LOS CONCEPTOS: FABRICAR, FÁBRICA Y PATRIMONIO INDUSTRIAL
Javier RojasEnsayo23 de Octubre de 2021
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LOS CONCEPTOS: FABRICAR, FÁBRICA Y PATRIMONIO INDUSTRIAL.
Javier Rojas Sandoval.
Fabricar es un concepto asociado a la facultad que tiene el ser humano de producir, transformar la naturaleza, inventar; como la actividad propia de la inteligencia dirigida a fabricar cosas, objetos artificiales, objetos para hacer objetos. Desde tal perspectiva, una definición certera del verbo fabricar sería considerarlo como la acción humana dirigida a transformar. De tal suerte que el homo sapiens es al mismo tiempo, y aun antes, homo faber. Otro concepto asociado íntimamente al de fabricar es el de industria, el cual se ha definido como "maña y destreza o artificio para hacer una cosa", lo cual también al igual que fabricar nos habla de la inteligencia y habilidad humanas para transformar. El concepto así definido permite pensar la industria como una idea no identificada necesariamente con la máquina. Aunque después de la revolución industrial, los conceptos de fábrica, industria y maquinaria están asociados consustancialmente. Fabricar también fue empleado durante los tiempos de la colonización española como sinónimo de construir; asi lo utilizaba Melchor Vidal de Lorca, teniente gobernador del Nuevo Reino de León, quien en 1775 al realizar una visita de inspección por las provincias del Reino, decía: La fábrica de la iglesia para referirse a la construcción del edificio eclesial. Versión arquitectónica de fábrica que el Diccionario Ilustrado Larousse de las Ciencias define come”: Toda construcción hecha con argamasa, ladrillo, sillares".
Fabricar es, desde el enfoque de la antropología filosófica, a fin de cuentas, trabajar y trabajo: Con maña y destreza para hacer cosas. Trabajo del que dijera Hesíodo había sido una condena para el hombre, urdida por Zeus y los dioses, quienes le ocultaron el secreto del sustento fácil de la vida, para que no viviera sin hacer nada, o se contentara con trabajar un solo día. Para ello le ocultó el fuego. En Los trabajos y los días el trabajo aparece como la expresión de una discordia que divide a los hombres, la envidia, que se desdobla: la mala que los conduce a la guerra y la sana que los hace trabajar y prosperar. Prosperidad que fue ocultada por el dios del tiempo bajo las raíces de la tierra para excitar al trabajo a los hombres perezosos." En efecto-dice Hesíodo-si un hombre ocioso mira a un rico, se apresura a labrar, a plantar, a gobernar bien su casa. El vecino excita la emulación del vecino, que se apresura a enriquecerse, y esta envidia es buena para los hombres. Con ella el alfarero envidia al alfarero, el obrero envidia al obrero, el mendigo envidia al mendigo."
Pero "los dioses y los hombres odian a los que vive sin hacer nada-continúa Hesíodo-, semejantes a los zánganos, que carecen de aguijón, y que sin trabajar por su cuenta, devoran el trabajo de las abejas. El trabajo hace opulentos y ricos a los hombres. No es el trabajo quien envilece, sino la ociosidad" [1]
El pensamiento griego posterior a Hesíodo propondría otra versión sobre la idea de la riqueza y el trabajo. Serían Herodoto primero, luego Platón y Aristóteles, los encargados de valorar negativamente el trabajo manual(la banauxia), privilegiando el trabajo intelectual, la contemplación y el ocio productivo. Hasta los tiempos de Leonardo da Vinci y luego Galileo, se hizo una valoración positiva del trabajo físico, coincidiendo con el replanteamiento del método experimental para construir el conocimiento científico.
La fábrica como unidad de producción se identifica con la moderna industrialización, tiene su antecedente más remoto en las culturas mesopotámica y egipcia, así como en los tiempos de la Grecia clásica y la época de la república romana. Entre los griegos se le conocía como ergasterion. Max Weber ubica su origen en la civilización greco-bizantina; en Roma se le denominó ergastulum. Consistían en talleres donde trabajaban esclavos, también podían ser arrendados a los mismos trabajadores, explotándolos por cuenta propia. Se les conoció en las culturas egipcia e islámica, en donde pertenecían a un señor y funcionaban con trabajadores siervos. Ejemplos y formas distintas de ergasterion: en la cultura del Nilo los talleres de los templos faraónicos.
