MANUAL DE IMAGEN COORPORATIVA
paulogl15 de Mayo de 2013
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Discurso pronunciado por José Mujica en la cumbre Río+20
Autoridades presentes de todas la latitudes y organismos, muchas
gracias. Muchas gracias al pueblo de Brasil y a su Sra. Presidenta,
Dilma Rousseff. Muchas gracias a la buena fe que, seguramente, han
manifestado todos los oradores que me precedieron.
Expresamos la íntima voluntad como gobernantes de acompañar
todos los acuerdos que, esta, nuestra pobre humanidad, pueda
suscribir.
Sin embargo, permítasenos hacer algunas preguntas en voz alta.
Toda la tarde se ha hablado del desarrollo sustentable. De sacar las
inmensas masas de la pobreza.
¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? ¿El modelo de desarrollo
y de consumo, que es el actual de las sociedades ricas? Me hago esta
pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la
misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes?
¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar? Más claro: ¿Tiene
el mundo hoy los elementos materiales como para hacer posible que
7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el mismo grado de
consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades
occidentales? ¿Será eso posible? ¿O tendremos que darnos algún día,
otro tipo de discusión? Porque hemos creado esta civilización en la
que estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha
deparado un progreso material portentoso y explosivo. Pero la
economía de mercado ha creado sociedades de mercado. Y nos ha
deparado esta globalización, que significa mirar por todo el planeta.
¿Estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna
a nosotros? ¿Es posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos
juntos” en una economía basada en la competencia despiadada?
¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?
No digo nada de esto para negar la importancia de este evento. Por el
contrario: el desafío que tenemos por delante es de una magnitud de
carácter colosal y la gran crisis no es ecológica, es política.
El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que
las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre. Y a la vida. Porque
no venimos al planeta para desarrollarnos solamente, así, en general.
Venimos al planeta para ser felices. Porque la vida es corta y se nos
va. Y ningún bien vale como la vida y esto es lo elemental.
Pero si la vida se me va a escapar, trabajando y trabajando para
consumir un “plus” y la sociedad de consumo es el motor, -porque, en
definitiva, si se paraliza el consumo, se detiene la economía, y si se
detiene la economía, aparece el fantasma del estancamiento para
cada uno de nosotros- pero ese hiper consumo es el que está
agrediendo al planeta. Y tienen que generar ese hiper consumo, cosa
de que las cosas duren poco, porque hay que vender mucho. Y una
lamparita eléctrica, entonces, no puede durar más de 1000 horas
encendida. ¡Pero hay lamparitas que pueden durar 100 mil horas
encendidas! Pero esas no se pueden hacer porque el problema es el
mercado, porque tenemos que trabajar y tenemos que sostener una
civilización del “úselo y tírelo”, y así estamos en un círculo vicioso.
Estos son problemas de carácter político que nos están indicando que
es hora de empezar a luchar por otra cultura.
No se trata de plantearnos el volver a la época del hombre de las
cavernas, ni de tener un “monumento al atraso”. Pero no podemos
seguir, indefinidamente, gobernados por el mercado, sino que
tenemos que gobernar al mercado.
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