UNA REVISIÓN DE LA TEORÍA DE LA EMPRESA
1811089313 de Junio de 2015
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Demsetz, H. (1996). Una revisión de la teoría de la empresa. En Williamson, O., Winter, S. (Comp.)
La naturaleza de la empresa:orígenes, evolución y desarrollo (pp.220-247)(325p.). Santiago : Fondo
de Cultura Económica. (C32534)
IX. UNA REVISIÓN DE LA TEORÍA DE LA EMPRESA
HAROLD DEMSETZ*
DESDE el nacimiento de la economía moderna en 1776, hasta 1970 -un
lapso de casi 200 años-, sólo dos obras parecen haberse escrito acerca
de la teoría de la empresa que hayan alterado las perspectivas de la profesión:
Risk,, Uricertainty and P~ofit, de Frank Knight (1921), y "La naturaleza
de la empresa", de Ronald H. Coase (1937). Esta omisión es
imputable fundamentalmente a la preocupación de los economistas por
el sistema de los precios; el estudio del sistema de precios, caracterizado
por la empresa representativa de Marshall y el subastador de Walras,
mina la consideración seria de la empresa como una institución que
resuelve problemas.
La contribución de Coase es elemental por varias razones, pero ciertamente
por llamar la atención sobre la ausencia de una teoría de la existencia
de la .empresa y sobre la importancia <..para esta teoría) del hecho
de que los mercados no operan sin costos. Sin embargo, la teoría de la
empresa es todavía incompleta y poco clara en sentidos que se discuten
en la parte media de este ensayo. Una teoría más com_pleta de la empresa
deberá otorgar al costo de la informacion un peso mayor que el otorgado
en la teoría de Coase o en las teorías basadas en la evasión y el oportuniS'mo
.. Esto se discute en la última parte de este ensayo. El costo de la información
figura prominentemente en la teoría del costo de transacción
porqp.e el costo de la información es un componente importante del costo
de transacción. Támbién figura prominentemente en las teorías de la
empresa de la repartición del riesgo de Knight y de la agencia. Sin embargo,
su importancia es más fundamental que lo contemplado incluso en
estas teorías. Por tanto, convendrá que empecemos este ensayo con una
discusión del hecho de que la información gratuita que se supone en el
modelo de la competencia perfecta haga que el modelo sea ineficaz para
el estudio de la empresa.
" Quiero agradecer los comentarios e interrogantes útiles de Rebecca Demsctz, Kevin
james, Ben Klein, George Stigler, Mike Waldman y Rupert Windisch.
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LA DESCENTRALIZACIÓN PERFECTA
Lo que se hace aparecer como la competencia perfecta es un modelo que
tiene mucho que decir acerca del Sistema de pu::cios, pero poco acerca de
la competencill-Q la organización de las empresas. Es probable que esto se
deba a su origen intelectual en el debate del siglo XVIII entre los mercantilistas
y los partidarios del libre comercio. El debate no se refería a la
competencia per se, y ciertamente no se refería a la organización de la empresa.
Se refería al campo de acción que debiera corresponderle al gobierno
en los asuntos económicos de Inglaterra y Europa. ¿Es necesaria la
planeación económica central para evitar las condiciones económicas
caóticas? La respuesta de Smith, aunque reservaba una función limitada al
Estado, era claramente negativa. El conflicto subsecuente entre la postura
"smithiana" y las disidentes condujo a un examen más detenido de las
condiciones necesarias para que el sistema de precios funcionara de acuerdo
con los argumentos de Smith. Casi 200 años después, estas condiciones
se formalizaron en el modelo de la competencia perfecta.
El logro intelectual de este modelo es su completa abstracción del control
centralizado de la economía (I)ernsetz, 1982). Lo que se modela no
es la competencia sino la descentralización extrema, y su uso nos permfte
determinar si la descentralización extrema conduce a una asignadón
caótica de los recursos. Los actores de este modelo maximizan la utilidad
o la riqueza, y lo hacen sin tomar para nada en cuenta las decisiones
de otros, o incluso la existencia de otros. Las mismas decisiones se siguen de
los mismos precios (y la misma tecnología), independientemente de que alguien
reaccione o no ante estos parámetros. Si tal comportamiento de
maximización impersonal es la competencia, se tratará de una variedad
muy restringida. Como señala Knight, la obtención de resultados mejores
que los de otros agentes no está involucrada. La identificación de este
modelo con la competencia ha generado no poco daño. Su nombre apropiado
es el de la descentralización perfecta.
