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REFLEXIONES SOBRE LA PROBLEMÁTICA EDUCATIVA EN VENEZUELA

VIANYELIEnsayo16 de Febrero de 2015

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REFLEXIONES SOBRE LA PROBLEMÁTICA EDUCATIVA EN VENEZUELA

Postura crítica a la luz del pensamiento educativo venezolano

En nuestro país, con el nacimiento y puesta en marcha de la democracia, en 1958, aunque hubo algunos avances importantes en educación, ésta no se atiende como hecho prioritario, por lo que la exclusión educativa reinaba en la vida de muchos venezolanos y el deterioro en este sector vital para cualquier sociedad se hizo marcado con el pasar de los años.

No obstante, en la década de los años 70 se empiezan a atender algunos aspectos sensibles de la Educación venezolana, muchos de ellos de manera experimental; para aquel momento el maestro era considerado un catedrático que dominaba toda la escena en el aula, mientras el educando era calificado como simple receptor memorístico de la enseñanza del maestro.

En la perspectiva que aquí adoptamos, visualizar, analizar la causa de orden teórico que determina la tan nombrada crisis de la educación actual significa, reflexionar la educación como una realidad compleja producto de un proceso que ha sido cambiante, dramático y diverso. Como primera arista problematizadora nos toca reconocer que la “Crisis Educativa” es un problema estructural condicionado por postura científica y filosófica enmarcado en un sistema capitalista que responde a la clase dominante de cada momento histórico correspondiente a la concepción del mundo y del hombre en que tales intereses se expresan.

Por consiguiente, imitar modelos educativos desentendiéndose de la realidad sociocultural, es una negación a la existencia, es perder la autonomía como sociedad. De esta manera logramos identificar la segunda arista “Por un lado se hallan las necesidades reales del país y por el otro los modelos educativos teóricos copiados.” Y estos modelos al convertirse praxis-teóricas y operativa en nuestro espacios educativos, tienden a reproducir la ineficacia de la educación, pues jamás aciertan a responder a nuestras necesidades reales.

Por esta y otras razones, la educación debe ser más humana y menos técnica. El educador es un catalizador de su entorno, desde su espacio geográfico hasta las vivencias sociales y psicológicas de los individuos a formar. Dicho en otras palabras, la educación nos debe hacer más humanos, ya que el educador es como un alfarero que construye una vasija.

En efecto, asumir la educación, como elemento integrador entre el individuo y la sociedad es reconocer el principio filosófico de la educación y su modo de operar en la realidad concreta donde el ser humano se desarrolla. Según Morin (2002) “El conocimiento pertinente es el capaz de situar toda información en su contexto y, si es posible, en el conjunto que ésta se inscribe.” Ahora bien todos los problemas particulares no pueden plantearse y pensarse correctamente si no es en su contexto.

Sucede pues, y es importante señalar que la educación se ha convertido en un instrumento de exclusión social, producto del círculo perverso donde está enmarcada la educación venezolana. Evidentemente, las políticas socioeducativas, han mantenido posturas ideológicas alienables y asumidas en los enfoques curriculares de formación docente. Se explica la tercera arista problematizadora, que nos permite inferir si la universidad está formando a los docentes para darle respuestas a la realidad del país.

De lo anterior se desprende, que el educador debe despertar la conciencia y hacer del educando un visionario con propósitos bien definidos, capaz de asumir con responsabilidad y compromiso los grandes retos de nuestros tiempos. Venezuela está viviendo una época de grandes cambios y la educación no puede escapar de estas transformaciones, para poder vencer los errores del individualismo y el mecanicismo por el que se había venido conduciendo nuestro sistema educativo.

En todo caso, el reto es educar individuos que piensen, que reflexionen, que reconozcan su medio e interactúen con él con solidaridad; en definitiva, que sean individuos visionarios, capaces de tomar acertadamente sus propias decisiones. Este es el momento para que la educación venezolana se ponga a tono para enfrentar los retos del siglo XXI.

Por otra parte, la acción docente en el aula demanda una mejora, pero para que esa mejora pueda traducirse en un hecho, es necesario desarrollar una nueva visión de los procesos de formación que exprese su complejidad y naturaleza, esa nueva visión deberá promover la independencia de pensamiento y la creatividad, respetuosa de la diversidad cultural, sobre la base de la cooperación y la promoción de esfuerzos colectivos, generadores de la creación de escuelas de conocimientos, que sean líderes en áreas específicas y en estrecha relación con el desarrollo social

De allí pues, que en la actualidad los docentes deben replantear su acción pedagógica para atender la demanda y desafíos de esta época caracterizada por el contexto global, donde hoy comienzan a desarrollarse las enseñanzas con el uso de las nuevas tecnologías de comunicación e información y un docente comprometido con su persona y sus semejantes no puede ser indiferente ante tal realidad.

