Las dos caras del TLC

Las dos Caras del Tratado de Libre Comercio

Luis Raúl Acevedo Esquivel

Universidad Autónoma del Estado de Morelos

Notas del autor

Luis Raúl Acevedo Esquivel, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma del Estado de Morelos

Este ensayo ha sido financiado por el mismo autor

La correspondencia relacionada con este ensayo debe ser dirigido a Luis Raúl Acevedo Esquivel, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Av. Universidad 1001, Col.Chamilpa, C.P. 62209, Cuernavaca, Morelos

Contacto: Luisacevedo1998@Gmail.com

A lo largo de los años entre México y Estados Unidos siempre se han presentado una cantidad considerable de relaciones económicas que han propiciado a la carrera de establecer un acuerdo comercial general de carácter bilateral entre estos dos países. Diferentes acuerdos de entre 1822 y 1950, que, si bien todos han tenido un desarrollo favorable para las economías de estos países, no suelen terminar de la mejor manera, ya sea, por problemas políticos, sociales o económicos.

A raíz de esto, surge el TLC; firmado principalmente por los presidentes de Estados Unidos de América, México y el primer ministro de Canadá, el 17 de diciembre de 1992 y se estableció el 1ro de enero de 1994 como fecha para su entrada en vigor. Pero, ¿es el TLC, aprobado por los mexicanos?, Desde antes de su entrada en vigor, el TLC ya generaba cierta incertidumbre sobre si en verdad sería algo que ayudase a los mexicanos o los mantendría en las mismas situaciones, teniendo, como es de costumbre, críticas positivas y críticas negativas.

Hoy en día, en un ambiente más permisivo y francamente abierto, es posible debatir las ideas y presentar puntos de vista disidentes respecto a la política económica. Esa es una de las virtudes de la apertura: sólo es concebible en un entorno en el que el debate es legítimo, independientemente de las ideas que se disputen. (Rubio & de Remes, 1992, pág. 1)

Dicho lo anterior, en este ensayo analizaremos desde un punto de vista neutral, los pros y contras económicos que este tratado arroja, respondiendo así, la pregunta que todos nos hacemos: ¿Es el TLC, un avance o un retroceso para México?

¿Qué es el tratado de libre comercio?

Para comprender a fondo de lo que se va a tratar en este ensayo, tenemos que comprender que es y cómo funciona el TLC. Dentro de los procesos de integración económica entre países, se encuentran diferentes tipos de acuerdos comerciales que van teniendo mayor importancia o relevancia según sea el tipo de interés. De menor a mayor grado de integración se encuentran: el acuerdo de comercio preferencial, la asociación para el libre comercio, la unión aduanera, el mercado común y la integración económica plena. Los distintos tipos de acuerdos tienen un mismo objetivo: incrementar de una manera importante o sustancial el comercio. Es importante recalcar que, entre acuerdos de mayor magnitud, la coordinación política también tendría que ser más estricta, es por eso que México ha optado por un acuerdo relativamente menor, en el que solo estuvieran involucradas las economías.

Los países involucrados en este tipo de tratado comercial, en este caso México, Estados Unidos y Canadá, se comprometen a eliminar los obstáculos arancelarios y no arancelarios para fomentar el intercambio comercial y establecer foros y mecanismos para dirimir las controversias de orden mercantil. (Rubio & de Remes, 1992, pág. 20)

¿Cómo funciona?

Una vez leído lo anteriormente escrito, nos es sencillo analizar el funcionamiento del TLC el cual es muy simple, una vez suscrito y entrado en vigencia, puedes exportar o importar bienes de ese país bajo un marco más simple y menos costoso en aranceles que con otros países. El proceso expreso es mejorar y aumentar el comercio entre estas tres naciones, fomentando así, un mayor grado de especialización en cada economía, logrando un mayor bienestar económico.

Beneficios

1-Exportaciones

Uno de los principales objetivos que se aspiraba con la firma del TLC, era el aumento de exportaciones, el exportar producto nacional es una medida muy eficaz para lograr la expansión de negocio a nivel global, ofrecer productos o servicios en una mayor dimensión respecto al mercado interno, y por supuesto incrementar su cartera de clientes y sus ingresos.

