Imagen Directiva. Concepto.
Ricardo SaldívarMonografía26 de Abril de 2016
7.304 Palabras (30 Páginas)10.668 Visitas
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
5.1 IMAGEN DIRECTIVA
5.1.1 CONCEPTO.
5.1.2 PROTOCOLO DIRECTIVO.
5.2 CONDUCCIÓN DE PRESENTACIONES ORALES Y ESCRITAS.
PRESENTACIONES ORALES.
PRESENTACIÓN ESCRITA.
5.3 ELEMENTOS ESENCIALES DE LAS PRESENTACIONES EFECTIVAS
EL CONTENIDO.
DISEÑO
LA EXPOSICIÓN
5.4 CONDUCCIÓN DE ENTREVISTA.
5.4.1 ¿QUÉ ES UN ENTREVISTA?
5.4.2 TÉCNICAS PARA CONDUCIR UNA ENTREVISTA.
5.4.3 PLANEACIÓN Y CONDUCCIÓN DE ENTREVISTAS
5.5 CONDUCCIÓN DE JUNTAS.
5.5.1 ¿QUÉ ES UNA JUNTA?
5.5.2 CÓMO PROGRAMAR UNA JUNTA EFECTIVA.
5.5.3 CÓMO CONDUCIR UNA JUNTA.
CONCLUSIÓN
INTRODUCCIÓN
Comunicación efectiva, dos palabras que encierran miles de años de historia y evolución del ser humano.
Desde el inicio de nuestra civilización hemos buscado la manera de comunicarnos con nuestros semejantes, lo hemos hecho de múltiples maneras, pero la más efectiva ha sido la expresión oral.
Hasta el día de hoy seguimos observando las pinturas rupestres, un medio de comunicación que nuestros ancestros buscaron para expresar lo que sentían y vivían día a día.
[pic 1]
[pic 2]
[pic 3]
5.1 IMAGEN DIRECTIVA
5.1.1 CONCEPTO.
[pic 4]
1. Si usted tiene buen aspecto se sentirá bien o si piensa que tiene buen aspecto se sentirá bien. A veces las dos cosas no son lo mismo; recuerde que, como ya dijimos, no sabemos lo que aparentamos ser para las otras personas. Estar seguro de su imagen le hará sentirse más seguro de sí mismo. Y lo contrario también es cierto. ¿Alguna vez le hicieron un corte de pelo que no le favorecía? ¿Recuerda cómo iba perdiendo seguridad a medida que se paseaba con ese peinado? ¿Recuerda qué mal se sentía a pesar de que muchas personas le decían que le quedaba bien o que tenía buen aspecto? Esto fue así porque la imagen que tenía de sí mismo se había deteriorado. Usted sentía que su apariencia era desagradable, a pesar de lo que pensaran los demás. Por otro lado, todos tenemos prendas que nos hacen sentir capaces de afrontar el mundo, las que usaríamos para una entrevista o una reunión empresarial importante: una corbata que nos queda bien o una chaqueta que nos proporciona ese atractivo adicional. Ponernos esa prenda es como ponernos una armadura. Por eso el factor bienestar es crucial: no lo subestime nunca. La confianza en sí mismo es esencial. Si esa corbata o chaqueta contribuye a afianzarla, póngasela.
Nos guste o no somos los responsables de crear la imagen de la empresa para la que trabajamos, aunque muy pocas empresas comprenden esto. Algunas simplemente se limitan a gastar millones de euros en nuevos edificios o remodelaciones y contratan equipos de diseño para seleccionar el tono apropiado de la alfombra o la iluminación correcta, y luego contratan a una recepcionista deplorable —la más vulgar, antipática y peor vestida, con una falta total de carisma— para recibir a las visitas.
Esas empresas olvidan uno de los requisitos básicos de la vida empresarial: lo que importa son las personas, y los empleados son los que dan una primera impresión de la empresa.
Las visitas no prestan tanta atención al ambiente como parece creer la mayoría de los diseñadores. Cuando entramos en una nueva empresa solamente recibimos una impresión general de la decoración; es a las personas a quienes solemos observar porque pensamos que éstas son un reflejo del estilo de la empresa.