Debe señalarse, otro factor que es necesario destacar es la existencia de un currículo muy normativizado, cerrado y extenso, y cargado de requerimientos, que abruma al docente y cae en la dependencia de la programación ofrecida por las editoriales, que a su vez desvirtúan la verdadera necesidad del educando.

En ese mismo orden, existe una falta de preparación previa de las clases por parte de algunos docentes, quienes muchas veces no han considerado bien cuáles son los objetivos y contenidos claves que deben ser enseñados en cada situación. ¿Cuántos profesores y profesoras realizan una programación propia y genuina pasando por todas las etapas del proceso de elaboración (concepción, reflexión, objetivos, contenidos, actividades, recursos, evaluación)?

Por eso, el recurso humano formado y el que está en formación requieren evolución, con la finalidad de que la actividad docente procure el desarrollo integral de las capacidades del alumno; haciendo uso de las estrategias que propicien en el estudiante motivación hacia las actividades educativas que le permitan desarrollar su pensamiento crítico.

Otra problemática evidenciada es el deterioro en la infraestructura de muchos de los centros educativos venezolanos, así como insuficiencia de nuevas edificaciones que contemplen los requerimientos para brindar un espacio acorde a la realidad estudiantil que vive Venezuela, que se enmarca en políticas gubernamentales incluyentes.

Asimismo, es palpable el deterioro de los valores, la desmotivación y la disminución del interés por parte del alumnado y de los representantes, en involucrarse de forma activa con el docente en el proceso de aprendizaje; con el propósito de desarrollar un equipo de trabajo que logre la consecución de los objetivos deseados.

Finalmente, observamos que la nueva realidad político-social venezolana también plantea la necesidad urgente de la participación de las comunidades en el área educativa de su entorno, la realidad parece decir que todavía falta mucho que recorrer para que las comunidades venezolanas participen activamente en la búsqueda y construcción del proceso educativo.

Reflexiones Finales:

Los cambios NO SE DECRETAN, sino que se construyen con el compromiso, disposición y voluntad de todos. Lo que se necesita en ese proceso es la convicción de que este es el MOMENTO de abrir todos los espacios de reflexión, discusión, debates en torno a lo que ha sido, es y puede ser la educación venezolana.

Actualmente nuestras, niñas, niños, adolescentes, y jóvenes demandan una educación integral que les permita el desarrollo pleno de su ser y de su convivir. Seria simple esperar que se pudiese hacer UNA CUARENTENA para dejar de intoxicar a nuestros niños y niñas (en nombre de la educación integral) de cuanto plan, programa, proyecto se le ocurre a alguien como panacea de la educación. Pero si es necesario de hacer un alto y ABRIR TODOS LOS ESPACIOS POSIBLES PARA ESTAS REFLEXIONES: nuestros niños, niñas se lo merecen y lo exigen, sean indígenas, campesinos (as), urbanos, afro venezolanos (as), ricos (as), pobres: el “éxito” en la escuela no puede seguir siendo determinado por lo que “pasan la prueba de adoctrinamiento, adiestramiento, entrenamiento” (renunciando muchas veces a su potencial humano de creatividad e innovación).

Dicho de otro modo, el momento histórico que vive nuestro país, en el cual se está desarrollando y consolidando un proceso de cambio: de lo viejo a lo nuevo, de lo individual a lo colectivo, de la exclusión a la inclusión, de lo representativo a lo participativo y protagónico, en el marco de refundar la República, Por lo tanto, nos INVITA a realizar cambios y transformaciones al sistema educativo que tenemos, donde el niños niñas, adolescentes, y jóvenes son vistos como “objetos” y no como SUJETOS; donde el Maestro es el que sabe y el dador de conocimientos a los estudiantes quienes son una esponjas que absorben todo, vienen de sus hogares con la mente vacía y en blanco. Es por estas convicciones, que nos vemos comprometidos los docentes con pensamiento crítico – progresista de construir la nueva escuela para tumbar todos los mitos y creencias que venimos escuchando año tras año. Construir una escuela que forme para la vida, donde se reconozcan los niños,

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