Con la entrada del TLC, México ha crecido de una manera muy notoria, pues se ha convertido en el principal socio de estados unidos y en unos de los más importantes con Canadá, ocupando el quinto puesto. A partir de 1995, el nivel total de las exportaciones aumento impresionantemente, alcanzando un total de 79,540.60 mdd, siendo su principal comprador Estados Unidos, con un 65,190.00 mdd. Para el año siguiente, las exportaciones siguieron en aumento alcanzando una cifra de 95,903.70 mdd, donde fue nuevamente Estados Unidos su mayor consumidor con 79,780.50 mdd. En el 2005 México alcanza los 214,233.00 mdd cifra nunca antes lograda. Su mayor incremento surge en el año 2011 con un total de 349,675.90 mdd (Véase grafica 1).

Grafica 1. Crecimiento de exportaciones de México 1993-2011

[pic 1]

elaboración propia con datos del Banco de México, 2011.

Hasta antes del TLC, México, conocido por su gran riqueza en petróleo, usaba este mismo como el único producto que se exportaba de manera considerable, ocupando el 77% de exportación total, generando así, una zona de confort por el ingreso que se generaba y una barrera para poder exportar diferentes productos con los que México podría obtener ingresos mayores o iguales. Ahora, el 70% de las exportaciones provienen de productos no petroleros, tales como productos manufacturados: industria automotriz, maquinaria general y equipo industrial; instrumentos profesionales, científicos y de control; Productos agroalimentarios: café, cerveza, tomate, chiles y pimientos, además de sandía, pepino, limón, aguacate, cebolla, tequila y papaya, entre otros; Productos extractivos: oro, plata, cobre, níquel, entre otros. (Véase grafica 2)

Grafica 2. Principales exportaciones mexicanas

[pic 2]

elaboración propia con datos de INEGI

La mayoría de las exportaciones del país se segmentan en cuatro zonas, siendo Estados Unidos el principal receptor de las exportaciones mexicanas (petroleras y no petroleras) con un 77.5% del total exportado, de ahí Canadá con un 2.9%, España con 1.9% y el resto del mundo 17.7%. (Redaccion, 2017)

2-Inversion extranjera

Históricamente, la inversión extranjera ha buscado por diversos medios establecer reglas y de ser posible acuerdos que protejan el movimiento y las operaciones de los inversionistas en los países importadores de capital. A su vez, los gobiernos receptores han debido enfrentar un sinnúmero de problemas relacionados con la forma de operar de los inversionistas, que reiteradamente han intentado hacer prevalecer sus derechos sobre las leyes del país receptor. la proliferación de los tratados bilaterales de promoción y protección de la inversión extranjera directa conocidos como BIT (Bilateral Treaties for the Promotion and Protection of Foreign Direct Investment) han sido prácticamente un requisito previo impuesto a los países receptores de IED antes de celebrar un acuerdo de libre comercio. Evidentemente los BIT representan la mejor respuesta a la tradicional desconfianza de los inversionistas y al mismo tiempo aseguran de manera contractual que los gobiernos den los primeros pasos hacia una liberalización.

El cap. XI del TLCAN logró por primera ocasión que un tratado de libre comercio introdujera un capítulo específico que regulara y legislara de manera supranacional la inversión extranjera.

Durante la década de los noventa la inversión extranjera directa (IED) ha manifestado un impresionante dinamismo, tanto a nivel internacional como en América Latina y también en México. Tan sólo en México – el primer receptor de IED en importancia en América Latina durante 1990-1995 y que fue desplazado desde entonces por Brasil (CEPAL 2000) - la IED aumentó de niveles inferiores al 1% del PIB durante la década de los ochenta a alrededor del 3% del PIB durante la década de los noventa. Su impacto no sólo ha sido considerable desde una perspectiva macroeconómica, sino que también ha permitido la generación de una nueva estructura productiva y de organización industrial, paralelo a un significativo proceso de modernización de un segmento de la economía. El caso de México, además, es particularmente interesante y relevante debido a que el destino de la IED hasta 1993 se había concentrado en la compra de activos estatales durante su proceso de privatización. Posteriormente, y con elevados montos, la IED ha cobrado una nueva modalidad y se ha orientado crecientemente a la adquisición y fusión de empresas, así como a la creación de nuevos activos.

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