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PODER JUDICIAL


Enviado por   •  12 de Enero de 2014  •  1.618 Palabras (7 Páginas)  •  275 Visitas

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En siguiente trabajo presentaremos la investigación tanto monográfica como de campo de uno de los más grandes problemas sociales, políticos y económicos del mundo, la pobreza, la cual ha sido desde hace muchos siglos la preocupación de los grandes lideres a nivel mundial, los cuales han utilizado diversas metodologías para erradicar este mal social.

En este trabajo se ha tomado en cuenta las referencias de distintos autores y organizaciones mundiales como la OIT, en el caso del trabajo de campo, el análisis fue realizado en la comunidad San Antonio de Chaclla en el 2do sector del Valle Sagrado en el distrito de Lurigancho- Chósica, actualmente dicha comunidad se encuentra en litigio ya que se niegan a pertenecer a este distrito y afirman que su comunidad pertenece a la provincia de Huarochiri.

Pobreza no es lo mismo que exclusión social, ni viceversa. Sin embargo, aquellas personas que se sienten excluidas de la sociedad son más vulnerables a caer en una situación de pobreza y permanecer en ella. En este sentido, conocer quiénes son las víctimas de este fenómeno de la exclusión social ayudará a los hacedores de política a focalizar sus esfuerzos, y contribuir a que cada vez existan menos personas que puedan sucumbir en la pobreza.

El objetivo del presente trabajo es incentivar a las autoridades que brinden su apoyo a esta clase de poblaciones que encarecidamente piden ayuda pero sobre todo para sus niños, ya que son los que se crían sin ningún servicio básico y no conocen lo que es pertenecer a un Estado.

Este trabajo está dedicado a las miles de personas que viven en el desamparo del Estado y sus las mínimas condiciones de vida.

LA POBREZA

I. Historia de la pobreza:

Nunca en la historia de la humanidad hubo tan pocos ricos tan ricos ni tantísimos pobres tan pobres. En la historia reciente, la brecha entre los niveles de vida de países ricos y pobres se ha ampliado progresivamente. Por ejemplo, en 1960 el promedio de PIB per cápita de los 20 países más ricos del mundo era 15 veces mayor que el de los 20 países más pobres. Hoy día, la brecha se ha ensanchado hasta llegar a 30 veces. De hecho, el ingreso per cápita en los 20 países más pobres poco ha variado desde 1960 y ha disminuido en varios. Este fenómeno se traduce, sobre todo, en las grandes diferencias existentes entre los pueblos en el acceso a bienes y servicios básicos, y es consecuencia de los procesos económicos que, con diferentes resultados, se han experimentado en las últimas décadas.

Los procesos de globalización han tenido un resultado: 50 por ciento de la humanidad sobrevive con un ingreso menor a dos dólares diarios (60 mensuales), mientras unos cuantos individuos disfrutan de una fortuna igual a ese 50 por ciento de la humanidad (son cifras del Banco Mundial). El mundo está dividido en dos partes. La mitad está excluida de cualquier beneficio del desarrollo, desprovista de las condiciones que permiten una vida humana con un mínimo de dignidad.

La población de los países pobres conoce perfectamente la riqueza y el desahogo con que se vive en otros lugares del mundo y es consciente de esas desigualdades. Se globalizan la información y las corrientes financieras, pero no los derechos de la gente, ni el desarrollo humano, ni el bienestar.

El nivel de bienestar de una sociedad es el resultado de las políticas públicas existentes. Todo lo que haría falta en el mundo para financiar los servicios básicos de salud, educación, agua potable y alimentación ha sido calculado en unos 40.000 millones de dólares, lo que equivale a sólo el cuatro por ciento de los bienes de las 225 personas más ricas del planeta.

El mundo sigue su curso inexorable hacia una especie de apartheid universal o humanidad dual, caracterizada por la escandalosa separación entre ricos y pobres de todas sus estructuras sociales, sean países en el mundo, regiones en el país, o grupos humanos en la región. Sería un error suponer que la presente tendencia del capitalismo es un producto natural de la evolución social. Las fuerzas del mercado fuera de la supervisión política y social tienen un impacto negativo en la cohesión de nuestras sociedades.

Cuanta más riqueza se crea, más grande es la desigualdad. Esto es un contrasentido, que muestra lo mal organizada -lo globalmente irracional- que está la circulación y distribución de la riqueza creada. Es además una tragedia, porque la desigualdad no puede sino llevar al caos. La desigualdad deshace el pacto social -explícito o implícito- en virtud del cual se establece y se mantiene el orden cívico, nacional e internacional.

La pobreza está lejos de ser un problema sólo de los pobres. La creciente desigualdad pone en peligro las libertades

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