Ley De Say

La Ley de Say señala que mientras más cantidad de bienes se produzcan (oferta), existen más bienes para demandar. Según esta teoría, el productor desea vender sus mercancías, para poder adquirir bienes necesarios para él. Incrementando de esta manera la demanda agregada. Esto no quiere decir que el producto tiene garantizada su demanda por el simple hecho de ofrecer cualquier otro a cambio. Más bien trata de que el precio de venta de estos bienes, generen ingresos que permitan obtener algún otro producto, provocando que no exista escasez de la demanda, ya que si bien los consumidores pueden ahorrar, tarde o temprano utilizarán en forma de consumo o de inversión el dinero ahorrado. Este principio deja al dinero meramente como un medio de intercambio, ya que para poder adquirir lo que uno necesita se debe producir algo a cambio, evitando el trueque. Bajo este supuesto, al terminar un producto ya se ha creado la demanda de otros, puesto que hubo que comprar insumos y materias primas para su fabricación, por lo que la oferta vendría siendo la que condicione la demanda.

Básicamente la ley de say señala que para poder demandar bienes o servicios hay que producir algo a cambio, para lo cual hay que ser creativo y competitivo. Lo difícil es determinar cuál es la forma mejor forma de conseguir la venta de los productos ofertados, por este motivo la publicidad cobra un papel importante dentro de esta situación, porque la ésta afecta al consumidor de manera directa, ya que cada mensaje publicitario lleva intrínseco un estímulo, que busca una descarga emocionalmente positiva en el consumidor, con el objetivo de lograr que éste sienta la necesidad de adquirir el producto, bien o servicio que se publicita para poder suplir la necesidad que tiene.

Al hacer posible la creación de demanda de un producto la publicidad fomenta la inversión en plantas y equipos para lograr la creación de los artículos solicitados por los consumidores. Además “provoca” un aumento en las ventas de un producto ya existente en el mercado, al persuadir al público objetivo para que compren. También se puede decir que a través de la publicidad se intenta exponer los nuevos bienes o servicios producidos por las empresas, aumentando nuevamente la oferta del mercado. Cabe destacar que la publicidad posee una fase de competencia; la que se encarga de aumentar la demanda que el producto promovido, ya posicionado en el mercado posee.

Lo mencionado anteriormente deja muy en claro que la publicidad tiene mucha incidencia en lo señalado en el principio de la Ley de Say, ya que al publicitar los productos que ofrece el mercado se genera automáticamente la demanda de los mismos, porque al ser una forma llamativa de ofrecer los productos, las personas se sienten atraídas por los bienes.

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