RESUMEN HUMANIZACION DE EMPRESAS

¿ES NECESARIO HUMANIZAR LAS EMPRESAS?

Danny Merladis Baldrich Julio.

Docente:

Allan Amador Díaz Rueda.

Universidad Autónoma de Bucaramanga.

Contaduría Publica.

Expresión.

Bucaramanga, 2020.

¿ES NECESARIO HUMANIZAR LAS EMPRESAS?

Introducción.

En épocas como las que estamos viendo cuando todas las herramientas de gestión empresarial han fracasado o se ha demostrado que no eran tan útiles como cuando se anunciaron, es de verdad necesario hablar de humanización de la empresa, respondiendo con una sola palabra a esta pregunta, diría sí. No solo se necesita humanizar la compañía, sino que es imprescindible y constantemente que las organizaciones quieran continuar siendo competitivas.

Palabras como aceptación, desarrollo personal, innovación, creatividad, motivación, ilusión, compromiso, armonía, bienestar, comúnmente se ven sustituidas por rescisión rápida, temor, individualismo, despotismo, etcétera. El verdadero problema es que aún hay empresarios o economistas que consideran que colocar a el individuo como centro de la organización, redundará en menores beneficios para la organización.

1. El trabajo, actividad específicamente humana.

Con su trabajo, el hombre puede perfeccionarse como persona y prestar a la sociedad un servicio fundamental, con esta visión, corresponde al hombre la tarea de hacer que las condiciones del trabajo sean realmente humanas, no alienantes.

Es el hombre (tenga la función o la categoría que sea) quien debe convertir el ámbito de trabajo en un lugar donde cada uno pueda encontrar un sentido a lo que hace y, sobre todo, donde cada uno sea respetado por el hecho mismo de ser persona.

Solamente el hombre puede elegir el rumbo de una organización.

1. ¿Es necesario humanizar una empresa humana?

Sí, y, de hecho, las vivencias de organizaciones estadounidense y de ciertos países escandinavos demuestran que no sólo es viable compaginar una economía eficaz y un ambiente de trabajo digno y humano, sino que se necesita atender a la pregunta de la humanización de la organización si la compañía quiere ser y seguir siendo competitiva a extenso plazo.

El economista americano Amar Bhidé, analizando la procedencia de las ideas innovadoras que habían dado lugar a la creación de las 500 empresas americanas con más altos márgenes de crecimiento notó que el 71% de las innovaciones habían surgido de la mano de personas dedicadas a mejorar una idea encontrada en el trabajo anterior, mientras que solamente el 4% se debía a una sistemática búsqueda de oportunidades de negocio.

1. El centro: no el cliente, sino el trabajador.

En la misma línea, el psicólogo Schneider, volviendo a colocar de relieve el valor de los individuos en el trabajo, muestra que hemos intentado cambiar las empresas modificando sus construcciones y sus procesos cuando, en realidad, son los individuos los que deben cambiar.

Es preciso volver, por consiguiente, a los individuos, de donde toda innovación nace y a donde toda innovación retorna.

La averiguación de súper especialista, del súper ingenio, tiene que ser sustituida, al fin y al cabo, por la averiguación de personas que, contando con una seria formación profesional, tengan corazón, unos valores que permitan hacer un trabajo bien hecho, ilusión, en un ambiente de confianza y lealtad.

1. La clave es cada persona, no las estructuras.

El hombre, el trabajador, visible o invisible, de cualquier rango y título, merece especial atención, pues la persona, a diferencia de un motor o de una nave industrial, reacciona a los inputs y a los estímulos que recibe del ambiente de trabajo. No existen estructuras mágicas que hagan buena a la gente. Las estructuras organizativas pueden ayudar o ser obstáculo. Por otra parte, las personas que piensan de verdad en los demás son las únicas que consiguen cambiar las estructuras injustas.

En resumen, organizaciones más humanas donde los trabajadores representan la clave para ir continuamente un paso por delante.

1. ¿Qué es el humanismo empresarial?

Uno de los padres de la teoría de la organización, Chester Barnard, afirmaba, ya en el año 1962, que «las organizaciones perduran en proporción a la amplitud de la moral de quien las dirige.» El famoso teórico de la gestión empresarial aseguraba además que la clave del éxito consiste en transmitir a los empleados un sentimiento de pertenencia a la empresa y fuertes valores éticos. De hecho, los valores éticos son la base para construir la confianza, considerando que la confianza no es algo que ocurre por casualidad, sino que la creamos nosotros mismos a través de nuestras relaciones, incluyendo las relaciones en los negocios.

1. Valores y virtudes.

La solución al problema expuesto por Smith es la introducción de los valores y virtudes en la teoría económica, comenzando por la prudencia “de cada una de las virtudes la más eficaz al individuo”, la raza humana “no puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayoría de sus miembros son pobres y desdichados”, la justicia “la justicia es continuamente violada cuando uno es privado de eso a lo que tenía derecho… el éxito de la injusticia destrozará por completo la sociedad”, la generosidad “no se es generoso sino cuando de cualquier modo preferimos otras personas a nosotros mismos, y sacrificamos cualquier interés propio grande y fundamental a otro interés igual de un amigo”, y, al final, el espíritu público “si en una sociedad toda la riqueza está concentrada y es propiedad de un diminuto número de personas, no puede haber estabilidad: tarde o temprano se genera el colapso”.

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