5.132 10,86% 1.163.100 14,92% 226.637

Banca detalle 28.882 61,10% 2.289.000 29,36% 79.254

Banca comercial 3.414 7,22% 2.256.600 28,95% 660.984

Medios de pago 1.852 3,92% 253.500 3,25% 136.879

Servicios agencia 1.490 3,15% 331.700 4,26% 222.617

Gestión activos 1.109 2,35% 216.050 2,77% 194.815

Agencia minorista 3.268 6,91% 913.700 11,72% 279.590

Otros negocios 1.699 3,59% 98.000 1,26% 57.681

Total 47.269 100,00% 7.795.150 100,00% 164.910

Fuente: QIS 3 y elaboración propia.

Desde el punto de vista de las actividades operativas de los bancos analizados destacamos

que más de la mitad de los eventos, el 61,10%,se han registrado en la actividad de

«Banca detalle», pero con una severidad menos que proporcional (29,36%) debido al

modesto importe unitario medio de las pérdidas (79.254 €). Le sigue en importancia

«Banca Comercial» con poca frecuencia de eventos (7,22%) de mayor severidad media

unitaria (660.984 €). El resto de actividades lo reflejaremos más adelante.

Tabla 6

Eventos causa

Frecuencia Severidad

N.º Eventos % Total Pérdidas 000€ % Total Sev.Unit €

Fraude interno 1.564 3,31% 563.600 7,23% 360.358

Fraude externo 20.039 42,39% 1.211.500 15,54% 60.457

Prácticas inseguras 4.028 8,52% 526.500 6,75% 130.710

Prácticas negligentes 3.390 7,17% 1.024.400 13,14% 302.183

Daños físicos 662 1,40% 1.893.500 24,29% 2.860.272

Fallos sistemas 541 1,14% 212.500 2,73% 392.791

Fallos procesos 16.578 35,07% 2.292.500 29,41% 138.286

Otras causas 467 0,99% 70.650 0,91% 151.285

Total eventos 47.269 100,00% 7.795.150 100,00% 164.910

Fuente: QIS 3 y elaboración propia.

En cuanto a los eventos apreciamos que los más numerosos son los denominados

«Fraude externo» (22,39%) pero que por su modestia en severidad, explican tan solo el

15,54% de las pérdidas observadas. Otra consideración hay que tener con los denominados

«Daños físicos», de escasa frecuencia (1,40% del total de eventos) pero de gran impacto

unitario medio en términos de pérdidas: 2,86 millones de € por evento, lo que

aporta el 24,29% de la severidad observada.

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 67

José Ignacio Llaguno Musons

Con estos datos pasaremos a posicionar las líneas de actividad en términos de frecuencia

y severidad:

Fuente: BCBS, QIS 3 y elaboración propia.

Figura 3

Banca al Detalle se ubica en el cuadrante superior. Se caracteriza por presentar alta

frecuencia con severidades unitarias modestas, lo que refleja ser una gran fuente de pérdidas.

Muchos pocos hacen un riesgo operativo importante, lo que demanda un modelo

de gestión del riesgo operativo singular y complejo, especialmente preocupado en reducir

el número de eventos negativos. Se necesita, por tanto, de la presencia de numerosos

controles y de implicar al mayor número de personas.

Destacamos también la actividad de Banca Comercial, con una frecuencia significativamente

inferior a Banca al detalle, pero con un impacto final de similar magnitud dada

la alta severidad unitaria observada. Ahora estamos en la antitesis de la posición anterior:

se tratará de realizar una gestión muy selectiva con controles específicos de los importes

puestos en riesgo.

Salvo las actividades de Trading y Ventas, y Agencia minorista, el resto de actividades

se ubica en una zona de baja frecuencia y modesta severidad. Sobre estas actividades

deberá procederse a la gestión del riesgo operativo aunque con menor prioridad que las

citadas en primer lugar.

Veamos ahora el posicionamiento de los eventos estudiados por el QIS:

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 68

Fuente: BCBS, QIS 3 y elaboración propia.

Figura 4

Los eventos que han generado mayores pérdidas dentro del colectivo estudiado son:

Daños Físicos (de escasa frecuencia y gran impacto unitario); Fraude Externo (gran frecuencia

y reducido impacto unitario); Fallos en los Procesos (gran frecuencia e impacto

unitario medio); y Prácticas negligentes ( de frecuencia e impacto unitario medios). Los

otros eventos considerados se ubican en zonas medias bajas de frecuencia y de severidad.

Este posicionamiento de los eventos distribuye casi al 50% los de procedencia interna

(Fallos en los procesos y Prácticas negligentes) respecto a los de procedencia externa

(Fraude Externo, y Daños sobre activos). De estos últimos, destacamos las dificultades

de controlar la actuación de clientes y proveedores en materia de servicios, donde se necesita

su colaboración para culminar las prestaciones de servicios. Y, reconocemos que

los eventos denominados Daños físicos son los que encuentran mayor posibilidad de cobertura

en el sector seguros.

