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andrearodriguez95 de Septiembre de 2014
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Corredor Seco se extiende
Veinte municipios de cuatro departamentos considerados forestales están en proceso de desertificación, debido a la tala sin control y al deterioro de los suelos, y esto amenaza con aumentar la pobreza y los desastres ambientales en el país.
En menos de 10 años el Corredor Seco de oriente avanzó en 20 municipios al occidente, que tradicionalmente era boscoso.
Se trata de siete municipios de Quiché, cuatro de Huehuetenango, tres de Totonicapán y seis de San Marcos.
La mayoría de los 20 municipios afectados tienen hasta un 80 por ciento de pobreza, y su situación empeora al degradarse los suelos, porque los agricultores antes producían hasta 10 quintales de maíz en una cuerda de terreno, y ahora logran cultivar uno.
El proceso de desertificación se debe a la deforestación, a los incendios forestales y al cambio de uso de suelo, ya que al desaparecer la cobertura boscosa, la tierra fértil se lava con la lluvia y las tormentas.
Esa situación, indicó Leiva, incide en una crisis alimentaria, y no es coincidencia que muchas de las cien mil familias que se encuentran en riesgo nutricional estén en esas áreas.
Pérdidas
Entre 1991 y el 2003, Guatemala perdió anualmente 16.4 millones de toneladas métricas de tierra agrícola, y la situación empeoró en el 2009, ya que ascendió a 149 toneladas métricas de tierra cultivable.
Se calcula que el país pierde US$250 millones al año por uso inapropiado del suelo, por no hacer obras de conservación.
Se han hecho esfuerzos para detener la degradación y pobreza de la tierra, pero desde 1992 las poblaciones del área rural fueron obligadas a una producción de subsistencia, que ha contribuido al deterioro de la tierra cultivable.
La estimulación de productos no tradicionales y del monocultivo y la falta de programas de empleo rural deja en riesgo a la población indígena que sobrevive con medios de producción que causan deterioro.
Curruchiche consideró que con incorporar a las poblaciones del área rural en programas de producción que estimulan la subsistencia alimentaria a escala local —maíz y frijol, más reforestación y protección de cuencas hídricas—, se podrá recuperar el suelo.
Sembrar y educar
El diputado Ronie Escobar señaló que el problema es conocido en el Legislativo, con leyes de incentivos forestales a pequeños propietarios de tierras, la Ley del Cambio Climático o la Ley de Educación Ambiental son herramientas que contribuirían a reducir la desertificación desde otros ángulos
Escobar expuso que no es solo sembrar un árbol, también se debe educar a la población, enseñarle la problemática del cambio climático y el impacto de la basura, para que ese árbol pueda crecer.
Leiva también solicitó fortalecer las instituciones encargadas de capacitar a los productores agrícolas, para que puedan combinar agroforestería y conocer paquetes tecnológicos de conservación del suelo dañado por sequías e inundaciones.
Sin granos más de 95 mil familias del corredor seco
Más de 95 mil familias que viven en siete departamentos del corredor seco serán afectadas por la crisis alimentaria de este año y deberán comprar granos básicos antes de lo esperado, debido a que en algunas comunidades se perdió hasta el cien por cien de las cosechas por la sequía del 2013, según pronósticos oficiales.
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La Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán) señala que las 95 mil 121 familias que fueron atendidas el año pasado en Jutiapa, Jalapa, Chiquimula, El Progreso y Zacapa —corredor seco oriental—, además de Baja Verapaz y Quiché—corredor seco occidental—, volverán a necesitar asistencia alimentaria.
Sin embargo, la cantidad de hogares podría aumentar debido a que hay 50 mil familias, en todo el país, afectadas por la roya del café y que podrían enfrentar carencia de alimentos.
Sin cosechas
Según el pronóstico de Seguridad Alimentaria, efectuado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Ministerio de Agricultura (Maga), para febrero próximo las familias del corredor seco oriental necesitarán provisiones antes de lo esperado, debido a que las cosechas fueron insuficientes o incluso nulas.
Esa situación incrementa su vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria, resalta el estudio.
“Aunque algunas de estas familias recibieron asistencia alimentaria por parte del Gobierno, sus reservas de maíz serán más bajas de lo normal”, señalan las instituciones.
En el 2013, las familias afectadas por el hambre estacional en todo el país fueron 933 mil 711.
Causa estructural
En el 2013, el PMA hizo un préstamo de mil 239 toneladas de maíz para entregar alimentos a los afectados por la crisis alimentaria. Sin embargo, los representantes de ese programa en el país creen que dar alimentos no resuelve la situación.