La descentralización perfecta se obtiene en teoría mediante ciertos
supuestos que garanticen q~e la autoridad. o el comando,· no desempeñe
ningún papel en la coordinación de los recursos. Los únicos parámetros
que guían la elección son los que e-:stáJf dados -gustos y tecnologías-· -· y
los que se determinan impersonalmente en los mercados: los precios.
Todos los parámetros escapan al control de cualquiera de los actores ol:J.s
instituciones del modelo, de modo que estos supuestos privan efectiva222
UNA REVISIÓN DE LA TEORÍA DE LA EMPRESA
mente a la autoridad de cualquier papel en la asignación. Tales supuestos
están plenamente justificados por la notable producción de la teoría: un
modelo compacto, coherente, sutil pero simple para deducir las consecuencias
de la descentralización extrema de la propiedad de los recursos
para el equilibrio. El modelo no es sólo una herramienta poderosa para
entender cómo guían los precios las decisiones en una economía descentralizada,
sino también para evaluar el impacto de _lg,s .. c-a.mbios .. exógenos
de los parámetros que el modelo toma como dados. Ehmpaetu-··de los
cambios ocurridos en las tasas impositivas o en las tarifas, o las consecuencias
de los precios de garantía, pueden deducirse con relativa facilidad.
El modelo contribuye poco a nuestra comprensión del funcionamiento
de una economía de comando o de los procesos políticos que podrían
estructurarse alrededor de la autoridad. Su uso en las finanzas públicas,
por ejemplo, ayuda a entender cómo "digiere" los impuestos el sistema
de precios, no el comportamiento de los partidos políticos. El modelo
también ilumina las instituciones legales. Se supone que el intercambio
ocurre sin tomar en cuenta los problemas del robo o el fraude. El sistema
de derechos de propiedad, tan importante para el funcionamiento del sistema
de precios, se supone implícitamente que opera sin costo en el
intercambio. Estas abstrac;ciones son defendibles porque el objetivo real
del modelo es el estudio de la asignación en ausencia de la autoridad.
Más importante para este ensayo es el hecho de que el modelo ubica las
tareas de maximización de la empresa en un contexto donae las decisiones
se toman con conocimiento pleno y gratuito de las posibilidades _de la producción
y·de los precios. Los papeles mundanos de la administración, que
son la expioracíon de posibilidades inciertas y el control consciente de los
recursos, donde los propietarios de éstos tienden a buscar sus propios intereses,
no se analizan fácilmente en un modelo donde el conocimiento es
pleno y gratuito. En la teoría de los precios, la "empresa~' es simplemente
un instrumento retórico adoptado para facilitar la discusión del sistema de
precios. Sólo se otorga la atención más superficial, formal, a las tareas que
normalmente se espera de los administradores, quienes las realizan sin
error y sin costo, como si se tratara de una computadora gratuita y perfecta.
Las verdaderas tareas de los administradores, e·s decir, la creación o el
descubrimiento de mercados, productos y técnicas de producción, y el control
activo de las acciones de los empleados, no tienen ningún lugar en el
modelo de la descentralización perfecta porque tal modelo supone que.
todos los productos, mercados, técnicas de producción y precios se conocen
plenamente sin costo alguno.
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La única tarea de administración que parece subsistir, y que es el centro
de atención en la empresa de la teoría tradicional de los precios, es la selec-
. ción de cantidades de productos e insumas que maximicen el beneficio.
Pero dado que la información requerida para hacer esto se tiene también
gratuitamente, y los cálculos requeridos se hacen sin costo alguno, el modelo
priva a la administración de toda productividad significativa incluso
en la realización de estas tareas. El costo de ·la maximización se omite o se
supone implícitamente igual a cero. De hecho, los recursos que pudieran
re4uerirse para tonn:rr dedsíones maximizantes se tratan como si no fuesen
escasos.1
La única excepción (aparente) a esta generalización es la concepción
adoptada a veces-para iustificar la t:urvas de costo medio con forma de U:
los rendimientos decreCientes de la "capacidad empresarial". Se supone que la
capacidad
...