Estas observaciones nos indican la intensidad de los controles a realizar para descubrir

las causas de los riesgos operativos. Así en banca al detalle, los tipos de controles

han de ser extensos y masivos, atendiendo al volumen de operaciones y a su frecuencia

de fallo o error. Otro es el modelo de control a aplicar en banca de empresas y en banca

comercial, de menor volumen de operaciones, pero de mayor complejidad.

Desde la óptica que nos sugiere el QIS, basado en una muestra «voluntaria» que no es

representativa en términos estadísticos, nos ha servido para vislumbrar la complejidad de

tratamiento de los eventos de riesgos operativo, y cómo en cada actividad bancaria ha de

procederse de manera diferente y condicionada a las características del negocio.

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 69

José Ignacio Llaguno Musons

5. ¿LA GESTION DEL RIESGO OPERATIVO: ARTE O CIENCIA?

Evidentemente la gestión del riesgo operativo con ser una preocupación «especializada

» de la alta dirección de las entidades financieras, no puede separarse del contexto general

en el que se celebra en el management de las entidades. Este tipo de gestión específica

debe ubicarse en el contexto cultural general y basarse en las capacidades y

habilidades de las entidades para convivir y colaborar con la estrategia general. Todo ello

hace que la gestión del riesgo operacional deba, también, planificarse, asistiéndola con

los puntos fuertes de la entidad.

Hasta ahora nuestro trabajo nos ha permitido destacar algunas características del riesgo

operativo, su cotidianidad e inercia, su especificidad según tipos de actividades y

eventos, la innovación introducida por el regulador: «Basilea II supondrá una de los más

grandes shocks estructurales de la industria bancaria en las últimas décadas16» que nos

imposibilitan proponer modelos de gestión específicos y que nos sugieren apelar al

«arte» de crear modelos y procedimientos específicos para cada entidad.

El Comité de Supervisión Bancaria propone una definición de la gestión del riesgo

operativo: «gestión» de riesgos de operación significa la «identificación, evaluación,

monitoreo y control mitigación» de riesgos»17. Definición que aporta un programa por

fases para llegar a la gestión de los riesgos. Pero este enfoque por fases, dada la inmediatez

de la aplicación del Acuerdo, tampoco se puede demorar, como lo muestran algunas

entidades españolas que han comenzado a gestionar este tipo de riesgo.

Las entidades de crédito en España se enfrentan a la gestión del riesgo de gestión desde

diferentes posiciones iniciales. Diversos estudios18 confirman la existencia de áreas

organizativas especializadas en la gestión del riesgo operativo de forma adaptada a la

propuesta del BIS, otras entidades muestran su interés y han comenzado a prepararse

para la dotarse de un sistema de análisis, evaluación, gestión, mitigación y control del

riesgo operativo. Algunas, más rezagadas, reconocen la necesidad de conformar un área

especializada ante la próxima entrada en vigor a finales del 2006.

Se necesitan en nuestro país bases de datos que recojan las experiencias del sector

en materia de riesgo operacional. A esta cuestión están respondiendo las entidades

tanto de forma individual como colectiva (ABE de los bancos, CECA de las cajas de

ahorros, etc.), sin embargo reconocemos que este trabajo deberá madurar a largo plazo.

Cuando se obtengan bases de datos consistentes el siguiente paso será determinar

las funciones de densidad de mayor representatividad y precisión para estimar las pérdidas

inesperadas (desviación estándar de las pérdidas) y de las pérdidas en caso de

crisis (bajo supuestos de stress, y de grandes pérdidas). Tal y como se expresa en el

gráfico 5 de la siguiente página.

Ahora bien, debido a que los estudios cuantitativos, basados en datos y experiencias,

no tienen suficiente base estadística y no cubren las innovaciones (operativas, de proce-

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 70

16 Ver Gonzalo Gil, subgobernador del Banco España en «Los retos de la supervisión bancaria y las nuevas

perspectivas del Acuerdo Basilea II». Pazo de Mariñan (A Coruña). Septiembre 2003

17 Comité de Supervisión Bancaria de Basilea. BIS. Prácticas Adecuadas para la Gestión y Supervisión de

los Riesgos de Operación. Julio del 2002, pág. 9

18 Ver Price Waterhouse Coopers. Gestión del Riesgo Operacional en las Entidades Financieras Españolas.

Acuerdo de Basilea. Madrid 2 de octubre de 2002

Figura 5

sos, de nuevas tecnologías, etc.) a las que acuden las entidades de crédito en su supervivencia

competitiva; se necesitan completar con estudios cualitativos, de prevención de

eventos de riesgo, y de estimación subjetiva (y perfeccionable) de los mismos.