“El hambre estacional no es un problema de emergencia, es estructural, por eso requiere el apoyo de diferentes ministerios. No se resuelve repartiendo alimentos, porque al año siguiente se presenta otra vez; la situación es compleja”, expuso Anne Valand, oficial de programas del PMA.
El representante en Guatemala de ese programa, Mario Touchette, aseguró que los proyectos que se implementan con el Pacto Hambre Cero, para combatir la crisis alimentaria, son adecuados, pero se pueden mejorar al tomar en cuenta las causas estructurales y coyunturales del problema.
El PMA trabaja un plan piloto en Zacapa y El Progreso, con proyectos de reforestación, riego y mejoramiento de caminos rurales, lo que ayudará a las comunidades a tener la capacidad de responder a la crisis que se da todos los años. En el proyecto también colabora el Ministerio de Agricultura.
Prevención
Para paliar el hambre estacional del 2014, la Sesán preparó la Estrategia de Protección Social, en la que se incluyen cinco acciones que se deben efectuar de manera interinstitucional y cuyo costo de implementación sería de Q997 millones 353 mil 239.25.
Con esta técnica se podría atender a dos millones 530 mil 122 personas, que estarían en riesgo de hambre estacional en 213 municipios priorizados por el Pacto Hambre Cero para combatir la desnutrición aguda.
Los recursos ya se tenían asignados en el Presupuesto del 2014, pero debido a que no fue aprobada la atención al problema depende ahora de la readecuación presupuestaria que haga el Ejecutivo, la cual no ha sido anunciada.
Las acciones comprenden el apoyo a la agricultura familiar para aumentar la producción para autoconsumo, que estaría a cargo del Maga, con una inversión de Q315 millones.
También hay prevención y tratamiento de la desnutrición aguda, con agua y saneamiento y alimento suplementario, a cargo de los ministerios de Salud, Educación, Ambiente, y el Instituto de Fomento Municipal, el cual tendría un costo de Q400 millones 822 mil 480.26
El tercer eje es el tratamiento oportuno de la desnutrición aguda severa, a cargo de la cartera de Salud, por Q8 millones 963 mil 663.96, pero los fondos no se tienen asignados.
La cuarta acción es establecer un sistema de alerta en Seguridad Alimentaria Nutricional con redes de vigilancia, que deben trabajar las dependencias de Salud y el Maga; las secretarías de Seguridad Alimentaria, de Bienestar Social, de Obras Sociales de la Esposa del Presidente y la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres. El costo es de Q57 millones, 89 mil 628.03
El quinto elemento está compuesto por un programa de transferencias condicionadas y asistencia humanitaria, a cargo de Agricultura y el PMA, por un monto de Q95 millones 297 mil 467. Asimismo, un programa de empleo temporal que estaría a cargo del Ministerio de Desarrollo Social y del Maga, para el que se necesitan Q120 millones que tampoco se tienen asignados.
Según la Sesán, el período de hambre estacional se presenta cada año, entre abril y agosto, en especial cuando se reduce la demanda de mano de obra porque no hay cosecha de zafra, café, ajonjolí ni melón.
Poco efectivo
Byron Garoz, del colectivo de Estudios Rurales Ixim, afirma que el trabajo del Gobierno para combatir el hambre estacional ha sido limitado y poco efectivo. “Ya se sabe lo que se debe hacer, debido a que es una situación que sucede cada año; deberían prepararse y atender las necesidades”, añadió.
Según Garoz, el Gobierno debería generar ingresos para la población y atender a la región con programas de desarrollo, porque el empleo temporal es fundamental para reducir las crisis por hambre estacional.
“El problema es que se necesitan recursos, pues hay pocos. Lo peor es que se malgasta lo poco que se tiene, y lo que se necesitan son políticas públicas”, afirmó el experto.
Entender las causas
“Hay que entender que el hambre estacional tiene varias causas, estructurales y coyunturales. Lo estructural es falta de tierra y empleo, y coyuntural porque depende de la producción y del clima”, dijo Mario Touchette, representante en Guatemala del PMA.
Es tierra productiva
“Es un área seca y la tierra pareciera ser de mala calidad, pero en otros países se ha demostrado que es productiva. Se deben poner programas de riego, innovación tecnológica y asistencia técnica”, indicó Byron Garoz, del colectivo de Estudios Rurales Ixim.
Atención continua
“Se recomienda al Maga y al
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