PRINCIPIOS Y VALORES FUNDAMENTOS DE ÉXITO EN UNA EMPRESA

Las empresas hoy día buscan de forma ansiosa y desesperada que los productos y servicios ofrecidos al público lleven implícito una pincela de calidad y prestigio, destacándolos ante los demás y generando una imagen positiva de la organización con lo que se espera que el consumidor o cliente regrese y se fidelice.

En la realización de esta tarea o búsqueda de este objetivo generalmente se suele gastar una parte considerable y vital del presupuesto, implementando planes, desarrollando actividades, procesos rutinarios, superficiales, materialistas, fatigantes, costosos, dispendiosos e ingenuos que no permiten captar el verdadero origen del problema.

Así, las inversiones, interés y preocupación se dan sobre situaciones y aspectos realizados o generados en su mayoría por las personas que desarrollan o desempeñan una labor determinada en una organización; a las que afectan e impactan diferentes factores y condiciones relacionados con el ambiente y los conceptos morales donde se han desarrollado y lo siguen haciendo.

Casi nunca existe ni se ve motivación por comprender y conocer al ser humano como tal, sus necesidades, sus pensamientos, sus expectativas y sus opiniones, haciendo énfasis en lo espiritual y, por el contrario es fácil notar como los gobiernos, las entidades, las instituciones educativas y las personas que en ellas ocupan un cargo determinado, exigen mayor productividad, puntualidad a la hora de llegar al trabajo y demás.

En la sociedad occidental puede ocurrir y pasar sin asombro un asesinato, un atraco a cualquier establecimiento público o privado, decepcionar a quien brinda ayuda, acabar con el medio ambiente para generar ´´riqueza´´ y todo solo por amor si por amor el maligno amor al dinero.

El ser humano es el actor y propulsor de todas, absolutamente todas y cada una de las acciones y eventos materiales que ocurren en el mundo y que afectan la sociedad, lo que hace y el comportamiento que pueda tener para influir en los demás seres del ambiente.

En este sentido, para que una persona tenga calidad de vida y lo que hace resulte productivo y favorable en sí mismo y a aquellos con los que interactúa es indispensable que en su interior habiten virtudes y características inigualables como el amor principalmente que al poseerse es fácil de aplicar y practicar en cada tarea por realizar.

Es este mismo amor que JESUS impartió sobre la tierra y regalo a cada uno de los individuos del mundo, el cual no deja lugar a la vanagloria ni al orgullo arrogante que tiende a humillar al vecino, a realizar un mal trabajo en la empresa por simple capricho ni aun cuando el jefe es un canalla y desagradecido.

Es esa fuerza que motiva a hacer las cosas bien y dar lo mejor de sí para que sean reconocidas y se destaquen por si solas sin importar el beneficio que se recibe, toda vez que se actúa de buena fe pensando en el bienestar propio y si se considera el propio como lo mejor también se desea para el prójimo lo que para si se quiere.

Cuando se goza de la fortuna del amor, el trabajador es capaz de respetarse y si lo hace no traiciona la confianza que la empresa coloca en él y es hábil, flexible y dispuesto al trabajo en equipo sin reparos de reconocimientos pensando en el triunfo colectivo, comportándose de forma madura, colaborando y estando activo en todo sin esperar que se mande a realizar algo.

Del mismo modo, el amor desarrolla en el alma la habilidad para ser sencillos y nobles con los demás brindando confianza y resaltando las buenas labores de cada quien sin importar color de piel, profesión, estrato social o cualquier otro perjuicio que pueda existir; y logra que el presidente de la compañía almuerce con la señora que lleva los tintos, en la casa del celador, del maquinista o de cualquier otro trabajador.

Así

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