Figura 6

Nuestra figura muestra el recorrido del análisis de las cusas, eventos, y efectos del

riesgo operativo. Recorrido a analizar en detalle y con actitud crítica para abordar la gestión

del citado riesgo dentro del marco de la gestión integral de las entidades de crédito.

Este sistema de identificación y evaluación del riesgo a través de estudios cuantitativos

y cualitativos estará sujeto a constante revisión y perfeccionamiento. A manera que

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 71

José Ignacio Llaguno Musons

se vaya incrementando la bases de datos y se afinen en el diseño y control de los indicadores

clave del riesgo operativo, las entidades de crédito afinarán sus sistemas de gestión

del riesgo operacional, en vías de aproximarse al método A.M.A. Advanced Measurement

Approaches, para reducir los requisitos de capital regulatorio y obtener eficiencia

en términos financieros y en términos de gestión en general.

Por lo cual las entidades financieras en general, y las españolas en particular, con mayor

o menor urgencia, se enfrentan con la puesta en marcha de un sistema nuevo de gestión

del riesgo operativo, complejo, cuya aprobación definitiva trasciende la responsabilidad

de la máxima autoridad de las entidades porque será supervisada periódica y

sistemáticamente por el Banco de España.

Figura 7

A tal enumeración de cuestiones que afectan a la gestión del riesgo operativo apreciables

en el esquema anterior, debemos recordar las recomendaciones del Acuerdo de Basilea para

reconocer las características que debe revestir un sistema de gestión del riesgo operativo. El

Comité de supervisión Bancaria propuso en el año 200219 un conjunto de directrices y recomendaciones

para la gestión del riesgo operativo. La propuesta considera un modelo de gestión

basado en principios. Un resumen de los mismos exponemos en el cuadro siguiente:

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 72

19 Comité de Supervisión Bancaria de Basilea. Prácticas Adecuadas para la Gestión y Supervisión de los

Riesgos de Operación Julio de 2002

Características recomendadas Comentarios e implicaciones

Responsabilidad La alta dirección será responsable del diseño, características y

Alta dirección funcionamiento del sistema.

(Consejo Administración) Deberá definir conceptos, estrategias y políticas.

Es necesario establecer canales de comunicación e interrelación

con la alta dirección.

Sistema efectivo Sistema bien diseñado, probado, dotado de recursos competentes e

independientes de la operatoria, y entrenados.

No debe ser competencia de los departamentos de auditoría interna.

Afecta a toda Debe tratarse de un sistema integral, especializado, que afecta a

la organización toda la organización.

Cabe organizarlo de forma centralizada o descentralizada para

siempre integrando la totalidad de las actividades

Actividades actuales Aparte del sugerido proceso de diagnóstico y revisión de los proy

nuevas cesos y actividades actuales, el sistema de intervenir en las novedades,

innovaciones y modificaciones de las actividades de las entidades

de crédito.

Gestión permanente El sistema ha de contar con estructura permanente, y actuar de

sistematica y forma sistemática, ágil y flexiblemente, previendo y actuando anproactiva

ticipadamente antes las sospechas o intuiciones de riesgo operativo.

Con planes Lo que supone trabajar con escenarios pesimistas, de estrés, y conde

contingencia tar con planes de contingencia.

De obligada El sistema debe ser validado por el Supervisor, al cual rendirá insupervisión

formes y memorias, cumpliendo sus recomendaciones y requisitos.

Estas características y la interpretación de los principios propuestos por Basilea II sugieren

organizar la gestión de los riesgos en las entidades de crédito, a través de órganos

especializados en conexión directa con la máxima autoridad, tal y como exponemos en la

siguiente figura:

Figura 8

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 73

José Ignacio Llaguno Musons

El área de gestión de los riesgos operativos, según tamaño y características en las que

se ubique deberá centrarse en las relaciones habituales de la organización con el subsistema

operativo, tal y como lo reflejamos en el cuadro siguiente:

Figura 9

Entendemos y sugerimos, por tanto, —sea cual sea las características de la entidad de

crédito— la necesidad de crear una nuevo área de gestión del riesgo operacional, independiente

de las áreas comerciales, estratégicas, y de auditoría (aunque sujeta a su revisión),

suficiente en términos de medios, con capacidad de gestionar directamente, o través

de delegaciones internas, el riesgo operativo. El perfil de tal órgano, entre otras,

debiera contar con las siguientes características:

—Visión global e integrada con las grandes decisiones de la entidad de crédito. En

contacto directo con la máxima autoridad y bien informado de las decisiones estratégicas.

—Amplio conocimiento interno de la organización, de la cultura interna, y de las

operaciones actuales y futuras. Con canales de comunicaciones horizontales y verticales.