La reunión de diferentes artesanos, con oficios diversos, que realizaban trabajo en forma manual fue conocida por los sumerios en el siglo XXVII a. C., quienes tenían talleres donde se concertaban los oficios más diversos: Tejedores, bataneros, tintoreros, alfareros, ceramistas, carpinteros, joyeros, escultores. El Código de Hamurabi registra los oficiantes de sastres, trabajadores del metal y cerveceros.[2]
Otra forma de unidad de producción anterior a la moderna fábrica industrial es la manufactura (del latín manus, mano y factura, hechura, lo hecho a mano)[3], vocablo que en la actualidad se sigue empleando, adquiere ya connotaciones arcaicas, por la introducción de la gran industria y los modernos sistemas automatizados, en los cuales si bien la mano sigue interviniendo en el proceso de producción, ya no es en igual medida que en las primitivas manufacturas.
El sistema de talleres con trabajadores laborando bajo un techo común, constituyendo la manufactura, puede observarse en la Edad Media europea. Fue el precursor inmediato de la fábrica moderna. Algunos ejemplos: los molinos hidraúlicos, de harina y aceiteros. Unos eran propiedad de monasterios. Las tahonas con sus panaderos, establecidos en un principio para satisfacer necesidades propias de los señores o de monasterios. Las cervecerías, se iniciaron para cubrir las necesidades de las casas de los señoríos, luego más tarde fueron concesionadas en renta, para ser explotadas vendiendo cerveza en gran escala. La fundición misma que adquirió gran importancia en la fabricación de cañones. En Florencia, Italia, se instalaron tempranamente las bombardieri, fábricas de artillería. Lo mismo las ferrerías, todavía más antiguas, primitivas metalurgias en las que se trabajaba el mineral para producir hierro. Las herrerías, talleres dedicadas a la forja del hierro.
Sin embargo ni en la antigua civilización sumeria, ni en la greco-romana, funcionaron fábricas propiamente, como las constituidas en el contexto de la revolución industrial. Un agudo investigador y analista de la economía antigua, Finley, explica que Aristóteles en la Política ofrece ejemplos en que las ciudades griegas tenían oportunidad de realizar diversas actividades agrícolas y pesqueras con Bizancio y otras regiones de la misma Grecia, sin embargo el fundador de la lógica y el método científico no menciona para nada la manufactura.[4]Lo cual no niega que hayan existido, lo que sucedía-aclara Finley-es que los griegos no producían para la exportación. La actividad económica predominante de los griegos fue el comercio. El mismo autor menciona que en la Atenas del siglo V existía una fábrica de escudos de guerra que empleaba a más de 100 esclavos.
Max Weber precisa que a diferencia del ergasterion, la fábrica moderna es una explotación de taller que comprende la apropiación plena por el propietario de los medios materiales de producción. La reunión de trabajadores especializados (trabajadores libres), empleo de fuentes mecánicas de energía y de máquinas.[5]
Otro antecedente inmediato de la moderna fábrica, en el que la producción industrial se realizaba-además del taller artesanal- en la llamada industria a domicilio o casera, en la cual la familia, dentro de su propio hogar, producía dentro de sus posibilidades, las cosas que requería para cubrir sus necesidades domésticas. De tal suerte que las familias procuraban bastarse así mismas, no dependiendo de otros productores. En la industria doméstica no había diferencias entre el artesano y el campesino. Una misma persona realizaba ambas actividades.
Otra modalidad de industria a domicilio, la cual si bien se parecía a la anterior en que el trabajo corría a cargo de las familias, en esta el producto no era para el autoconsumo. Funcionaba de la siguiente manera: los comerciantes adquirían la materia prima destinada a ser trasformada, por ejemplo algún producto para fabricar telas, luego las entregaban a las familias. Cuando no había mucho trabajo en el campo, los campesinos en sus hogares, hilaban y tejían las telas. El comerciante recogía los paños y pagaba a los campesinos un precio acordado previamente. En el siguiente paso, el comerciante llevaba las telas a abatanar( en el caso de lana) y colorear con los artesanos urbanos. Finalmente, terminado el producto, el comerciante lo llevaba a los lugares de venta.[6]
En el contexto de los tiempos de la moderna revolución industrial, el filósofo de las fábricas, Andrew Ure en su The Philosophy of Manufacturers (1835) ofrece dos definiciones de fábrica, la primera: "los establecimientos grandes, donde un número determinado de personas coopera con un propósito común artificial, entre las que se incluirían las fábricas de cerveza, las destilerías, lo mismo que los talleres de carpinteros, torneros, toneleros, etc." Como se puede apreciar la definición destaca la cooperación. En la segunda definición Ure le asigna un papel central a la fuerza motriz, en la que los órganos son los hombres, define la fábrica como: " un gran autómata compuesto de varios órganos mecánicos e intelectuales, que trabaja en concierto ininterrumpido para la producción de un objeto común, estando todos los dichos órganos subordinados a una fuerza motriz autorregulada".[7]Se trata, en síntesis, de la maquino factura.
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