Poder del mercado VALOR DE CAMBIO

1. EL MERCADO.

Hablar del mercado en la actualidad significa hablar de toda nuestra vida cotidiana porque nuestra sociedad a inicios del tercer milenio d.C. se caracteriza por el dominio casi absoluto del comercio o intercambio desigual en todo el mundo y, el dinero se ha convertido en el dios de nuestro planeta.  Las relaciones humanas se realizan en medio de la ganancia y pérdida económica en el intercambio, arrastrando consigo la competencia por ganar y generan la ambición por acumular riqueza.

Competir, ganar y acumular, es la pauta del “éxito” en la actuación humana de la sociedad actual y se manifiesta en los negocios, en los estudios, en el trabajo, en los juegos, en el hogar, en la familia, entre vecinos, entre amigos o desconocidos; sin embargo, ese comportamiento humano conlleva su contraste irracional antinatural, porque no puede haber ganadores sin perdedores, no puede existir éxito sin el fracaso de otros, no puede haber ricos sin la pobreza de los demás.

El comercio altamente desarrollado es la “exclusividad” de nuestra época, porque en los inicios de las sociedades humanas, hace más de 4 millones de años, el intercambio no existía y los seres humanos sólo vivían de la recolección del alimento vegetal que encontraban directamente en la naturaleza.  Posteriormente, luego de muchos miles de años, descubrieron la caza y la lanza de madera (hace 400 mil años), la pesca (hace 100 mil años) y, lograron sobrevivir sin la presencia del intercambio porque en la misma sociedad se obtenía todo lo que la comunidad necesitaba.

El intercambio surgió sólo hace 10.000 años aproximadamente, cuando los seres humanos descubrieron la domesticación de animales y plantas.  El invento de la domesticación ha sido el momento más decisivo en la vida de la humanidad; pues, hizo posible que surja un exceso de productos que puedan guardarse y acumularse; inauguró el intercambio mediante la especialización técnica entre tribus de agricultores y pastores; introdujo los cimientos del aparato estatal, con la división social entre trabajadores físico-productivos e intelectual-administrativos; y, finalmente, desarrolló la industria artesana que, con el pasar de los años, daría como resultado el aparecimiento de la propiedad privada.

La especialización de las tribus en agricultoras y ganaderas, impulsó la necesidad de intercambiar productos para adquirir los bienes que no producían y, se inventó el trueque.  Las tribus agricultoras entregaban vegetales, frutas y verduras, a cambio de carne, leche y pieles que recibían de las ganaderas.  El intercambio era realizado por los jefes de tribu en forma ocasional y equitativa, para obtener los bienes que necesitaba la comunidad y sin intenciones de obtener ganancia.

La domesticación produjo también un exceso de trabajadores en las labores que requería la sociedad de ese entonces ,porque para cuidar animales o vigilar los cultivos se necesitaron menos personas que para la cacería o la pesca; con lo cual, empezó a desarrollarse la artesanía sustentada en el trabajo familiar y los productos fueron propiedad de la familia patriarcal.  Ese fue el inicio de la propiedad privada.

El intercambio entre artesanos, campesinos y pastores se dificultaba de vez en cuando, porque era indispensable encontrar la persona que quiera intercambiar el bien que poseía con el bien que necesitaba; sin embargo, esto se solucionó cuando se dieron cuenta que los pastores intercambiaban sus animales con mucha facilidad; entonces, empezaron a intercambiar productos por animales que no los necesitaban, para luego intercambiarlos con los bienes que requerían.  Así, las ovejas, cabras y vacas fueron la primera forma de dinero que surgió en la vida de la humanidad.

Posteriormente, el intercambio se robusteció con el descubrimiento del cobre (4000 a.C), el bronce (3000 a.C) y el hierro (2000 a.C); pues, se inauguró la edad de los metales que generó nuevas profesiones artesanales que se dedicaron a la elaboración de productos en hierro, bronce, cobre, madera, lana.  Se crearon nuevos instrumentos de trabajo (arado), se perfeccionaron las armas y elaboraron nuevos productos como vestidos, joyas y adornos.

El aumento en la cantidad y variedad de bienes, estimuló el intercambio que exigió mayor precisión para realizar un intercambio equivalente. Fue necesario buscar algún producto de aceptación social que, además de permitir todas las mediciones y divisiones posibles, sea fácil de llevarlo y transportarlo.  Los artículos metálicos como joyas, cuchillos y hachuelas, fabricados en cobre, bronce, plata y oro, reemplazaron al dinero-animal; no obstante, la diversidad de productos requería mediciones más exactas; por lo cual, surgieron las monedas de oro y plata (siglo VI a.C), fabricadas en tamaños y formas diferentes, para expresar pesos y valores diferentes.

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