—Contar con un equipo humano motivado, capacitado en las técnicas cuantitativas y

cualitativas de gestión del riesgo. Que integre el conocimiento explícito e implícito

de la organización y aborde la innovación y la creatividad en todos los aspectos de

las operaciones: productos, procesos, sistemas, etc.

—Con capacidad de informar sistemáticamente a la alta dirección; proponer acciones

de mejora y de cobertura de riesgos operativos, y con capacidad de ejecución de

las directrices emanadas por la alta dirección.

Fundamentalmente el área de gestión del riesgo operativo debe concebirse como una

estructura dinámica, flexible y adaptativa, con capacidad de progreso continuo. Todo lo

cual nos lleva a sugerir que la creación y desenvolvimiento de dicha área debiera graduarse

en el tiempo, considerando su evolución en términos de coste eficiencia.

Los cometidos de esta unidad los reflejamos en el esquema dibujado a continuación.

Gestión del riesgo operativo en las entidades de crédito: un camino sin retorno

Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 ISSN: 1131 - 6837 74

Figura 10

6. CONCLUSIONES: LA GESTION DEL RIESGO OPERATIVO

UNA DISCIPLINA DINAMICA Y ABIERTA A LA MEJORA CONTINUA

A la hora de establecer conclusiones generales de cómo se debe gestionar el riesgo

operativo en las entidades de crédito y cómo afectará esta gestión al management general

de las entidades, hemos de ser precavidos, y partir de una filosofía científica de tipo «situacionista

» que nos permita ir centrando cuestiones para aplicar las soluciones pertinentes

según circunstancias, entornos, y características de cada entidad de crédito.

Esta posición intelectual, lejos de apelar a ningún tipo de escepticismo, reconoce la

complejidad de este tipo gestión, su especificidad y cotidianidad, y confía tanto en el saber

hacer de las entidades como en las aportaciones científicas de la comunidad, para que

se produzca un progreso notable en el tiempo para este tipo de gestión en cada entidad en

concreto, enmarcada como está en un entorno dinámico y de alta competencia.

Esta visión, coincide, o pretende coincidir, con las decisiones adoptadas por el Comité

de Basilea, asesor de los supervisores financieros, cuando reconoce la importancia del

riesgo operacional, al cual ha dedicado largos años de estudios, y al que propone regular

desde la idiosincrasia del sistema, como si se tratara de un riesgo de crédito habitual en

las entidades, reservando a la iniciativa y profesionalidad individual la metodología del

control y gestión internos, comprometiéndose en el seguimiento y verificación periódicas

de las gestiones y sus instrumentos, y proponiendo la permanente transparencia de los

hechos para su evaluación definitiva por el mercado.

Por lo cual, consideramos la gestión del riesgo operativo como un reto profesional y

científico, que afecta a los gestores de las entidades de crédito en particular, también a

los supervisores de los sistemas financieros como responsables de la eficiencia de los

mismos, y a la comunidad científica en general para que colabore con la investigación y

propuesta de metodologías eficientes.

ISSN: 1131 - 6837 Cuadernos de Gestión Vol. 5. N.º 1 (Año 2005), pp. 53-77 75

José Ignacio Llaguno Musons

Desde nuestra modesta perspectiva, y en base al trabajo realizado, presentamos, algunas

conclusiones:

—El riesgo operativo se inscribe en el subsistema operativo de las entidades de crédito,

en el que se ejecutan todas las transformaciones y resultados, positivos y negativos

de estas entidades. La gestión de este riesgo pertenece por antonomasia a

la denominada dirección operativa de la empresa. Por tanto, el bagaje intelectual

de la Economía de la Empresa, en todas sus dimensiones, de producción, de gestión

del conocimiento, etc., aporta y aportará nociones y recomendaciones de utilidad.

—Los supervisores financieros y los bancos centrales han reconocido la importancia

de este tipo de riesgos, exigiendo requerimientos de recursos propios para hacer

frente a los peores eventos, sometiendo a las entidades a una doble disciplina de

supervisión activa, periódica y sistemática, y a la derivada de aportar la debida

transparencia informativa a la comunidad. Esta regulación del riesgo operativo se

ha formulado de manera abierta, respetando la iniciativa individual, y convocando

la asistencia de la comunidad científica para incorporar nuevos instrumentos y modelos

tanto de gestión, como de análisis y de control.

—Todo ello supone una invitación a la investigación continua en la investigación

aplicada de la disciplina de la Economía de la Empresa, abriéndose un horizonte

práctico para encauzar observaciones sobre el comportamiento y evolución de las

entidades de crédito, sus estrategias, sus éxitos y sus errores, para su perfeccionamiento,

con la evidencia que algo de lo experimentado podría ser útil, además,

para a otros tipos de organizaciones.

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José Ignacio Llaguno Musons

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