Una imagen negativa puede ser sorprendentemente poderosa y duradera. Las visitas rara vez discuten con el personal cortés que encuentran en una empresa, pero disfrutan con las historias de ineficiencia y descortesía. Aunque el 99,9 % de la fuerza laboral reciba positivamente a una visita, si un solo miembro del personal es descortés o ineficiente, así es como esa visita percibirá a la empresa.
Algunas empresas se gastan fortunas en publicidad sólo para vender una determinada imagen. Pero todo ese gasto es dinero perdido si el personal no está a la altura de la imagen que se ha vendido.
James Judi, el lenguaje corporal, editorial Paidós Ibérica S.A. Primera Edición 2006, Barcelona
[pic 5]
2. La imagen profesional o directiva es la percepción que se tiene de una persona por parte de sus grupos objetivo como consecuencia de los estímulos que emana en su actividad profesional (Cfr. Gordoa, 1999, p.143). Los estímulos pueden ser emanados mediante tu aspecto – imagen física -, tus gestos y ademanes – imagen no verbal – y el uso que haces de la palabra oral y escrita – imagen verbal. En este apartado me referiré a las dos primeras, la imagen verbal la hemos abordado en los dos apartados anteriores y ahondaremos más en el apartado de la entrevista.
¿Sabías que el 83% de las decisiones se hacen por los ojos? Por tanto, debes verte bien el día de la entrevista. Uno de los axiomas de la Imagen Pública es que, a mejor imagen, mayor poder de influencia (Gordoa, 1999, p. 50). Ergo, cuida tu imagen.
Víctor Gordoa. Edamex, Editores Asociados Mexicanos, S. A. de C. V., 01/01/1999
3. Los aspectos de la dirección en las organizaciones son muchos y diversos, pero el ingrediente esencial de cualquier directivo es su habilidad para manejar eficientemente a las personas. El directivo necesita estar habituado al manejo de las habilidades humanas y sociales, y ser capaz de trabajar con y a través de personas. Detrás de cada acción o informe en una organización hay personas.[pic 6]
Sin embargo, no debemos olvidar que existe un aspecto adicional de suma importancia para un directivo. Éste es, la imagen, que en este caso no es lo de menos. La primera impresión es la que cuenta, dice el refrán. Y por eso existen consultorías especializadas en asistir a ejecutivos para mejorar su aspecto y modales.
Isaac Arroyo Vargas (2013)
[pic 7]
4. Según algunas encuestas, lo primero en lo que el común de la gente se fija es lo que traemos puesto. Nuestra forma de vestir comunica frecuentemente quiénes somos. Esbozamos nuestro estado de ánimo, nuestra autoestima, el respeto por nosotros mismos, el respeto por los demás y, sobre todo, si somos personas de éxito o no.
Nuestra imagen, a fin de cuentas, afecta la manera en que los otros nos perciben, pero lo más importante aún influye en cómo nos percibimos a nosotros mismos. No podemos dar aquello que no tenemos. Cuando nos sentimos bien, nos vemos bien.
Cuando tenemos una autoimagen positiva nos gusta lo que vemos, se produce un efecto multiplicador, ya que, si uno se agrada a sí mismo, crece nuestra autoestima, reflejamos una mayor confianza y por lo tanto se presenta un mejor desempeño. Con ello ganamos el reconocimiento de los demás y se genera un círculo virtuoso, el cual nos motiva a seguir mejorando.
Cuando una persona proyecta una mala imagen en su vestir o físicamente no está en forma, asume un comportamiento no muy confiado, lo que al final afecta su desempeño. Ya que los otros perciben la imagen negativa y de pronto, se presenta el círculo vicioso porque nos damos cuenta de que no estamos siendo aceptados y esto deteriora aún más nuestra imagen.
Cuando hablamos de la imagen, no hablamos de personas feas o guapas, simplemente se trata del interés que ponemos en nuestro arreglo personal y en nuestra actitud.
Estamos hablando de alguien que va a dirigir a un grupo de personas, que va a ser líder en una empresa, que será el guía de un equipo de trabajo para el logro de un objetivo. Y que todo esto lo obliga a ganarse la confianza y el respeto de los demás. En ello estriba lo significativo de tener una buena imagen. Porque cuantas veces no hemos visto a personas muy capaces, trabajadoras, talentosas, creativas, pero que “gracias” a su autoimagen y autoestima limitada, se inhiben para expresarse y ganar el reconocimiento y el lugar que se merecen.
...